Cuando en 1983 se presentó el FIAT Uno gran parte del mercado y los medios quedó seducida ante la que, normalmente, no suele ser la versión más llamativa ni prestacional. Hablamos de la diésel. Situada justo en las antípodas de la garra emocional derrochada por los GTI que, en aquellos años ochenta, con tanto número se basaban en estos pequeños utilitarios de los segmentos B y C. No obstante, todo tiene su lógica. O mejor dicho, su ley. Y es que para entender el gran éxito tecnológico interpretado por este escueto y discreto automóvil hay que hablar algo sobre la legislación tributaria italiana en lo relativo a los impuestos sobre el automóvil.
Y para ello vamos a refrescar la memoria de los más ferraristas. Al fin y al cabo, éstos seguro que entienden cómo dentro del gran conglomerado del Grupo FIAT existen hilos invisibles entre modelos muy dispares. De esta manera, vamos a situarnos a comienzos de los años ochenta. A fin de abaratar al 308 acentuando así su carácter como modelo de acceso a la gama, Ferrari decide reducir la cilindrada del mismo situándola en 1.9 litros. Eso sí, a cambio incorpora por primera vez en su historia el turbocompresor en uno de sus vehículos de serie. Así las cosas nace el Ferrari 208 Turbo, el cual se beneficia de las amplias exenciones fiscales otorgadas a modelos con cilindradas menores por parte de la administración italiana.
Un ejemplo que pone encima de la mesa de una forma muy ilustrativa la importancia que en aquel país tienen – o tenían – los tramos fiscales en relación a términos de potencia y cilindrada. Es más, si a aquella ecuación se le añade la motorización diésel estamos hablando de más descuentos en plena década de los ochenta. Un momento donde ya se había propagado plenamente la conciencia sobre la racionalización del consumo de combustible producida a partir de la Crisis del Petróleo dada en los años setenta. Pero claro, ¿cómo conciliar un motor diésel de pequeña cilindrada con la capacidad para llevar a unos cuatro pasajeros a velocidades de crucero holgadas? No en vano, aquello era todo un reto para la ingeniería del momento, siendo la cumbre respecto a la relación entre consumos y prestaciones. Justo el problema que resolvió favorablemente el FIAT Uno Diésel.
En Italia este modelo se convirtió en todo un éxito de ventas gracias a la forma en la que se beneficiaba de exenciones fiscales de todo tipo por su cilindrada y escueto consumo
FIAT Uno Diésel, pequeño pero eficiente
Con su motor de 1.3 litros el FIAT Uno Diésel fue el turismo con ese ciclo de combustión con menos cilindrada de entre todos los del momento en Europa. De hecho, gracias a ello se benefició de las exenciones dadas a un modelo diésel que estuviera por debajo de los 1.350 centímetros cúbicos. Un horizonte muy prometedor. Tanto que la administración italiana no pensó que ningún fabricante nacional lo fuera a lograr, por lo que estableció incluso la posibilidad de poder circular gratis a través de los peajes.
Con este caramelo en el horizonte, los de FIAT se pusieron manos a la obra en el desarrollo del motor ya en tiempos del 127. Pero claro, fallaban temas como la aerodinámica o el confort en marcha para hacer del modelo un éxito de ventas. Hasta que llegó el FIAT Uno Diésel, con una potencia de 45 CV a 5.000 revoluciones por minuto y 75 Nm a 3.000. Suficiente para un peso de 810 kilos, pudiendo llegar hasta los 146 kilómetros por hora.
Todo ello con un consumo promedio en ciclo combinado de unos 6 litros, por lo que la economía estaba asegurada. Y es que en aquella época sólo se contemplaba la motivación de ahorro para el diésel al hablar de cilindradas mucho más generosas. Hasta la llegada del FIAT Uno Diésel, al menos en Europa – otra cosa era Japón y algunos de sus motores de tres cilindros – nadie hubiera pensado en adquirir un diésel de tan baja cilindrada esperando ni buenas velocidades de crucero ni un ahorro significativo.
Aunque los modelos diésel del Grupo PSA eran tan eficientes en su tecnología que pocos podían hacerles sombra, el FIAT Uno Diésel fue uno de los utilitarios de este tipo más afinados del momento
Otra cosa diferente fue lo que opinaban periodistas y usuarios en países que no fueran Italia, donde ese escalafón fiscal que antes comentábamos no de daba de una forma tan intensa. No obstante, incluso así el FIAT Uno Diésel era uno de los coches con mejor relación precio/prestaciones/consumo del segmento B. Sólo superado en algunos aspectos por los diésel del Grupo PSA, sin duda los verdaderos expertos en la materia dentro de los fabricantes europeos dedicados a la misma en los años ochenta.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS