Coche del día: Peugeot 407 1.6 HDI

Coche del día: Peugeot 407 1.6 HDI

La variante más popular del sedán francés


Tiempo de lectura: 3 min.

El Peugeot 407 1.6 HDI fue, sin duda alguna, uno de los coches más populares de su categoría, un logro que era todo un mérito, pues el 407 apareció en una época especialmente dura para los coches del segmento D y porque, además, también tenía que sustituir a todo un éxito de ventas como era el Peugeot 406 2.0 HDI.

Las mecánicas turbodiésel también se vieron afectadas por la tendencia downsizing, que surgió, como muchas otras cosas, por la implementación de todo tipo de normativas de emisiones. Hubo quien no cayó en la moda de reducir los cubicajes y hubo quien hizo las dos cosas, desarrollar motores más pequeños para potencias contenidas, mientras se mantenía los propulsores más grandes para gamas de potencias más altas.

En el caso de PSA –a comienzos del Siglo XXI, todavía eran PSA– se dejó de lado al apreciado motor 2.0 HDI, que podía rendir hasta 110 CV, y adoptó un nuevo desarrollo con 1,6 litros que rendía las mismas cifras de potencia, pero en teoría, tenía menos consumos y, por tanto, menos emisiones, sin que por ello se perdieran prestaciones. Y en parte se logró el objetivo, porque el Peugeot 407 1.6 HDI se ganó buenas críticas de la prensa y también del público, porque se vendieron miles de unidades.

Por diseño, el Peugeot 407 era uno de los sedanes más atractivos de su época, y por prestaciones, también

Peugeot 407 1 6 HDI 110 CV (2)

Pero claro, es que el 16 HDI no se quedaba muy lejos del anterior 2.0 HDI. Con 1.560 centímetros cúbicos –carrera larga: 75 por 88,3 milímetros para diámetro y carrera respectivamente–, culata de dos árboles de levas y cuatro válvulas por cilindro, inyección directa por conducto común, turbo de geometría variable e intercambiador de calor –o dicho de otro modo: intercooler–, se anunciaba 110 CV a 4.000 revoluciones y un par de 24,5 mkg a 1.750 revoluciones. Eran las cifras básicas de cualquier propulsor turbodiésel de gama media, no en balde, era el rango de potencia con más ventas en Europa.

Comparado con el 2.0 HDI, solo se perdía un poco en par y, curiosamente, se anunciaba un consumo más elevado: 5,4 litros cada 100 kilómetros frente a 4,5 litros. Datos que se veían afectados por las diferentes normativas de homologación y que, en teoría, eran más realistas en el caso del 407 1.6 HDI –algo que se demostró, con el tiempo, que no era así–. Por cierto, cabe destacar que este motor surgió de un acuerdo con Ford para el desarrollo de nuevos motores turbodiésel, así que todos los Ford con el motor 1.6 TDCi de 109 CV, compartían propulsor con los modelos del grupo PSA con motor 1.6 HDI –Volvo y Mazda también lo usaron–.

Por los datos “sobre el papel”, el 1.6 HDI de 110 CV movía con bastante soltura al Peugeot 407. El 0 a 100 km/h, por ejemplo, y siempre según datos registrados por diferentes revistas –Autopista, Motor 16, Autovía– rondaba los 11 segundos, mientras que el 0 a 140 km/h se acercaba a los 24 segundos. El 0 a 400 metros lo completaba en torno a los 18 segundos y el 0 a 1.000 metros rondaba los 33 segundos. Nada mal y suficiente para cubrir las necesidades de cualquier usuario medio.

Sin embargo, no todos son cifras plasmadas en un papel y el comportamiento en carretera, así como la respuesta general, son parte fundamental. Y en el caso del Peugeot 407 1.6 HDI era, como cabría esperar de un Peugeot, de primer nivel. No hablamos de un coche deportivo, pero sí de un coche muy eficaz y agradable de conducir, con un claro talante rutero, característico de la marca. No en balde, el eje delantero era de paralelogramo deformable y el trasero de tipo multibrazo.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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