El Audi A6 2.8 Multitronic es un ejemplo de lo atrevida que era Audi allá por inicios del Siglo XXI. Solo a ellos se les ocurriría poner en circulación un sedán de la categoría del A6, equipado con un cambio automático de variador continuo. Lo curioso es que, a pesar de no haber sido una transmisión con muchos seguidores, la prensa de la época, después de probar el A6 2.8 Multitronic, comenzó a decir que representaba una especial opción de futuro.
Desde hace un buen puñado de años, solo hay un auténtico especialista en transmisiones CVT, que haya sabido aprovechar sus ventajas, disminuir sus contras y usar esa transmisión en la mayoría de sus productos: Toyota. Con el desarrollo de su tecnología híbrida, el cambio por variador continuo se ha convertido en seña de identidad de la firma japonesa, aunque hay otros que la usan con muchos peores resultados, como Subaru.
Cuando apareció el Audi A6 2.8 Multitronic, un variador continuo para un sedán ejecutivo no parecía tener mucho sentido, sobre todo cuando, por aquellos años, ese tipo de transmisión era conocida por no aguantar grandes dosis de par y Audi lo montó junto a un motor gasolina de 2,8 litros. Sin embargo, el sistema Multitronic de Audi llegaba a producción muy evolucionado y avanzado, o eso prometieron desde la marca, obviamente. De lo que no cabía duda, era de que contaba con una compleja gestión electrónica e hidráulica para lograr un correcto funcionamiento, y una reforzada cadena entre las poleas para poder soportar elevados niveles de par.
Montar el cambio Multitronic y motor V6 de 2,8 litros, tenía un coste elevado: 8.445.000 pesetas, unos 50.755 euros sin IPC; era carísimo
El cambio Multitronic se combinó, como hemos dicho antes, con un motor gasolina de 2,8 litros. Un V6 de 2.771 centímetros cúbicos, cuatro árboles de levas en cabeza –dos por culata–, cinco válvulas por cilindro y, entre otras cosas, distribución variable, que rendía 193 CV a 6.000 revoluciones y 28,6 mkg de par a 3.200 revoluciones. Pesaba 1.5000 kilos, que unidos al Multitronic, se dejaban notar en la ficha de prestaciones. El 0 a 100 km/h se hacía en 8,1 segundos, la velocidad máxima era de 230 km/h y los consumos no bajaban de 9,7 litros.
La revista Autopista, en el número 2.120, publicó una prueba del Audi A6 2.8 Multitronic, en la cual, no deja de alabar en todo momento en funcionamiento de la transmisión. Destaca su suavidad e incluso lo compara con el Tiptronic cuando se gestiona en modo manual. Habla de cambios de marcha, cuando en realidad no hay cambios de marcha de ninguna clase, pero sí menciona que cuando se trata de reducir desarrollo, era una transmisión un poco lenta.
El desarrollo del Multitronic buscaba bajar los consumos en carretera, según cuentan desde la revista. Al parecer, a 160 km/h el motor giraba por debajo de las 3.000 revoluciones, mientras que el consumo rondaba los 13 litros –y lo aceptaban como buena cifra–.
Acaba la prueba afirmando que Audi había abierto una puerta a la que entraría paulatinamente el resto de marcas y que muchos llegaron aseguraron que se anunciaba un futuro brillante para este tipo de transmisión. Se atrevieron incluso a mencionar la palabra “monopolio”. Han pasado más de 20 años desde aquello, y el CVT solo lo uso Toyota y pocos fabricantes más, y principalmente para híbrido…
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS