Coche del día: Kia Sephia II 1.6 16v RS

Coche del día: Kia Sephia II 1.6 16v RS

Por relación calidad-precio, era un coche interesante


Tiempo de lectura: 3 min.

El Kia Sephia II 1.6 16v RS estaba muy lejos todavía de lo que ha llegado a ser Kia, y a pesar de su apellido “RS”, tampoco era un coche con aspiraciones deportivas. No obstante, como coche “para todo”, el Sephia II 1.6 16v RS hacía un buen papel y permitían tener un sedán de tamaño medio a un precio imposible de igualar por sus rivales.

Cuando Kia y el resto de firmas surcoreanas llegaron a Europa, su planteamiento era claro: coches económicos, sin mayores aspiraciones que ser un vehículo funcional y barato. Y así cumplieron durante años, hasta que poco a poco, empezaron a aumentar sus calidades y sus ambiciones, para dejar de lado su vertiente “low cost” y convertirse en una marca al nivel de cualquier europea.

El Kia Sephia II 1.6 16v RS es anterior a ese cambio, aunque ya dejaba ver que en la marca querían un cambio y buscaban un cambio. Por ejemplo, el diseño, comparado con el primer Sephia, era más europeo y sus volúmenes más equilibrados, aunque la trasera todavía dejaba notar su origen Surcoreano. También había mejoras en cuanto a diseño y ajustes, que se adecuaban más al gusto de los usuarios del Viejo Continente.

Sin embargo, si tenemos en cuenta lo que decía la prensa, la auténtica guinda del Kia Sephia II 1.6 16v RS era su motor, perteneciente a una nueva generación que la marca denominó “Mi-Tech”. No era un propulsor de prestaciones espectaculares ni de técnica ultra avanzada, pero lograba sus objetivos con un funcionamiento más que correcto. Así, tenía cuatro cilindros de 1.594 centímetros cúbicos, culata de 16 válvulas, doble árbol de levas en cabeza e inyección multipunto, capaz de rendir 101 CV a 5.500 revoluciones y 145 Nm a 4.500 revoluciones.

La revista Coche actual pasó un ejemplar por el banco de rodillos y casi calcó los datos homologados por el fabricante. Obtuvo 101 CV a 5.420 revoluciones y 142 Nm a 4.540 revoluciones, junto con unos consumos aceptables, pues la media se quedaba en 8,5 litros. En ciudad, como suele ser costumbre –con los motores de combustión, con los eléctricos es al revés–, el consumo era más alto y se situaba en 10,4 litros.

Ramiro Mansanet, quien firmaba la prueba antes mencionada, tenía buenas palabras para ese motor y elogió que, a solo 2.000 revoluciones, ya tenía el 80% del par disponible y se mantenía más o menos estable hasta superar las 5.000 revoluciones.

Sin embargo, no tenía los mismos halagos para el bastidor. Al parecer, el equipo de suspensiones no conseguía una adecuada estabilidad lineal –muelle y amortiguador blandos, así como estabilizadoras poco rígidas–, la dirección era poco precisa y los frenos no tenía la potencia suficiente –de 140 km/h a 0, por ejemplo, necesitaba 90 metros, mientras que un Renault Mégane Classic necesitaba 80, por usar un ejemplo comparativo–. Los neumáticos también colaboraron, unos Hankook 185/65 en llanta de 14 pulgadas.

Es curioso que se ofrecía el ABS en opción, cuyo montaje implicaba que se cambiaran los frenos traseros de tambor por unos de disco. De todas formas, el Kia Sephia II 1.6 16v RS tenía un precio de 1.995.000 pesetas, 11.990 euros de 2001 –20.035 euros si le sumamos la subida del IPC desde entonces hasta 2024–.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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