El BMW 735i representa uno de los coches más lujosos y prestacionales de la firma alemana, pero en la década de los 80. Hablamos de la generación e32, cuya presentación se llevó a cabo en 1987 y que tenía en el 735i la versión más equilibrada de la gama, tanto por prestaciones como por preciosa.
La gama de BMW siempre se ha diferenciado del resto de fabricantes por su deportividad. Una deportividad que se puede encontrar incluso en sus modelos más grandes y lujosos, como la Serie 7. Al menos así ocurría en la década de los 80, cuando los fabricantes no estaban tan pendientes de tendencias y tenían mucha más personalidad. Y no lo decimos por decir, tan solo hay que echar un vistazo al BMW e32 para darse de cuenta de ello: es un auténtico BMW de techo a ruedas.
Todo BMW ha destacado siempre por su deportividad, pero también por su característico diseño, al menos, como decíamos, en los años 80. Volúmenes equilibrados, cuatro faros circulares –dos a cada lado–, los míticos “riñones” presidiendo el frontal, línea de cintura paralela al suelo, las líneas de tensión justas e imprescindibles –y con claros inicios y finales, nada de nacer y morar en la nada–…
Así se podía describir al BMW 735i, la segunda opción por potencia y precio en la gama del sedán alemán. Un coche cuyo planteamiento chocará bastante con la idea que se tiene más de 35 años después de un coche de su tipo. El mejor ejemplo es la lista de equipamiento, que ni siquiera tenía la radio como elemento de serie –salía de fábrica con la pre-instalación del radio-cassette estéreo–, aunque ofrecía como opcional un diferencial con deslizamiento limitado.
También llama mucho la atención que la transmisión eran de tipo mecánico, es decir, tenía un cambio manual de cinco relaciones, algo que sería impensable en cualquier Serie 7 moderno. Un cambio que se combinaba con un propulsor de seis cilindros atmosférico de 3.430 centímetros cúbicos, con una culata con un solo árbol de levas y solo dos válvulas por cilindro, capaz de rendir 220 CV a 5.700 revoluciones y 31,5 mkg a 4.000 revoluciones.
A ojos de cualquier usuario de coches como el BMW Serie 7, 220 CV pueden parecer poca cosa, pero claro, están acostumbrados a vehículos de más de 1.700 kilos. El BMW 735i pesaba, según ficha técnica, 1.610 kilos en orden de marcha, con un reparto del 50,1% sobre el eje delantero y el 49,9% sobre el eje trasero, algo que se lograba por su propulsión y por tener el motor bastante retrasado.
El BMW 735i era tan rápido como se podía esperar en la época. La velocidad máxima era, según la revista Autopista –número 1.433–, de 237 km/h, podía completar el 0 a 400 metros en 15,2 segundos, y los 1.000 metros en 27,7 segundos. Son cifras que se consideraron de primer orden y razón tenía, pues se trataba de un coche muy grande –4.910 milímetros de largo y 1.845 milímetros de ancho– y muy pesado para su época.
La personalidad de BMW se dejaba notar, no solo en las cifras de prestaciones o en su diseño, también hay rasgos muy característicos en otros apartados, como la suspensión. Según se contaba en la mencionada revista Autopista, el tarado de la suspensión era más firme de lo habitual en este tipo de coche, y por ello, la carrocería se movía muchos menos que en cualquiera de sus rivales y permitían, al mismo tiempo, abordar virajes más rápido que en otros sedanes similares.
El BMW 735i era un sedán de representación con un marcado carácter deportivo y la mencionada suspensión, junto con una dirección rápida y precisa, ofrecían la sensación de conducir un coche más pequeño y ligero. Su estabilidad y velocidad por paso por curva eran ejemplares incluso para coches presuntamente más deportivos, y había que forzar mucho las cosas para sacar la trasera de su sitio.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS