Coche del día: Ariel Atom V8

Coche del día: Ariel Atom V8

La relación peso-potencia era de 1,1 kg/CV y podía completar el 0 a 160 km/h en menos de seis segundos


Tiempo de lectura: 4 min.

Sin puertas, sin techo, sin lunas, sin compromisos. Con un eslogan así, ¿qué se podría esperar? Pues un Ariel Atom, uno de los coches más radicales que se han desarrollado pues, tal y como indica su eslogan, no tiene puertas, no tiene parabrisas, ni lunas… no tiene compromisos de ningún tipo. Ha nacido con un par de objetivos muy sencillos: la pasión por conducir y las máximas sensaciones. Hay quien dice, que un Ariel Atom es lo más parecido, en sensaciones, a conducir una moto y por las características del coche y su relación peso-potencia, muy desencaminados no van quienes aseguran eso, siempre, claro está, que hagamos una excepción con sus dos ruedas adicionales.

El Ariel Atom, básicamente un bastidor rodante con algunos adornos y un motor, apareció en el año 2010 y estaba animado por un propulsor de cuatro cilindros y origen Honda Civic Type R, que fue revisado y aligerado al máximo para que su peso fuera un tercio menor al original. Además, se “apretó” un poco más y alcanzaó los 245 CV a 8.200 revoluciones, encargados de mover solo 456 kilos. Era un juguete, pero había quien pensaba que era poca cosa, así que Ariel le montó un turbo al propulsor Honda y lo llevó a los 300 CV para casi el mismo peso. Como se puede imaginar, esta versión era espectacularmente rápida.

No obstante, no sabemos si por petición de los clientes o locura transitoria de los responsables de Ariel Motors (fabricante fundado, por cierto, en 1870), optaron por montar un motor V8 atmosférico. Es decir, a un vehículo que es, principalmente, un chasis con ruedas y dos asientos sin mullido de ningún tipo, le montaron un motor de ocho cilindros con potencia de altas revoluciones. Y este último punto, las altas revoluciones, dan una pista sobre el motor, porque así, de entrada, un V8 americano queda descartado. Sobre todo, porque este V8 que montó el Ariel Atom podía girar a 10.000 revoluciones. ¿Conoces algún V8 norteamericano que llegue a semejante régimen?

Todo empezó como un experimento, cuando en la fábrica, montaron un V8 de 2,4 litros en el lugar que debería ocupar el bloque Honda, es decir, detrás de los asientos, en posición trasera central. La experiencia fue bastante buena, porque decidieron seguir adelante con el proyecto y encargaron a Hartley Enterprises, una empresa especializada en motor deportivos “a la carta” y en motor de competición, que desarrollara uno para su Atom. Los ingenieros de Hartley combinaron dos motores de Suzuki Hayabusa, es decir, dos cuatro cilindros de 1,3 litros, para crear un V8 con tres litros de cubicaje y una línea roja en el tacómetro situada en las 10.600 revoluciones.

ariel atom v8 (2)

El resultado era un motor V8 de aspiración natural, que rendía 500 CV. Bueno, en realidad rendía 400 CV a 10.000 revoluciones con levas “de calle”, al menos así lo anuncia la propia Hartley Entrerprises, aunque también dejan claro que existe una especificación más alta, que ya sí, rinde los 500 CV antes mencionados y que, en teoría, estaba destinado a circuitos. Se fabricaron 25 unidades repartidas entre ambas versiones. En ambos caso, la caja de cambios es la misma, una Sadev con seis relaciones y manejo secuencial con mandos en el volante y accionamiento electroneumático, para suavizar un poco la transición entre marchas y evitar brusquedades en conducción cotidiana.

Lo mejor de esta creación, es que pesa solamente 550 kilos, lo que deja una relación peso-potencia de 909 CV por tonelada, o dicho de otro modo, 1,1 kg/CV. Espectacular, sin lugar a dudas, superando la relación peso-potencia de coches con muchos más caballos y situándose a la altura de una Superbike (las Superbikes para vías públicas, obviamente). Así, la versión de 400 CV completaba el 0 a 100 km/h en 2,5 segundos y la de 500 CV en 2,3 segundos. El 0 a 160 km/h, en el caso del Ariel Atom V8 de 500 CV, lo completaba en menos de seis segundos y la velocidad máxima era de 275 y 320 km/h.

ariel atom v8 (3)

Obviamente, el chasis estaba reforzado y las suspensiones tenían nuevos tarados para poder lidiar con el aumento de potencia, al tiempo que la carrocería, lo poco de carrocería que lleva, se fabricaba con fibra de carbono. Destacaba un enorme alerón justo detrás del motor y otro en el frontal, así como una cubierta con toma de aire en el motor, el resto, como en cualquier otro Ariel Atom, iba al descubierto.

Era un bestia que se vendió por 115.000 euros.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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