El Peugeot 205 GR Confort pretendía ser la opción popular, la más vendida dentro de la gama del polivalente francés fabricado en España –en Villaverde, en las antiguas instalaciones de Barreiros, por supuesto–. Su planteamiento era el de un coche cómodo, asequible y fácil de conducir. Además, con un precio de 829.735 pesetas –4.987 euros de mediados de los 80, unos 18.651 euros si añadimos el IPC–, era un coche relativamente accesible para una gran cantidad de usuarios.
Peugeot dio totalmente en el clavo con el lanzamiento del 205. La firma francesa estaba en apuros y necesita un coche “de ventas”, es decir, tenía que desarrollar un coche que tuviera una enorme aceptación y se vendiera como pan caliente. Lo que nadie había previsto fue el sensacional éxito que tendría ese coche, el Peugeot 205. Fue el coche referencia del segmento, el rival a imitar y, obviamente, a superar.
El Peugeot 205 GR Confort, fabricado en Villaverde, ayudó mucho a conseguir ese enorme volumen de ventas, gracias su precio y a que contaba con una mecánica que movía con bastante soltura un conjunto que apenas 860 kilos con el depósito lleno. Un motor, específico para el mercado español, con cuatro cilindros en línea de 1.204 centímetros cúbicos, culata de aleación con dos válvulas por cilindro y árbol de levas lateral, alimentado por un carburador monocuerpo para rendir 63 CV a 6.000 revoluciones y 10,4 mkg a 3.000 revoluciones –más o menos 100 Nm–.
Los Peugeot 205 fabricados en Madrid, tenían un capó diferente a las versiones francesas, necesario porque montaban motores específicos
Si echamos un ojo al equipamiento, lo más llamativo era la presencia de un servofreno y la ausencia de cosas como los reposacabezas y cinturones traseros, la imposibilidad de montar una dirección asistida o la presencia de tres ceniceros en el habitáculo. Es evidente que eran otros tiempos y las necesidades de los usuarios eran otras, aunque los cinturones traseros pronto empezaron a montarse, primero como opcional y luego de fábrica.
No obstante, aunque pretendía ser el caballo de batalla en la gama del modelo francés, el 205 GL, el más básico del catálogo, apenas se quedaba muy atrás ni por prestaciones ni por equipamiento, de hecho, apenas se diferenciaban estéticamente más allá de la presencia de unos embellecedores de plástico para las ruedas en el caso del 205 GR. La revista Autopista, en su número 1.288 publicado en 1984, comparó las dos versiones y constató que ambos eran igual de rápidos y que su comportamiento en carretera era básicamente el mismo, con unas suspensiones que ofrecían un buen compromiso entre dureza necesaria para una buena estabilidad y la blandura que exige la comodidad.
El Peugeot 205 GR montaba una caja de cambios de cinco relaciones, uno de los pocos utilitarios que montó una transmisión mecánica con más de cuatro desarrollos por aquellas fechas, y además, sin anunciarlo mediante anagramas en la carrocería –como sí hacían otros–. Sin embargo, su accionamiento era malo, con holguras, recorridos del selector muy largos y un tacto que no permitía insertar las marchas con solvencia. Un detalle, por cierto, que se ha mantenido en los modelos de Peugeot durante más de 20 años…
Los apartados de consumos no eran malos en la época. Las cifras en conducción normal rondaban los siete litros, que se combinaban con un depósito de 50 litros para lograr autonomías de unos 700 kilómetros. Kilómetros que pasarían a no más de 155 km/h, velocidad máxima registrada por la mencionada y conocida revista.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".El Peugeot 205 carro de batalla en Cuba. Rodando desde 1989……