Cuando el FIAT Tempra se lanzó al mercado, la opinión generalizada fue muy similar en todos los medios: FIAT había hecho un gran esfuerzo en aumentar la calidad y suponía los primeros pasos para ponerse al nivel de los mejores. Las ventas en España comenzaron en 1990, poco después de ser presentado en Italia, y la versión destinada a copar gran parte de las ventas era el Tempra 1600 SX. Básicamente, porque contaba con un motor de prestaciones medias y un precio ligeramente por debajo de los dos millones de pesetas –1.916.818 pesetas, 11.520 euros aproximadamente, siempre sin tener en cuenta la subida del IPC–.
El Tempra se desarrolló para reemplazar al FIAT Regata, compartía plataforma con el Lancia Dedra –la plataforma Tipo 2– y en teoría, y al final en la práctica, mejoraba en todo al mencionado Regata, aunque sus rivales de la época eran muy, muy buenos: Renault 21, Peugeot 405, Ford Sierra… Es decir, no lo tenía fácil para destacar y la prevista como versión estrella, la mencionada 1.600 SX, tampoco le permitía brillar en exceso.
Bajo el capó –allá por 1990 todavía se usaba la palabra capot–, el FIAT Tempra 1600 SX escondía un motor monoárbol y con dos válvulas por cilindro, que todavía recurría a un carburador para la alimentación. Nada raro, por cierto, en aquellos años, aunque muchos ya se habían pasado a la inyección. La cilindrada exacta era de 1.581 centímetros cúbicos y rendía 86 CV a 5.800 revoluciones y 13,5 mkg a 2.900 revoluciones –unos 130 Nm–. Se le consideraba un motor bastante bueno, aunque también se posicionaba un poco por debajo del resto de rivales, cuyas versiones “punta de lanza” rondaban los 90 o incluso los 100 CV.
El Tempra representaba un paso adelante por parte de FIAT en cosas como la calidad de fabricación
Las prestaciones del Tempra 1.600 eran correctas para el tipo de coche y para las cifras de su motor. LA velocidad máxima, según la marca, era de 175 km/h, más que suficiente por aquel entonces e incluso ahora, aunque los consumos hoy podrían parecer disparatados. La media registrada por algunos medios españoles de aquellos años rondaban los 9,3 o los 9,6 litros, una pasada para un coche de 86 CV y poco más de 1.000 kilos de peso, pero claro, es lo que tiene usar carburador en lugar de inyección. Eso y que la eficiencia de los motores se ha mejorado muchísimo en 30 años. De todas formas, esos datos tampoco eran los mejores en su momento, de hecho, estaba por detrás de todos los rivales.
Algunos medios comentaron que los desarrollos eran algo cortos, con una quinta de 30km/h a 1.000 revoluciones, al tiempo que también se elogiaba la cuidada aerodinámica de la carrocería. Con un coeficiente de penetración de 0,28, el mejor de su categoría en 1990, se lograba un habitáculo muy silencioso, que hacía un buen conjunto con las suspensiones, McPherson delante y ruedas tiradas detrás con estabilizadoras en ambos ejes.
Lo más llamativo que se puede destacar del Tempra 1600 SX, es que las revistas de la época, mencionaba una construcción muy sólida, con una robustez poco frecuente en la marca y, por ejemplo, Motor 16 decía que: las puertas cierran con firmeza y suavidad, los mandos dan sensación de fiabilidad, los ajustes de los diferentes elementos están bien realizados… Sin embargo, los frenos ABS se ofrecían en opción, al igual que la dirección asistida o el aire acondicionado.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS