Coche del día: Volkswagen Golf 1.8 CL (MKII)

Coche del día: Volkswagen Golf 1.8 CL (MKII)

Solo el precio le impidió ser un éxito de ventas


Tiempo de lectura: 4 min.

El Volkswagen Golf 1.8 CL –segunda generación–, llegó a España de la mano de SEAT con un precio que, a ojos de un usuario de los años 80, era tremendamente caro para su categoría. Ofrecía, siempre según la prensa de la época, un equilibrio magnífico en todos sus apartados, pero su precio, de 1.711.444 pesetas, lo alejaban de la media por aquel entonces. Por poner un ejemplo, un Talbot Horizon GT costaba 1.332.660 pesetas y un SEAT Ronda 1.5 GL 1.183.806 pesetas.

Allá por la década de los 80 era SEAT quien se encargaba de traer los modelos de Volkswagen a España. Era una de las condiciones del acuerdo que acabó con la compañía española encuadrada en VAG. Las importaciones eran un poco “a ojo”, en SEAT probaron diferentes opciones que llevaron, en 1986, a traer una de las versiones más interesantes del Golf II, porque tuvo versiones interesantes más allá del GTI. La segunda generación del compacto alemán parece condenada a ser recordada, únicamente, por el Golf GTI, sobre todo por el 16 válvulas, pero no fue la única opción que merecía la pena.

Por aquellos años, el Golf se ofrecía en España las tres carrocerías disponibles –tres y cinco puertas y descapotable– con motores 1.6, 1.8 y diésel –ya fuera con turbo o sin turbo–. Los acabados eran CL, GTI, GTD y GL para el descapotable. De todos ellos, el Golf CL con el motor 1.8 era el más interesante por el equilibrio general que presentaba, aunque su precio no permitió que fuera un coche muy numeroso por nuestras carreteras. De hecho, deberíamos decir que era un coche muy caro, unas 400.000 pesetas más caro que, por ejemplo, un Renault 11 GTX o que un Ford Escort 1.6 Ghia.

Eso, como cabe esperar, lo convertía en un coche muy exclusivo y en un objeto de deseo, sobre todo si se leían las pruebas de la época, donde siempre lograba unas muy buenas críticas, como la que plasmó Francisco José Fernández en el número 1.403 de la revista Autopista. Es más, empezaba la prueba afirmando que su único defecto era el precio, muy elevado en relación con su categoría y a su equipamiento. Como se puede apreciar, el Volkswagen Golf ha sido un coche caro desde sus inicios, pero, como se suele decir, la calidad se paga, ¿no?

Volkswagen Golf 1 8 CL

La segunda generación del Golf, más grande y mejor fabricada, ya sentó las bases que definirían al modelo desde entonces y en adelante, en muchos apartados, como el comportamiento o el precio

Bajo el capó, el Golf 1.8 CL ya presentaba una solución que, siempre según la revista antes mencionada, presentaban mejores resultados que sus rivales. Solución en forma de cuatro cilindros gasolina con 1.781 centímetros cúbicos, ya visto en el Volkswagen Passat y en el Volkswagen Santana fabricados en España, que con una culata simple –un árbol de levas y dos válvulas por cilindro–, un carburador Pierburg de doble cuerpo y una compresión de 10:1, rendía 90 CV a 5.200 revoluciones y 14,7 mkg a 3.300 revoluciones. Un motor que tenía más cubicaje que cualquier de los rivales, a pesar de tener una potencia muy similar, con lo que se lograba una curva de par más plana y una respuesta más sólida y contundente.

Sin embargo, la caja de cambios, con cinco relaciones, tenía unos desarrollos absurdamente largos. La cuarta, por ejemplo, se iba hasta los 31,60 kilómetros/hora a 1.000 revoluciones, mientras que la quinta alcanzaba los 38,40 kilómetros/hora; más propio de un diésel…

Aun así, lo datos obtenidos por la revista demuestran que el motor movía esos desarrollos con relativa soltura. La velocidad máxima era de 177,7 kilómetros/hora, obtenida en cuarta –en quinta no pasaba de 175 kilómetros/hora–. Al mismo tiempo, los 400 metros se completaban en 18 segundos y los 1.000 metros, con salida parada, en 32,8 segundos. No era un velocista, aunque tampoco lo pretendía, para eso estaba el Golf GTI.

¿Virtudes? Pues como todo Golf: terminación esmerada, comportamiento fácil y eficaz, así como un buen habitáculo. ¿Contras? Precio, iba algo justo de equipamiento y, según parece, los frenos se quedaban justos.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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