El Audi Q5 hybrid quattro se puso en circulación durante el cuarto trimestre de 2011 y según la marca, tenía la fuerza de un V6 y el consumo de un TDI de cuatro cilindros. Era el primer modelo con grupo motor híbrido, presumía de un consumo que no llevaba a los siete litros e incluso de alcanzar los 60 km/h en modo exclusivamente eléctrico.
La hibridación apareció en 1997 de la mano del Toyota Prius, pero no fue hasta que explotó el Dieselgate de Volkswagen, cuando realmente empezaron a encontrar un hueco en el mercado. Antes de eso, los híbridos evolucionaron tímidamente y marcas como Audi, auténtica especialista en motores turbodiésel, no se interesó totalmente en la tecnología hasta el mencionado caso de las emisiones en motores turbodiésel.
No interesante al completo, no quiere decir dejar la tecnología de lado. El Audi Q5 hybrid quattro es el claro ejemplo de ello. Cuando la marca lo dio a conocer, lo más parecido era el Lexus RX, pero Lexus, con sus genes Toyota, siempre ha apostado por la hibridación hasta que se convirtió en su seña de identidad. Es más, en 2011, no había nada como el RX, ni siquiera el Q5 hybrid podía ponerse a su altura.
Audi, para lanzar su primer híbrido, escogió con cierta lógica uno de sus coches más vendidos, y lo dotó de un grupo motor híbrido que rendía en conjunto 245 CV y 480 Nm de par. Según explicaba la marca en su momento, uno de los objetivos perseguidos a la hora de desarrollar este coche, fue la posibilidad de recorrer largos trayectos en modo exclusivamente eléctrico. Nunca llegó a decir cuanta distancia se podía hacer, pero no supera los dos kilómetros. Es un híbrido convencional, no es enchufable…
No había diferencias con respecto a cualquier otra versión de la gama, tan solo las llantas y la palabra “hybrid” en el portón trasero daban una pista
El primer grupo motor híbrido de Audi estaba compuesto por un cuatro cilindros de 1.984 centímetros cúbicos con 211 CV y 350 Nm de par, junto a un motor eléctrico de 45 CV y 211 Nm, más una batería de 1,3 kWh. La marca alemana modificó el 2.0 TFSI para adaptarlo a sus nuevas necesidades, y los cojinetes del cigüeñal y el ajuste del turbocompresor se revisaron y modificaron para la ocasión, al tiempo que el accionamiento de los grupos auxiliares desaparecía. También se añadió un sistema de aire secundario para la depuración de los gases de escape con mayor rapidez y se montó una nueva unidad de control del motor.
Con un peso de 1.910 kilos y unas ruedas de 235/55 R19, el Audi Q5 hybrid quattro anunciaba un consumo de 6,9 litros cada 100 kilómetros –según ciclo NEFZ, como indica en el boletín oficial de 2011–. Las emisiones eran de 160 gramos de CO2 por kilómetro, podía ponerse de 0 a 100 km/h en 7,1 segundos, completaba el 80 a 120 km/h en 5,9 segundos y la velocidad punta se cifraba en 222 km/h.
El precio del Audi A5 hybrid quattro en 2011 era de 57.400 euros, nada menos que 3.240 euros más caro que el diésel equivalente, el Q5 3.0 TDI con 240 CV y no era necesariamente mejor opción, ya que las cifras oficiales eran muy parejas. De hecho, era 2.030 euros más caro que el Q5 más potente de la gama, equipado con el motor 3.2 V6 de 270 CV –por entonces, todavía no se había puesto en circulación el Audi SQ5–.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS