El Nissan Primera 1.8 16v Acenta se posicionaba en una parte del mercado que, a finales de los 90 y comienzos de los 2000, no tenían el favor del publico. Era la época de los diésel, el gasóleo mandaba en todas las litas de ventas y coches como el Primera, con su motor “de gasolina” y 116 CV, no despertaban el interés que realmente se merecían. Sí, efectivamente, su consumo era algo superior a las versiones turbodiésel, pero para determinados usuarios, era una opción mucho mejor.
La última generación del Nissan Primera, conocida como P12 y fabricada entre el año 2002 y el 2007, sorprendió a todo el mundo por su atrevido diseño, tanto exterior como interior, que no impidió que se pudieran ver bastantes unidades en circulación. No fue uno de los coches más vendidos, pero sí uno muy interesante, que ya dio una pista de por donde iría Nissan en los siguientes años, sobre todo en cuestiones de calidad de fabricación y cualidades en otros temas como el comportamiento.
El Nissan Primera 1.8 16v Acenta era una de las versiones más equilibradas del modelo, una gama media con mucho equipamiento, aunque algo caro y, también, un poco justo de prestaciones. No obstante, esto siempre será cuestión de gustos y de necesidades, pues por ficha, en realidad el Primera con el 1.8 16 válvulas gasolina, anunciaba 194 km/h de velocidad punta y 11,9 segundos para completar el 0 a 100 km/h. Dos datos que no representan todas las cualidades del coche, pero permiten hacerse una idea de lo que podría ser y que, en el fondo, son suficientes para cualquier usuario de tipo medio.
La última generación del Nissan Primera rompió moldes con su diseño, pero el motor 1.8 16v, con sus 116 CV, no destacaba por prestaciones
Con una tarifa de 22.250 euros, el Primera 1.8 16v con acabado Acenta era un coche que superaba ligeramente la media del segmento. Por ejemplo, un Ford Mondeo similar, el 1.8 16v Trend, tenía un precio de 19.650 euros. Una diferencia suficiente para inclinar la balanza hacia el modelo norteamericano, que además tenía un diseño mucho menos arriesgado y, para colmo, era más potente. El motor del Primera, como hemos comentado al inicio, tenía 116 CV, que llegaban a 5.600 revoluciones y se acompañaban de un par de 16,6 mkg a 4.000 revoluciones. Unos 160 Nm que se antojan algo justos para un coche que medía 4,57 metros de largo y pesaba 1.389 kilos.
Sin embargo, el Nissan Primera tenía otras virtudes. El motor, por ejemplo, ofrecía una entrega de potencia muy suave y progresiva, sin vibraciones y con un sonido apenas perceptible desde el interior del coche, a no ser que el conductor solicitara mucha potencia, en cuyo caso, el motor se dejaba notar, sobre todo al máximo de sus capacidades. Detalles que se quedaba un poco eclipsados por el comportamiento dinámico, que según la prensa de la época, estaba por encima de la media con claridad, con un paso por curva impropio de un coche de su categoría por estabilidad, tacto y velocidad.
La generación P1 del Primera fue la última, la marca japonesa no ha vuelto a recuperar la denominación y no ha vuelto a ofrecer, en Europa, un coche en la categoría de los sedanes y berlinas de tamaño medio.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS