El Porsche 911 Carrea Tiptronic fue una de las versiones más populares de la generación 996, pero también una de las menos deportivas, si es que se puede decir algo así de un “Nueveonce”. No perdía prestaciones, o al menos la pérdida era insignificante, pero sí perdía talante y carácter.
Antes, allá por inicios del Siglo XXI, las transmisiones automáticas eran más propias de coches de alta gama, pero no tanto en deportivos. Básicamente, porque los cambios automáticos no eran tan rápidos como ahora, ni tan eficaces. BMW tenía un cambio automático bastante racing para la época, el SMGII, mientras que Ferrari había empezado a ofrecer el cambio automático con levas en el volante a lo F1 y parecía ser bastante solicitado. Porsche tenía el cambio Tiptronic, que en realidad, se tomaba prestado del banco de órganos de Audi.
La primera vez que apareció el Tiptronic, o algo muy, muy similar, fue con el mismo Porsche 911 en 1989, cuando se montó la caja de cambios ZF 4HP22, pero no era la caja Tiptronic como tal, se podría decir que era un adelanto de lo que llegaría después, que no era otra cosa que una caja de cambios automática que permitía cambiar de marcha de forma secuencial, como en competición.
Por eso, el Porsche 911 Carrera montaba la caja de cambios Tiptronic, por su posibilidad de cambiar de marchas y mantener esa esencia deportiva. Sin embargo, no era, ni de lejos, tan veloz como la PDK, era un sistema por convertidor de par y por tanto, tenía ciertas pérdidas por resbalamiento. En el caso de la generación 996 Carrera, se combinaba con el propulsor de 3,6 litros, que rendía 320 CV a 6.800 revoluciones y 370 Nm de par a 4.250 revoluciones.
Son cifras que a cualquiera le valdrían para divertirse de lo lindo y permitían que el 911 Carrera Tiptronic fuera un coche muy rápido: 280 km/h de velocidad punta, 0 a 100 km/h en 5,5 segundos, 400 metros desde parado en 14,04 segundos y los 1.000 metros en 25,30 segundos.
Las sensaciones, siempre que se usara en modo manual, era tan deportivas como se podía esperar. Solo había que pisar el pedal del acelerador a fondo y mover el selector cuando se quisiera pasar a una relación superior, no hacía falta dejar de acelerar, y la gestión electrónica se encargaba de todo a una velocidad sorprendente. Sorprendente para aquel momento claro, y siempre que se no comparara con otro cambio de similar funcionamiento, pues a comienzos del Siglo XXI, por velocidad, el SMG II de BMW superó ampliamente al Tiptronic.
De todas formas, aunque las sensaciones y las prestaciones fueran plenamente deportivas, el Porsche 911 Carrera Tiptronic era el menos deportivo de todos, básicamente, por esa falta de conexión entre el conductor y el coche. Además, la mayoría de los usuarios nunca lo usaron en modo manual, lo que difuminaba totalmente la esencia deportiva del coche.
El Porsche 911 Carrera Tiptronic no era único en la gama, también se podía montar el cambio Tiptronic en el 996 Turbo y, por supuesto, con la carrocería descapotable.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS