Coche del día: Hyundai Accent GT (X3)

Coche del día: Hyundai Accent GT (X3)

Lo más deportivo y ambicioso de la gama Accent


Tiempo de lectura: 3 min.

El Hyundai Accent GT era la versión más deportiva del exitoso modelo surcoreano, aunque presentaba una deportividad, digamos, algo comedida. Como el resto de opciones de la gama, destacaba por un precio casi imbatible: 2.069.000 pesetas, 12.435 euros de 1997 –sin sumar inflación–.

Allá por los años 90, marcas como Kia o Hyundai comenzaron a dejarse ver por Europa. Sus coches, al menos los que traían al Viejo Continente, estaban por debajo la competencia en cuanto a acabados y prestaciones, pero lo compensaban con unos precios igualmente por debajo de los rivales locales. Coches como el Hyudai Accent fueron un enorme éxito de ventas gracias a esos precios, aunque también es justo reconocer que eran coches fiables, versátiles y fáciles de mantener.

Todas las versiones eran, digamos, honestas. No vendían nada que no ofrecían y solo había que mirar la ficha técnica para saber que encontraría. Es justo lo que ocurría con el Hyundai Accent GT, era un coche absolutamente honesto, aunque no por ello menos ambicioso. Con esa versión buscaba ofrecer un ligero toque picante en la gama, un modelo de aspiraciones deportivas que, claramente estaba enfocado a los chavales con el carnet recién sacado y pocas disposiciones económicas a su alcance.

Hyundai Accent GT (2)

Estéticamente no era nada radical, pero si qué era un coche interesante. Paragolpes, llantas –de 14 pulgadas co neumáticos 175/65–, taloneras y un pequeño alerón sobre la tapa del maletero marcaban la imagen del Accent GT, mientras que en el interior apenas había diferencia con otras versiones más allá de una tapicería específica y un volante de tres radios de aspecto deportivo.

No obstante, es curioso que, según la persona que probaba el coche, las revistas decían una cosa u otra con respecto al nivel de acabado general. En Coche actual, por ejemplo, en una ocasión afirmaron que los interiores estaban bien rematados, pero en otra, decían que tanto acabados como ergonomía debían mejorar, aunque estaban bastante acorde con le precio…

Donde siempre encontraban un nexo de unión era con el motor. No era un coche espectacularmente rápido, como hemos dicho antes, era un coche honesto incluso con el motor. Escondía un cuatro cilindros de 1.495 centímetros con culata multiválvula, que rendía 100 CV a 5.900 revoluciones y 134 Nm de par a 4.700 revoluciones. El cambio era manual de cinco relaciones con unos desarrollos bastante ajustados y tenía que mover un conjunto que no llegaba a los 1.100 kilos. ¡Qué tiempos aquellos!, ¿verdad?

El Accent era un coche muy sencillo y eso se notó también en su variante más aspiracional, aunque no por ello dejaba de ser un cochecillo interesante para algunos conductores

Hyundai Accent GT (3)

La cuestión es que ese precio contenido tenía sus motivos, que se centraban básicamente en un equipamiento sificiente, aunque con lagunas. No había ABS, no había aribags y no había cierre centralizado, pero además, cuando decimos que no había, es que ni siquiera estaban disponibles como opción. Es otro de los motivos por el cual, el precio era tan ajustado, aunque en 1997 era incomprensible no tener un cierre centralizado…

Sin embargo, en cuanto a su conducción, la deportividad estaban más en sus aspiraciones y en su espíritu. El motor era agradable y tenía un funcionamiento equilibrado, con una buena respuesta y cierta alegría para subir de vueltas, pero el cambio era lento de accionar y la suspensión tenía unos tarados con falta de firmeza en apoyo que provocaban excesivos movimientos de la carrocería. Los frenos, al parecer, eran bastante pobres y, por ejemplo, necesitaban 104 metros para detener el coche por completo desde los 140 km/h.

Quizá con un par de retoques aquí y allá una vez en el garaje, todas esas cosas se solucionaban, porque al menos, lento no era. La velocidad máxima era de 188 km/h, nada mal para 100 CV. El 80 a 120 km/h en quinta lo completaba en 17,3 segundos y los 1.000 metros con salida parada en 33,6 segundos.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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