Coche del día: Opel Kadett GT 1.8i

Coche del día: Opel Kadett GT 1.8i

Deportividad, pero sin llegar tan lejos como el Kadett GSi


Tiempo de lectura: 3 min.

El Opel Kadett GT 1.8i era, según la prensa de la época, un coche que permitía disfruta de una conducción deportiva, pero sin prescindir de ser un excelente vehículo de uso diario, sobre todo con la carrocería de tres volúmenes, que no solo sumaba una imagen muy apreciada en la España de los 80, también ofrecía un buen maletero para cumplir con las labores de coche familiar.

La deportividad es algo intrínseco al automóvil, una cualidad que siempre ha estado ahí desde el mismo momento en el que se inventó esta máquina. Pero hay muchas formas de deportividad, desde la más pura y prestacional, hasta, por así decirlo, la “postureta”, que se centra en el apartado estético y poco más. Y la verdad, no importa cuál escoja el fabricante, por lo general, las ventas están aseguradas.

En ocasiones, la deportividad prestacional y la presencia se juntan para crear coches como el Opel Kadett GT 1.8i, un modelo que combinaba las dos “deportividades” para lograr un conjunto que destacaba, siempre según la prensa, por encima de sus principales rivales. Sin embargo, como curiosidad muy llamativa, se criticó que en un coche con un marcado talante deportivo como el Kadett GT, no tener siquiera un manómetro de aceite o un termómetro para el refrigerante, dos indicadores que hoy son pura leyenda urbana en cualquier coche moderno. Solo se alabaron los asientos, de mullido duro y una sujeción lateral muy conseguida.

Cada época deja pinceladas interesantes y muy peculiares, y en esta ocasión, el Kadett GT nos presenta una forma muy particular de entender la deportividad. De primeras, hablamos de un coche con 112 CV a 5.600 revoluciones y 16,1 mkg a 3.000 revoluciones, extraídos de un cuatro cilindros de 1.796 centímetros cúbicos, culata de aleación con un árbol de levas y alimentación por inyección –el sistema Bosch L-Jetronic–, que se combinaba con un cambio manual de cinco relaciones y desarrollos bastante ajustados –la quinta era de 31,9 km/h a 1.000 revoluciones–. La velocidad máxima, 206 km/h, se lograba en quinta casi al corte de inyección.

El Kadett no solo destacó por una carrocería de formas llamativas y aerodinámicas, también por el talante deportivo de algunas versiones

Opel Kadett GT 1

A ojos de cualquier usuario moderno, 112 CV no son suficientes para un deportivo, pero estarían pasando por alto que el Opel Kadett GT 1.8i pesaba en orden de marcha algo más de 950 kilos; la relación peso-potencia es un poco superior a los ocho kilos por caballo.

Pero, además, la deportividad no siempre tiene que ver con la potencia, sino con el comportamiento, con el feeling que le llega al conductor y, sobre todo en un coche de calle, con las sensaciones –en competición solo importa la velocidad–. Sin embargo, para la época, era un coche veloz, sirva de ejemplo que superaba por tres décimas al Volkswagen Golf GTI en el kilómetro con salida parada.

Seguro que has escuchado eso de que los Opel no giran, ¿verdad? Pues bien, según la revista Autopista, en curvas cerradas el Kadett GT 1.8i se mostraba prácticamente neutro –con igual presión en todas las ruedas–, pero si la curva es algo más abierta y se “ataca” a una velocidad muy alta, el tren trasero cobraba vida y tendía a irse por cuenta. Por otro lado, llamará la atención la dirección, que con nada menos que 4,1 vueltas entre topes, no era precisamente deportiva, como tampoco lo era, al parecer, el selector del cambio, de accionamiento lento y de recorridos largos.

El precio del Opel Kadett GT 1.8i era de 1.846.345 pesetas, 11.097 euros de finales de los 80 –29.496 euros de 2024–, ligeramente más caro que algunos de sus rivales, como el Alfa Romeo 33 QV –1.758.095 pesetas–, o como el Peugeot 309 GT –1.705.000 pesetas–.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

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