El Citroën AX 4×4 es, con toda seguridad, una de las versiones más desconocidas del pequeño utilitario francés. Apareció a comienzos de los 90 con un planteamiento muy similar al del FIAT Panda 4×4, es decir, no pretendía ser un todoterreno, sino un coche con posibilidades de moverse por lugares que de otra forma no se habrían planteado, con una técnica y unas soluciones sencillas y duraderas.
Los vehículos con tracción total, al menos en España, nunca han tenido una gran demanda. Son coche que, para ciertas situaciones, pueden ayudar enormemente. Sin embargo, como cabe esperar, son más caros que otras versiones y eso ya limita su expansión en el mercado. No obstante, a veces aparecen opciones de lo más sencillas e interesantes, que cambian un poco la situación al no ser especialmente caros, como es el caso del Citroën AX 4×4.
¿Qué sentido puede tener un AX con tracción a las cuatro ruedas? Siempre depende de a quien le preguntemos. A un usuario de ciudad no verá nada de utilidad a un Citroën AX 4×4, pero cualquier usuario que viva en zonas más altas, como pueblos de montaña o en lugares donde la lluvia y la nieve son abundantes, cobra un sentido absolutamente lógico. Incluso podría ser una opción interesante para aquellos que trabajan en el campo.
El Citroën AX 4×4 tenía un precio de partida, en 1992, de 1.462.000 pesetas, 8.787 euros de inicios de los 90, equivalentes a unos 19.692 euros de 2024 y su equipamiento era limitado, ya que no tenía aire acondicionado de serie, ni llantas de aleación –totalmente prescindibles por el planteamiento del coche–, no había airbags, ni tampoco ABS… y como curiosidad, equipar el aire acondicionado suponía quedarse sin guantera.
Tan sencillo como un FIAT Panda 4×4, el Citroën AX 4×4 es una versión de lo más interesante, aunque se vendieron pocas unidades
Para conectar el sistema de tracción total, solo había que pulsar un botón situado delante del selector del cambio y el reparto de par era al 50% entre ambos ejes, además, se podía activar y desactivar sin tener que detener el vehículo. Era un sistema muy sencillo, sin diferencial central, lo que afectaba a la conducción normal del coche, como bien cuentan en el número 1.698 de la revista Autopista. Con la tracción total conectada, según cuentan en la prueba, parece que el coche circula con algún tipo de freno, la dirección se volvía muy dura y daba la impresión de que no giraba y tendía a seguir recto.
Efectos, obviamente, de un sistema de tracción total sin diferencial central, que no compensaba las diferencias de giro entre los ejes. Además, el AX 4×4 no montaba un motor especialmente potente y el peso adicional, por poco que fuera, se notaba. Dicho motor se tomaba de otras versiones de la gama, un cuatro cilindros de 1.360 centímetros cúbicos con culata de dos válvulas alimentado por carburador monocuerpo. Rendía 75 CV a 5.800 revoluciones y 11,8 mkg a 3.800 revoluciones, combinado con un cambio manual de cinco relaciones.
Por suerte, el Citroën AX 4×4 pesaba poco, 825 kilos, así que no necesitaba grandes esfuerzos. Aun así, las cifras anunciadas por la marca eran modestas: 167 km/h de velocidad punta, un 0 a 100 km/h en 11,1 segundos, un 0 a 400 metros en 19 segundos y un 0 a 1.000 metros en 35 segundos. En cuanto a los consumos, los registros de la revista marcaban 5,6 litros a 90 km/h, 7,3 litros a 100 km/h y 8,1 litros en recorridos urbanos…
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS