El Ford Fiesta, el primer “coche pequeño” fabricado por la firma norteamericana y además, uno diseñado especialmente para Europa, con tracción delantera, motor transversal y una gama pensada para gente joven, un rival directo para el Renault 5. Hace ya mucho de aquello, más de 40 años.
Desde su primera aparición, más o menos a mitad de la década de los 70, el Fiesta ha sido uno de los coches más vendidos de Ford y ha contado con diferentes generaciones, a cada cual mejor que la anterior e igual de exitosas. No obstante, siempre se puede destacar alguna generación específicamente, ya sea por unos motivos u otros, y una de ellas es la tercera iteración del Ford Fiesta, cuyo lanzamiento mundial se llevó a cabo en febrero de 1989.
La tercera generación del Ford Fiesta fue la primera que rompió realmente con sus antecesores y presentó un cambio notable y sí, para mejor. Era más grande –17 centímetros más largo y cinco más ancho–, estaba mejor fabricado, su diseño era más redondeado y moderno, y presumía de cosas como ser el primer utilitario del mercado en equipar ABS. Hoy, montar ABS está obligado por normativa y nadie se acuerda siquiera de que ese sistema existe, pero a finales de los 80 y comienzos de los 90, que un coche de la categoría del Fiesta montara algo así no era lo más común, más bien lo contrario.
Otro hito, si podemos considerarlo así, es que la tercera generación del Ford Fiesta fue la primera en ofrecer una carrocería de cinco puertas, un detalle muy curioso hoy día, pues las carrocerías de cinco puertas son, precisamente, las únicas que sobreviven en el mercado. Las opciones con solo tres puertas se han retirado poco a poco y solo quedan modelos como el Toyota GR Yaris, que está más cerca de un coche de rallies que de un utilitario.
Fue una de las generaciones que más tiempo estuvo a la venta y fue un auténtico éxito de venta,s a pesar de tener frente a sí a coches como el Peugeot 205, posiblemente uno de los coches más exitosos de su tiempo. De hecho, con el francés tuvo más de una batalla, sobre todo en el apartado deportivo, donde el Ford Fiesta RS Turbo derrochaba brutalidad y ponía en aprietos a su conductor, mientras el Peugeot 205 GTi le regalaba una puesta a punto lo suficientemente eficaz como para aprovechar los 130 CV de su motor de 1,9 litros.
La producción se alargó hasta 1997 y solo en los dos primeros años de producción se superó el millón de unidades vendidas. Por supuesto, se fabricó en España, en las instalaciones de Almussafes, en Valencia, pero también en Dagenham –Reino Unido– y en Saarlouis –Alemania–.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".Hola. Yo tengo uno así, modelo 95 naftero español. Y anda muy bien!!
Buenas
El 205 Gti no era multivalvulas
Carlos, muy buenas. Razón tienes, es un ocho válvulas, tanto el GTi con el 1.6 como el 1.9. Corregido. Gracias por el apunte.