Coche del día: Peugeot 605 SV TD

Coche del día: Peugeot 605 SV TD

Unos consumos muy contenidos, combinados con unas capacidades ruteras que eran referencia en la época


Tiempo de lectura: 3 min.

El Peugeot 605 SV TD, a finales de los años 80, costaba nada menos que 4.149.000 pesetas, unos 24.936 euros sin incluir inflación –unos 70.500 euros si sumamos inflación desde 1989 hasta 2025– y se consideró que era un coche “de buen precio”. Era la baza que jugaban los fabricantes generalistas cuando metían un producto en un segmento donde, teóricamente, no deberían estar, como el de los sedanes ejecutivos –o segmento E–. Pero en el caso del 605 SV TD, el precio solo era una variable, en el fondo, había mucho más.

Hace años, los fabricantes generalistas tenían, por lo general, un “coche grande”, un segmento E que buscaban no solo vender –las marcas de coches viven de vender coches… –, también ganar algo de prestigio y hasta demostrar sus capacidades. Aunque pueda parecer un sin sentido, hay veces que lanzan productos que no van a tener grandes ventas, pero servirá de muestrario sobre lo que pueden llegar a desarrollar. Es ahí donde, a veces, los generalistas veían el sentido de estar presentes en el segmento E.

Por ejemplo, el Peugeot 605 tenía varios objetivos: vender unidades –obviamente–, servir de catálogo tecnológico y de capacidades, pero además, potenciar la imagen y las ventas de otros modelos. Seguramente, hubo gente que vio el 605, pero como no podía permitírselo, optó por comprar un Peugeot 405. Y esto pasa constantemente…

La imagen del Peugeot 605 era imponente y tremendamente equilibrada, al juego con el resto de capacidades del coche

Peugeot 605 SV td (2)

De todas formas, había versiones del sedán francés que eran todo un caramelo y una referencia por derecho propio, como la equipada con el motor turbodiésel, el Peugeot 605 SV TD. Sí, a finales de los 80 ya se montaban propulsores turbodiésel y con resultados más que buenos, aunque, como cabe esperar, no se llegaba a los datos que se obtuvieron posteriormente. De hecho, en esta ocasión, hablamos de un motor capaz de desarrollar 110 CV y 25,3 mkg de par, pero para ello tiene que recurrir a algo más que un cuatro cilindros de poco menos de dos litros.

Concretamente, el Peugeot 605 SV TD recurría a un cuatro cilindros de 2.088 centímetros cúbicos, que tenía una llamativa culata con tres válvulas por cilindro, un árbol de levas en cabeza, inyección mecánica y un turbo de origen Mitsubishi. Según la prensa de la época, era un propulsor logradísimo, con muchísima facilidad para subir de régimen, con un carácter bastante “alegre” para ser un turbodiésel y mucha progresividad a la hora de entregar la potencia; progresividad de los años 80/90, claro. De hecho, las mismas revistas mencionan que el efecto del par se empieza a notar a partir de las 2.000 revoluciones.

Las prestaciones eran muy interesantes para la época. La velocidad punta, por ejemplo, era de 194 km/h, mientras que los 400 metros con salida parada los completaba en 19,4 segundos y los 1.000 metros, también con salida parada, los recorría en 35,9 segundos. También demostraba poderío en recuperaciones y necesitaba solo 24,1 segundos para recorrer 400 metros desde 40 km/h en quinta. Y la quinta era una marcha relativamente larga, con un desarrollo de 43,6 km/h cada 1.000 revoluciones…

El Peugeot 605 SV TD compartía mecánica con el Citroën XM, aunque la personalidad de cada coche era totalmente diferente. Como buen Peugeot, el 605 turbodiésel con 110 CV destacó por sus capacidades ruteras, por su facilidad de conducción y sí, por su diseño, obra de Pininfarina.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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