El Volkswagen Passat 2.0 TDI no tardó mucho en convertirse en referencia de su categoría, algo que ya había logrado con la generación B5 y el 1.9 TDI,, cuando la firma alemana dio un enorme salto en todos los apartados y se posicionó como el espejo en el que todos se miraban. El Passat B6 siguió por los mismos derroteros, oues llegó al mercado con unas aspiraciones muy elevadas.
Ferdinand Pïech fue un visionario, pero también tuvo su punto de locura. Fue él quien aupó a Volkswagen a lo más alto de la industria, con el lanzamiento de diferentes productos con una calidad, tanto técnica como constructiva, a un altísimo nivel. Fue, posiblemente, una de las mejores épocas de la compañía alemana y se puede apreciar claramente en coches como el Volkswagen Passat 2.0 TDI, una de las versiones de la generación B6 que mayor éxito tuvo de entre todas las que llegó a ofrecer el sedán alemán.
El Passat B6 se puso en el mercado en el año 2005 y sorprendió a más de uno. Era un coche enorme para su época, medía 4,77 metros de largo y 1,82 de ancho, tenía un maletero de 535 litros y mostraba una estampa y una presencia a la altura de coches como el Jaguar X-Type o el BMW Serie 3 E90. Pero no solo por diseño, también por presentación interior, aunque algunos detalles le debajaban por debajo de los mencionados modelos rivales –los paneles de las puertas crujían ligeramente, la mitad inferior del salpicadero ahorra algo de calidad… –.
La generación B6 del Passat creció en tamaño y en prestancia con respecto a su anterior edición
Sin embargo, con motor 2.0 TDI, el Volkswagen Passat se postulaba en su momento como una opción muy a tener en cuenta, a pesar de que no era precisamente barato: 29.640 euros en 2005. Es un pastón, como se suele decir. El caso es que el Passat y el motor TDI maridaban muy bien. De entrada, el Passat B6 se basó, aunque de esto poca gente se acuerda, en la plataforma del Golf debidamente adaptada, lo que ya aseguraba buenas maneras, y el motor 2.0 TDI, la primera generación de este propulsor, con 140 CV, demostró ser una auténtica locomotora.
Con 1.968 centímetros cúbicos, turbo de geometría variable y el famoso inyector bomba de Volkswagen, el 2.0 TDI no solo rendía una buena cifra de potencia –se alcanzaba el máximo a 4.000 revoluciones–, también ponía sobre el asfalto 32,6 mkg de par a 1.800 revoluciones. Esto es, unos 320 Nm, que se gestionaba mediante una caja manual de seis relaciones. Las cifras de prestaciones homologadas eran bastante buenas para un coche como este: 0 a 100 km/h en 9,8 segundos, velocidad máxima de 209 km/h y consumos de 5,9 litros cada 100 kilómetros de media. No obstante, merece la pena mencionar un dato: en circulación urbana, el consumo era de 7,9 litros, es decir, no estaba tan lejos de un motor de gasolina en el uso que le daban el 90% de los usuarios…
Aunque el Passat 2.0 TDI fue un gran coche, las revistas no se cortaron lo más mínimo en lanzar críticas a ciertos apartados del coche. Por ejemplo, la revista Autopista, en el número 2.387, criticaró las vibraciones y el sonido del motor, detalles que habían sido superados por los más refinados turbodiésel common-rail. También se criticó la abrupta entrada de potencia, algo que hizo famoso al 1.9 TDI y que aquí, al menos en el Passat B6, no parecía cuadrar con el talante del coche. Algunos detalles de acabados, como los mencionados anteriormente, fueron fuente de críticas constantes, aunque el ajuste general de todos los elementos del interior era bastante bueno.
Por otro lado, se destacaba, para bien, otros apartados como el comportamiento, la habitabilidad o la relación prestaciones-consumo.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".Y poco se habla de la infinidad de problemas que este modelos dió desde el freno de mano electrónico a los famosisimos inyectores de bosch que la marca finalmente a los 8 o 10 años reconoció y compensó a los usuarios que habian hecho todo el mantenimiento en s oficial, unos cachondos vaya… Los passat anteriores si que salieron buenos, el b6 fue un patinazo de la marca, a día de hoy se siguen cambiando motores íntegros de estos modelos, de hecho se depreciaron más que los skodas…
Cierto es. Tampoco se dice nada de las botoneras que se pelaban o de los paneles de puertas que crujían cosa mala. Pero no he querido ahondar en esas cosas y he preferido centrarme en lo que decía la prensa y en recordar el modelo tal y como se presentó en su momento. En cuanto al Passat B5… siempre me gustó ese coche. De hecho, todavía me gusta tanto como el primer día, pero el restyling. Ahí lo bordaron con ese coche.