El Audi A3 1.9 TDI con 100 CV era el escalón de acceso a la gama, la versión con mayor proyección comercial y la más barata del compacto alemán, al menos en lo que a motores diésel se refería: 22.930 euros –38.316 euros con IPC–. A comienzos del Siglo XXI se trataba de un precio elevado, que podía subir considerablemente si se “tiraba” de la lista de opciones, algo habitual en un premium de aquellos años.
Audi puso en circulación su compacto, el A3, en 1996. El objetivo era ampliar usuarios y fidelizar clientes desde “su primer” coche, hasta el día que dejaran de conducir. Y en gran parte se logró, el Audi A3 se convirtió en un objeto de deseo, en el segundo coche de muchos usuarios de Audi y en un referente capa de superar al Volkswagen Golf en casi todos los apartados, aún y a pesar de usar la misma plataforma y muchos motores compartidos.
Uno de los Audi A3 más populares fue, sin lugar a dudas, el equipado con el motor turbodiésel 1.9 TDI con 100 CV. En plena era de los diésel, el A3 1.9 TDI 100 CV era todo un caramelo para muchos usuarios, que vieron la oportunidad de tener un compacto premium en el garaje y además, con uno de los motores estrella del mercado: el 1.9 TDI. Hay que reconocer que VAG hizo un gran trabajo con este propulsor, pues no solo ofrecía buenas prestaciones y bajos consumos, sino que era un motor realmente polifacético.
El 1.9 TDI con 100 CV era la versión menos potente, la básica en el catálogo del A3, que llegó para reemplazar al 90 CV en el año 2001. Era el mismo 1.9 TDI de siempre, con sus 1.896 centímetros cúbicos, su culata de ocho válvulas y un solo árbol de levas, así como el turbo de geometría variable y el intercooler. Simplemente, se cambiaban pequeños detalles como la inyección, que pasaba a ser por bomba inyector, para rendir 100 CV a 4.000 revoluciones y 24,5 mkg entre 1.800 y 2.400 revoluciones.
Con sus 100 CV, el A3 1.9 TDI “de acceso” fue todo un éxito de ventas, a pesar de ser más caro que cualquiera de sus rivales más directos
Frente al 90 CV se ganaba, sobre todo, par, incluso superaba al 1.9 TDI de 110 CV por 5 Nm –al 90 CV le superaba por 30 Nm–, aunque consumía ligeramente más: cinco litros cada 100 kilómetros en lugar de 4,9 litros. La diferencia era ínfima comparada con las ganancias, es más, según datos registrados por la prensa de la época, la potencia “real” de esta versión rondaba entre los 115 y los 120 CV. No obstante, merece la pena mencionar que, según malas lenguas, los coches cedidos a la prensa tenían algunos retoques para ser más potentes y rápidos…
Sin tener eso en cuenta, el Audi A3 1.9 TDI 100 CV era un coche interesante, no era el más veloz, pero sí lo suficiente como para colmar las necesidades de cualquiera, o casi. Por ejemplo, el 0 a 100 km/h lo completaba en 10,49 segundos, los 400 metros con salida parada en 17,42 segundos y los 1.000 metros en 32,27 segundos. Otro dato interesante era el 80 a 120 km/h en quinta, que se completaba en 12,34 segundos a pesar de su desarrollo de 46,05 km/h a 1.000 revoluciones.
Obviamente, en el apartado del comportamiento había pocas pegas. El Audi A3 8L, la primera generación, destacó por ser un coche bastante equilibrado en todos los sentidos, con una buena pisada y una estabilidad elevada. Tenía esa tendencia típica de VAG de arrastrar el morro cuando se forzaba el ritmo. Algunos medios llegaron a decir que la suspensión era ligeramente blandas en su primer tramo de recorrido, y se endurecían progresivamente, lo que provocaba que los baches más grandes se notaran claramente en el habitáculo.
En cuanto a equipamiento, pues como cualquier otro premium de la época, es decir, no estaba mal dotado pero dejaba cosas en la lista de opciones que sus rivales generalistas sí ofrecían de serie.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".No era el mismo 1.9TDI de siempre. Este venía con bomba inyector y los anteriores de 90/110cv teníamos bomba rotativa
Carlos, muy buenas. Razón tienes, no lo he contado correctamente; debería haber puesto que era el mismo 1.9 TDI de siempre, salvo por el sistema de inyección. Lo cambio. Gracias por el apunte.