Extraño; poco usual; peculiar; feo; original; exótico. Todos estos adjetivos, y muchos más que nos hemos dejado por el camino, le van como anillo al dedo al Citroën AMI 6, posiblemente, uno de los coches más extravagantes que han salido de las líneas de producción de la firma francesa. Y eso que Citroën es un fabricante muy dado a poner en circulación toda clase de extravagancias.
Corría el año 1961 cuando el AMI 6 se presentó oficialmente. Era un coche que tomaba como base el Citroën 2CV y llegaba con el objetivo de ocupar el hueco que quedaba entre el mencionado 2CV y el Citroën DS. El caso es que desde la directiva, querían un modelo tipo sedán, pero había que ofrecer algo económico y sencillo, exigencias que trasladaron a Flaminio Bertoni, aunque le dejaron total libertad de actuación. De hecho, era la primera vez que Bertoni trabajaba sin las limitaciones y las directrices de terceros, lo que aprovechó para explayarse con un diseño rompedor.
Según Bertoni, el AMI 6 era su obra maestra, aunque no podemos negar que se trata de un coche de lo más particular. La carrocería presentaba una luneta trasera de lo más extraña, nunca vista hasta el momento y nunca vista después. El motivo de dichas formas era incluso lógico. En palabras de Bertoni, era la única forma de ofrecer una carrocería de tres volúmenes, con un buen maletero y una buena habitabilidad, sobre la base del Citroën 2CV, que ni siquiera llegaba a los cuatro metros de largo. Además, la forma de la luneta trasera evitaba que esta se ensuciara, y, por tanto, siempre ofrecía la máxima visibilidad incluso bajo la lluvia.
La parte trasera, por sus extrañas formas, es la que más atención acapara, pero el frontal tampoco está exento de personalidad, con ese capó hundido entre los faros que, por cierto, son totalmente innovadores, pues es la primera vez que se usaron en esa posición y con esas formas. En el fondo, el AMI 6 era un auténtico Citroën hasta el último tornillo, no en balde, además de su originalidad, Peugeot todavía no se había hecho con el control de la compañía, algo que ocurriría en 1977.
Como hemos dicho antes, la base era la del 2CV, esto es, montaba su interesante suspensión de brazos oscilantes con las ruedas del mismo conectadas por el amortiguador, que estaba colocado entre los ejes. También montaba su motor de dos cilindros refrigerado por aire de 602 centímetros cúbicos, que en un primer momento rendía 22 CV, que luego pasaron a 28 CV y, finalmente, a 32 CV con la adopción de un nuevo propulsor, aunque técnicamente igual.
El Citroën AMI 6 nunca llegó a España, o mejor dicho, no llegó a España peninsular, pues sí se vendieron algunos en Canarias. Si que llegó el AMI 6 Break, que se fabricó en Vigo y se comercializó como Citroën 3CV Break, pues la denominación Ami estaba registrada por un fabricante de galletas. Luego pasó a denominarse Dynam y finamente, Citroën C8, aunque en realidad era el Citroën AMI 8 francés.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".La línea Z ¿nunca vista? Mejor que decirlo yo,lea este articulo,por Dios: https://www.escuderia.com/linea-z/
Saludos
Somos una revista europea y hablamos de coches europeos. De todas formas, si te fijas, el AMI 6 tiene la línea Z más marcada y exagerada, que bien permite justificar el “nunca visto”. Por cierto, si eres lector de La Escudería, deberías saber que colaboramos entre nosotros y que, además, yo formo parte del equipo de La Escudería.