El Mercedes 300 SEL 6.3 Pininfarina es una de esas rarezas casi desconocidas en la historia del automovilismo. Algo que, además, resulta completamente lógico. No en vano, mientras BMW ha colaborado sólo dos veces con Pininfarina, Mercedes no la ha hecho ni una sola de manera oficial. De hecho, quitando algunos casos como la primera generación del Golf y la relación con Giugiaro, las marcas germanas se han caracterizado por elaborar ellas mismas sus diseños y carrocerías. Una costumbre que han llevado muy a gala, siendo realmente escaso ver cómo maridan mecánicas alemanas con diseños italianos.
En el caso de Mercedes, sólo indagando en compendios de prototipos y piezas únicas de Pininfarina se puede localizar algún trabajo sobre el Pagoda – donde sólo se retoca un poco la caída del techo -, una estilización del 300S en forma de coupé y el 300 SEL 6.3 Pininfarina claro está. No obstante, lo primero a indicar sobre este tercer modelo es que siquiera fue creado por encargo de Mercedes. Una historia que veremos más adelante porque en este momento vamos a situarnos en 1968. Año en el que se presenta al 300 SEL como una berlina tope de gama dotada de una potencia realmente interesante.
Concretamente 250 CV gracias a su V8 de 6,3 litros. Todo ello con una gran entrega de par desde muy bajas revoluciones. Coordenadas que incluso sorprendieron al director de Mercedes en aquel momento, relatándose en no pocas publicaciones la anécdota de cómo al probar el modelo se paró en el primer semáforo para abrir el capó y ver “ qué habían metido ahí ”. Y es que, por mucho que esta berlina cuente con una conservadora estética, su rendimiento mecánico estaba a la altura del de muchos deportivos de la época. Especialmente cuando se probaba en autovías, donde era capaz de convertirse en un misil con el que devorar kilómetros a toda velocidad con total placidez.
Mercedes tiene una amplia saga de modelos coupé a sus espaldas, sin embargo en este caso no quiso atender los deseos de aquel cliente, quien finalmente se fue a Pininfarina para lograr sus deseos
Mercedes 300 SEL 6.3 Pininfarina, un ensayo inesperado
Ahora no vamos a reseñarla siquiera de forma enciclopédica porque sería complicado incluso intentando resumir. Pero la verdad es que el concepto de coupé está no sólo muy bien trabajado en Mercedes, sino también de una forma muy prolífica. No obstante, al 300 SEL 6.3 se le recuerda como una gran berlina. Hecho que le pareció insuficiente a uno de sus primeros compradores, quien soñó con la posibilidad de equipar a este modelo con una carrocería de dos puertas. Ni corto ni perezoso, éste acudió a la propia Mercedes para proponérselo.
Al fin y al cabo, cuando uno compra un coche de tan alta gama puede creerse en el derecho de tener conexión directa con los despachos de la empresa. Además, poco antes la propia Mercedes había producido un coupé pieza única para celebrar la jubilación de uno de sus directivos usando al espectacular y enorme 600 W100 como base. Vamos, viendo que la casa alemana se había atrevido a hacer un coupé partiendo del mismo punto que un Pullman obviamente nuestro intrépido comprador pensó en tener posibilidades a la hora de ver satisfecho su capricho.
No obstante, Mercedes lo despachó con un taxativo no. Respuesta que se entiende, ya que aún siendo una marca exclusiva ésta no lo es tanto como para poder dedicarse a la fabricación de piezas únicas por encargo. Así las cosas, nuestro hombre se dirigió a Pininfarina. Carrocera acostumbrada a los “ one off “ allí encontró una recepción positiva a sus deseos, por lo que en 1969 ya tenía listo un coupé sobre la base de su Mercedes 300 SEL 6.3.
Aunque en su momento pasó sin pena ni gloria, esta unidad cobró importancia seis años más tarde cuando al aparecer el Rolls-Royce Camargue resultó bastante obvia la conexión entre ambos modelos
Hasta aquí todo normal. De hecho, bastante normal. Ya que aunque cualquier diseño de Pininfarina siempre es motivo de interés y estudio lo cierto es que aquí tampoco nos encontramos con una de sus creaciones más soberbias. Eso sí, proporcionado, elegante y sobrio es. De hecho, tanto que no resulta nada difícil ver la similitud con el Rolls-Royce Camargue. El primer modelo de la marca en ser diseñado por alguien ajena a la misma, recayendo esta vez sobre el lápiz de Paolo Martin. Una de las firmas más destacadas en la historia de Pininfarina, quien no dudó en usar al Mercedes 300 SEL 6.3 Coupé como una inspiración directa. Prueba de ello es que la transformación del Mercedes es seis años anterior a la presentación del dos puertas británico. En suma, aunque no llegó a ser uno de los mejores diseños únicos de Pininfarina, este Mercedes 300 SEL tiene la virtud de ser el cimiento para el que poco después se alzaría como uno de los coches más cotizados y deseados del momento.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.Es la 500 sec