Coche del día: Nissan R380

Coche del día: Nissan R380

Con este modelo el automovilismo japonés se enfrentó a Porsche dando muestras de un buen desarrollo tecnológico


Tiempo de lectura: 5 min.

Desde los ochenta y hasta que en el 2015 renunciase a continuar en el Campeonato Mundial de Resistencia, Nissan ha sido una de las marcas más recurrentes en los Sport Prototipo de Le Mans. Una de las cimas del automovilismo deportivo, a la cual llegó tras un largo camino con el Prince R380 como primera piedra. O al menos como primera piedra decididamente creada por y para las carreras, ya que el arranque de todo esto viene de la mano de las unidades del Skyline 2000GT modificadas para el Gran Premio de Japón de 1964 en la categoría de GP-II.

Uno de los momentos más simbólicos en la historia de la competición con sello nipón, ya que estas berlinas que actualmente se tienen como precursoras de los Nissan GT-R – aunque pueda sorprender los primeros modelos bendecidos con esta icónica denominación tuvieron carrocerías de cuatro puertas – cosecharon todas las posiciones desde la segunda hasta la sexta, sólo siendo superadas por un Porsche 904. De esta forma, las capacidades deportivas de Prince – absorbida por Nissan en 1966 – quedaban más que demostradas, tomándose por ello en serio la construcción de un modelo decididamente de carreras para la temporada siguiente.

De esta forma nacía el Prince R380. Uno de los primeros modelos con los que el automovilismo japonés no sólo generaba mecánicas deportivas, sino también las envolvía con carrocerías aerodinámicas colocadas sobre chasis pensados para portar el motor en posición central. Justo el esquema inaugurado por Cooper, Matra y Lotus para finalmente ser incluso admitido por el tozudo Enzo Ferrari gracias al 250 LM a instancias de Mauro Forghieri. Un paso fundamental, pues al llevar el centro de gravedad bajo y un buen reparto de pesos el Prince R380 podía comportarse de una manera más normal para los pilotos de competición, no necesitando hacer maniobras creativas como las que precisaban los Skyline 2000GT. Berlinas que, por sus pesos e inercias, debían entrar a las curvas derrapando en una suerte de prehistoria del drifting.

prince r380 (3)

Lo que los Skyline 2000GT fueron capaces de hacer contra el Porsche 904 animó a Prince a tomarse mucho más en serio la competición, por ello decidieron dar el salto a un modelo con motor central y chasis basado en el de un Brabham

Prince R380, es un coche de carreras y además lo parece

Durante los sesenta, la mayor batalla del automovilismo deportivo se interpretó en Le Mans con el duelo histórico entre Ford y Ferrari. No obstante, un poco antes empezó en Japón otra también definitoria. Aquella que lanzó Prince / Nissan contra Porsche, no habiendo de por medio iras y revanchas mal llevadas como las exhibidas por Ford pero sí una clara necesidad de afirmación de la industria japonesa al querer imponerse ante los deportivos europeos. Un proceso de lo más interesante, dentro del cual también se inscriben modelos de serie como el Toyota 2000GT.

Mercadotecnias aparte, lo cierto es que si bien en materia de motores los japoneses ya estaban a un gran nivel aún les quedaba trecho por recorrer en materia de chasis. Asó las cosas, para el Prince R380 los ingenieros recurrieron al Brabham BT8 como modelo. Tan pequeño y veloz como rápido y efectivo, su carácter de barchetta pegada al suelo en las curvas le hizo ganar cierta fama en circuitos como Laguna Seca pero también algunos de Asia como el del GP de Singapur. Gracias a ello, los de Prince tomaron su chasis para montar en él un motor realmente muy parecido al de los Skyline 2000GT de 1964.

Eso sí, en posición central y con una serie de modificaciones que dejaron a este seis cilindros en línea con dos litros de cilindrada en 200 CV a 8.400 rpm. Cifras nada desdeñables, especialmente si tenemos en cuenta los tan sólo 620 kilos arrojados por el Prince R380. Esto en 1965, pues cuando al año siguiente Nissan se hizo cargo de Prince la aerodinámica fue rediseñada por completo y además la potencia aumentó hasta los 220 CV.

prince r380 (2)

Poco a poco el automovilismo deportivo japonés iba dando muestras de llegar a un alto desarrollo tecnológico, lo cual acompañó el asalto de sus modelos de serie a mercados como el europeo pero, especialmente, el norteamericano

Con estas mejoras, para el GP de Japón de 1966 al fin llegaría el momento en el que los Prince R380 se verían las caras con los Porsche. Un momento tenso, pues la propia marca alemana había sido informada de la situación, llevando a Suzuka a los nuevos 906 en vez de los antiguos y más modestos 904. De hecho, a través de equipos privados se llegaron a inscribir hasta tres. Contra ello Nissan alineó cuatro R380, los cuales consiguieron la hegemonía y el primer puesto en la carrera. De esta forma – y a pesar de que Porsche obtuvo su revancha al año siguiente – el automovilismo deportivo japonés empezaba a dar síntomas de querer y poder salir de sus fronteras patrias. Ni más ni menos que el prólogo de lo que hoy en día es el dominio de Toyota en Le Mans.

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Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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