El Simca 1000 GT se presentó en la Feria de Barcelona en 1970 y llegaba al mercado como, por así decirlo, un rival para el Renault 8 TS. Por aquel entonces, el Renault 8 se había convertido en un éxito de ventas y sus versiones deportivas destacaban en competición y era el deseo de muchos usuarios, incluso de padres de familia, pues no dejaba de ser un sedán que había nacido con otras aspiraciones iniciales.
Con el Simca 1000 GT, Chrysler, ya al mando de todas las operaciones y todos los activos de Barreiros, buscaba ofrecer exactamente la misma receta que los franceses y presentar así una batalla que, de otro modo, habría dejado solo, o casi, al Renault 8 TS. Versión, por cierto, que llegaba cuatro años después de que Barreiros comenzara la producción del Simca 1000, allá por 1966. No obstante, no podemos dejar pasar por alto, que el 1000 GT era una adaptación del Simca 1000 Rallye francés, aunque esté tenía un motor de menor cubicaje.
De entrada, llamarlo Simca 1000 no habría sido lo correcto si la marca mantuviera la nomenclatura, pues el motor de 1.204 centímetros cúbicos del GT procedía del Simca 1200 y recibía una nueva regulación de la carburación para obtener 61 CV DIN, lo que significaba ponerse por encima del R8 TS en cuanto a potencia –55 CV DIN, 60 CV SAE–. Era un movimiento estudiado, pues se quería superar al modelo francés en todos los apartados.
La revista Volante en su número 23, elogiaba la estabilidad del modelo a elevada velocidad y aunque no tenía una punta excesivamente alta –142 km/h–, aseguraban que era uno de esos coches aptos para lograr altas velocidades de crucero. También afirmaban que el motor contaba con una gran elasticidad, tanto en ciudad como en carreteras de montaña.
No obstante, en la revista Volante también dijeron que en curvas y contracurvas, a poco que haya desnivel en el terreno, la dirección tiene a levantarse del suelo, lo que no es precisamente buena señal. Por un camino similar fue la revista Autopista, que tras hacer una comparativa directa entre el Simca 1000 GT y el Renault 8 TS, criticó la dirección de ambos modelos, aunque al contrario que la revista Volante, también criticaron la estabilidad.
El Simca 1000 GT contaba con un esquema que, por entonces, ya empezaba a estar superado: motor trasero y propulsión. Esta configuración la tenían modelos como el mismo Renault 8, el SEAT 850 y cargaba mucho peso en el eje trasero, dejando el delantero más ligero que, cuando se aceleraba, se aligeraba todavía más y perjudicaba a la dirección. Detalle que se menciona, por cierto, en la prueba de la revista Volante.
Por supuesto, la suspensión era más firme que en el resto de versiones del Simca 1000 GT, lo que provocaba una pérdida de confort, algo bastante normal en versiones con aspiraciones deportivas. La caja de cambios contaba con relación cerrada y en conducción “al ataque”, tendía a sacar la trasera con relativa facilidad, siempre que atendamos a lo que decían las revistas de la época.
El Simca 1000 GT estuvo poco tiempo en producción, solo entre 1970 y 1971, tiempo durante el cual se fabricaron 1.500 unidades. Fue reemplazado por el Simca 1000 GT Rallye, presentado en 1972 en la misma Feria de Barcelona.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS