El Simca 1200 LX-TI apareció en 1978 como una de las últimas versiones del modelo. Era una especie de coche hecho de retales, pues tomaba el motor del 1200 Ti para combinarlo con la carrocería del 1200 LX, de la cual, también se mantenía la decoración exterior. El interior también se tomaba del Simca 1200 LX.
Durante la época franquista España iba un poco por libre, en el fondo no le quedaba otra al estar casi cerrada a cal y canto. Como cabe esperar, eso provocó que hubiera que apañarse con lo que había para muchas cosas, algo que se notó especialmente en la industria del automóvil. El SEAT 1430 era un apaño español con diferentes piezas, por ejemplo, al igual que el Alpine A110 1400. Coches que se fabricaban en España y solo se vendían en España, como también ocurrió con el Simca 1200 LX-TI.
El caso del Simca 1200 es otro de esos puramente español. Seguramente ya lo sabréis todos, pero el coche, de origen francés, se vendía en España con acabados y denominación específica, que lo diferenciaba del modelo del país vecino. La versión LX-TI era casi una apaño para alargar la vida comercial del modelo, aprovechando componentes que ya se tenía a mano para crear una versión única, que solo se encontraba en España. Como bien cuenta Arturo de Andrés en la revista Autopista –número 1.032–, resultaba de combinar el motor del Simca 1200 Ti con la carrocería y el habitáculo del 1200 LX, con la única diferencia de equipar los faros auxiliares de largo alcance.
Para 1978, el que fuera uno de los coches más interesantes del mercado, se consideraba anticuado y mal acabado, además de desfasado estéticamente

Así, pues, hablamos de un coche con un motor de 1.442 centímetros cúbicos alimentado por carburador vertical de doble cuerpo –y apertura simultánea–, culata de dos válvulas por cilindro y árbol de levas lateral, capaz de generar 83 CV a 5.600 revoluciones y 12,7 mkg a 3.100 revoluciones, gestionado todo ello por una caja de cambios manual de cuatro relaciones con un desarrollo en cuarta de 27,5 kilómetros/hora.
Unas cifras suficientes para la época –1978, recordad–, con las que, además, podía presumir de una velocidad de casi 153 kilómetros/hora, así como una aceleración de 0 a 400 metros en 18,9 segundos y un 0 a 1.000 metros en 39,2 segundos. La mencionada revista afirmó que tenía “un matiz claramente deportivo” e incluso llegaron a decir que sería un buen Grupo 1.
Merece la pena estacar que la puesta en escena del Simca 1200 LX-TI era algo que habían pedido los aficionados, y la prensa, durante mucho tiempo: poner el motor más potente de la gama en la carrocería más ligera y rígida del modelo. El problema, por así decirlo, era que para entonces, el coche ya estaba desfasado estéticamente. Además, adolecía de algunas pegas, como una dirección lenta y se había optado por montar un grupo final más largo, tomado del Talbot 150 GT y que, para entonces, también se había montado en el Simca 1200 Ti.
De todas formas, el Simca 1200 siempre fue un gran rutero y Arturo de Andrés llegó a decir que, quizá, el LX-Ti era el mejor de la gama. Eso, a pesar de que el motor no era especialmente elástico ni tampoco especialmente suave.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS