Con más de diez millones de unidades ensambladas y una plantilla fijada en unos 14.000 empleados, la factoría de Volkswagen en Puebla es una de las principales fábricas del grupo alemán a lo largo y ancho del mundo. Además, resulta clave para la presencia de la marca en el mercado norteamericano, al cual va a parar la mayor parte de su producción. De hecho, incluso se exporta a Europa y Asia desde aquí. No obstante, como es evidente la factoría de Puebla juega el papel primordial en lo que se refiere a la presencia en el mercado mexicano, ensamblando desde el pasado 2021 el nuevo Volkswagen Taos junto a las fábricas de General Pacheco (Argentina), Kaluga (Rusia) y Anting (China).
Una panoplia de países que nos da una pista esencial sobre este modelo: se trata de un vehículo ideado para los países emergentes, yendo en la línea que Volkswagen viene transitando desde hace décadas en lo que se refiere a la creación de productos específicos para según qué áreas geográficas. Ejemplo de ello, los más amantes de los deportivos compactos no inyectados recordarán perfectamente al Caribe GT. El equivalente mexicano del golf GTI de los años ochenta, pero con doble carburador en vez de sistema de inyección del combustible. Un auto conocido en México, pero que en Europa supone una interesante rareza para los más fanáticos de la marca germana.
No obstante, volvamos con el recién estrenado Volkswagen Taos. Y es que, ¿por qué surge? Bueno, analizando el tamaño y la plataforma sobre la cual está construido (MQB) adivinamos un modelo con proporciones propias del segmento C. Así las cosas, la explicación es que Volkswagen ha lanzado este modelo SUV con la intención de situarlo entre el Tiguan y el T-Cross. Y es que, para no pocos compradores de la región, mientras el primero se disparaba en precio el segundo no llegaba en cuestión de motor y espacio. De esta manera, con el Taos se viene a cubrir un hueco intermedio que si bien no es significativo en el mercado europeo sí lo es en el mexicano así como en el de los países del Mercosur.
Como marca global, Volkswagen ha promovido que sus respectivas filiales nacionales desarrollen modelos adaptados para los mercados de cada región
Volkswagen Taos, un SUV compacto para mercados específicos
Dado el nicho específico que viene a cubrir el Volkswagen Taos en Argentina y México, se ha optado por ofrecerlo con una única motorización posible. Se trata de la 1.4 TSI. Capaz de entregar 150 CV gracias a su bloque turboalimentado con cuatro cilindros en línea. Sobre esta base se ofrecen hasta tres acabados distintos, variando en lo referido a conectividad y confort, puesto que este modelo no cuenta con ninguna aspiración deportiva siquiera en su imagen.
De hecho, en lo referido precisamente a la imagen podemos ver una clara adaptación al mercado americano, muy influido por los volúmenes rotundos y cuadrados provenientes de las exageradas formas propias de las camionetas producidas en los Estados Unidos. Más allá de esto, lo que sí podría ser posible en no mucho tiempo es ver una versión eléctrica del Taos. Y es que, al fin y al cabo la plataforma MQB fue diseñada con una extrema versatilidad.
Como base del monocasco, las plataformas incluyen ciertas medidas fijas que se combinan con partes perfectamente variables. De esta manera, sobre una misma base común se pueden armar multitud de modelos diferentes, redundando en una evidente reducción de costes y simplificación de la fabricación, puesto que, por decirlo de alguna manera, se pueden cubrir diversos segmentos con el uso de un mismo chasis.
Su frontal de formas rectangulares es tributario de las modas instauradas en los Estados Unidos. Más allá de esto, el modelo se encuentra adaptado a las necesidades de mercados en proyección como el mexicano o el argentino
En este sentido, el Volkswagen Taos se beneficia de un hecho muy característico de la plataforma MQB. El estar adaptada a la incorporación tanto de motores de combustión en posición transversal como a la de equipos híbridos e incluso todo lo necesario para una electrificación completa. Todo ello para marcar unos claros tiempos de transición en el automovilismo.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.Es un Seat Ateca remarcado, como otras tantas veces Vw ha remarcado Seat para mercados emergentes