El Daewoo Nexia llegó a Europa a eso de mediados de los 90 y a nadie se le escapó su enorme parecido con el Opel Kadett E –la quinta y última generación del modelo, la cual, tuvo muchas vidas según el mercado–.El más interesante de la gama, posiblemente, fuera el Daewoo Nexia GTX 16V, que se ofrecía por un precio bastante ajustado y además, contaba con un buen equipamiento.
Allá por 1994, cuando apareció el Nexia en España, el Kadett E ya había dejado de comercializarse, al menos bajo el sello de Opel, pero eso no había terminado con su vida pues estuvo presente en infinidad de mercados diferentes con marcas muy dispares –desde la misma Opel hasta Pontiac, pasando por Daewoo, Guangtong o Chevrolet–. El Daewoo Nexia fue su última iteración y el GTX 16 válvulas era su mayor exponente, al menos en 1995.
Sin embargo, aunque era la versión más potente en aquel momento, el Nexia GTX 16V no era un deportivo, ni tampoco lo pretendía. De entrada, el motor era u cuatro cilindros de 1,5 litros –1.498 centímetros cúbicos–, culata multiválvulas, compresión 9,2 a 1, inyección y 91 CV a 4.800 revoluciones, así como 137 Nm de par a 3.400 revoluciones. No era, por tanto, un coche que podamos catalogar de veloz, sobre todo cuando el 0 a 100 km/h se completaba en 11,2 segundos, los 400 metros con salida parada en 17,8 segundos y la velocidad máxima se cifraba en 174,6 km/h.
Aun así, la mayor baza del Daewoo Nexia GTX era su precio. La revista Motor 16 publicó una tabla con precios de los rivales más cercanos, y salvo el Hyundai Accent, todos era más caros –y el Accent era mucho más sencillo y básico— El Nexia GTX 16V tenía un precio, en 1995, de 1.748.209 pesetas, y, por ejemplo, el Rover 214 Si, de 1.891.000 pesetas. Si lo comparamos con el Alfa Romeo 145 1.6i, entonces la diferencia era todavía más grande, pues el italiano se iba hasta 1.989.000 pesetas. El resto eran todavía más caros…
La revista Motor 16, en su prueba publicada en el número 595 –escriba por Victor M. Fernández–, afirmaba que estaba equipado con una dirección muy asistida y una suspensión de tarados suaves, aunque también se destacaba que ofrecía una buena estabilidad. También se destacó la frenada, que de serie no incorporaba el ABS o que el selector del cambio tuviese un manejo lento e impreciso.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".Yo fui propietario de un Nexia. No recuerdo el modelo pero no era el del artículo. Lo tuve durante 8 años aproximadamente y para resumir. La peor inversión de mi vida. Al principio el coche no fue mal. Bastante bien, pero con el tiempo se pusieron de manifiesto los malísimos materiales y piezas de los que estaba compuesto. Se me rompió el alternador a los 5 años La correa de distribución a los seis A los siete empezó a chirriar un rodamiento del embrague A los ocho se le jodió la junta de la culata. Me gasté más dinero en… Leer más »
A mi ese coche, en su época, me parecía todo lo que tenía que ser un coche; un motor decentito, subsistemas decentitos y un buen equipamiento para viajar y viajar. Sería interesante que algún lector que lo haya conducido nos contara su experiencia con el. A veces un paso atrás son muchos pasos adelante…