Coche del día: SEAT Ibiza 1.7 Sport Line

Coche del día: SEAT Ibiza 1.7 Sport Line

¿El canto del cisne de la primera generación?


Tiempo de lectura: 4 min.

El SEAT Ibiza 1.7 Sport Line apareció en la gama casi al final de la vida comercial del modelo. Suponía el tope de gama, por encima del Ibiza SXi, que todavía se comercializaba, equipado con una versión de cubicaje aumentado del ya famoso 1.5 System Porsche. Un motor algo más grande, que buscaba comenzar la pérdida de prestaciones que supondría la presencia de un catalizador, y que, si hacemos caso a la prensa, desarrollaba unas prestaciones brillantes, incluso por encima de rivales directos como el Renault Clio 1.7.

Corría el año 1991 y SEAT, ya bajo el control de Volkswagen, trabajaba para dar forma a un futuro que acabaría por ser más que interesante, y más que fructífero. El primer SEAT “by Volkswagen” se presentó ese mismo 1991 en el salón de Barcelona, el Toledo, que se vio acompañado de la puesta en escena del SEAT Ibiza New Style, que venía a ser, básicamente, un profundo trabajo de actualización sobre la primera generación del Ibiza. Cambiaron muchas cosas, por lo general, para mejor, y se aderezaron con el lanzamiento, también en 1991 –en septiembre–, del que sería el máximo exponente del pequeño utilitario español: el Ibiza 1.7 Sport Line. Luego llegaría el Sport, que tenía menos equipamiento, pero estéticamente y mecánicamente era idéntico.

El Ibiza Sport Line se podía reconocer a simple vista, gracias a diferentes detalles de la carrocería y a unos llamativos anagramas de gran tamaño en las puertas –y en otros lugares, pero más pequeños–. La prensa de la época, como la revista Autopista, destacó la presencia de las llantas de aleación de seis radios, exclusivas de esta versión, así como un habitáculo que dejaba en ridículo a lo visto hasta el momento. Solo los asientos y su tapizado ofrecían una imagen superior en todos los sentidos; y además, su aspecto encajaba perfectamente con su función.

Apenas estuvo dos años a la venta, de 1991 a 1993, cuando se presentó la segunda generación del SEAT Ibiza y se detuvo la producción de la primera

SEAT Ibiza 1 7 Sport Line (2)

Sin embargo, como cabe esperar, lo más interesante estaba bajo el capó: el motor de 1,7 litros derivado, directamente, del 1.5 System Porsche. Una de las modificaciones más importantes fue el aumento de carrera de los pistones, que pasó de 67,5 a 77,4 milímetros, mientras que la relación de compresión bajó un poco; de 11,1 a 10,8:1. Ahora, el motor tenía 1.675 centímetros cúbicos, dos válvulas por cilindro en una culata de aleación ligera con un solo árbol de levas, y se montaba inyección electrónica multipunto. No se ganaba mucho en potencia, eran 105 CV a 6.000 revoluciones, pero el par era de 14,5 mkg a 4.000 revoluciones y la curva de rendimiento era mucho más plana, con más poderío a bajo y medio régimen.

El motor, en general, recibió buenas críticas, al igual que los desarrollos del cambio, pero había un problema: tenía que lidiar con una aerodinámica propia de una caja de zapatos, que afectaba a la velocidad máxima y a los consumos, al igual que al confort sonoro del habitáculo. Además, la insonorización no era uno de los puntos fuertes del modelo español. En el caso de los consumos, había un aumento desproporcionado –según revistas como Autopista– a medida que la velocidad aumentaba y ponían un ejemplo: a cruceros de 160 km/h, se podían rondar entre los 11 y los 13 litros.

Por otro lado, el trabajo realizado en las suspensiones mejoró notablemente el comportamiento del coche en carretera con curvas. Se consideró “bastante sano”, sin reacciones bruscas; era fácil de controlar y fácil de gestionar al límite por el ya tradicional subviraje de todo tracción delantera. No obstante, tenía cierta tendencia a perder agarre en aceleración y los frenos no podían aguantar un trato duro, como una conducción deportiva en carretera de montaña.

El precio del SEAT Ibiza 1.7 Sport Line, en 1991, era de 1.499.000 pesetas, 9.009 euros sin incluir inflación desde entonces. Si añadimos esa inflación, obtendríamos 21.352 euros –inflación hasta 2024–.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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