La próxima década será recordada como la década en la que Volkswagen se hizo un poco más Tesla y nos hizo olvidar el Dieselgate. La saga de modelos 100 % eléctricos con la nueva plataforma dedicada (MEB) contará con un tercer miembro. Primero fue el compacto (I.D.), después la “neo-hippineta” (I.D. Buzz) y ahora el crossover (I.D. Crozz) con rasgos de coupé. Serán una realidad comercial dentro de poco tiempo y avanzan las pistas de cómo serán los coches del futuro inmediato.
Podría relatar con detalle todo lo que cuenta el dossier oficial -19 páginas- pero prefiero centrarme en lo que está menos evidente o entre líneas. El abandono de las motorizaciones convencionales permite a los diseñadores jugar mucho más con las proporciones del vehículo. Cuenta con el espacio interior de un Volkswagen Tiguan Allspace, pero con casi 8 centímetros menos de longitud (total 4.625 mm) y obviando el hecho de que el prototipo solo tiene cuatro plazas. Según la ficha técnica el maletero es de 15 litros, pero debe ser una errata.
La distancia entre ejes -batalla- es muy generosa, 2.773 mm
Las ruedas están más desplazadas hasta los extremos. Los motores eléctricos, delantero y trasero, están colocados en los propios ejes. La potencia combinada es de 306 CV, puede funcionar como un propulsión trasera o como un 4×4, dependiendo de las circunstancias. No hay árbol de transmisión, ni reductoras, ni otras costosas soluciones en términos de peso y espacio. En cambio, tendrá una dinámica de conducción muy interesante: como las baterías de ión-litio están en el piso, el centro de gravedad es muy bajo y la distribución de masas entre ejes es casi ideal (48:52). Si se compara con el Tiguan largo, es más corto, más ancho y más bajito.
El I.D. Crozz se asienta sobre cuatro grandes llantas de 21″ en las que la unión garganta-rueda está todo lo disimulada que se ha podido. Es un nuevo lenguaje de diseño, donde se juega con la luz para que el coche se comunique con los demás: puede generar algunas “caritas”, avisar a otros viandantes de que circula en modo autónomo o montar una fiesta de bienvenida cuando reconoce a un pasajero registrado. No pretende ser un objeto inanimado ni un simple medio de transporte.
Hablando de transportar, se habla de 500 kilómetros de autonomía en ciclo NEDC, que “al cambio” bien equivalen a 400 kilómetros reales. Las baterías son de 83 kWh, muy grandes, pero si puede cargar en algún sitio a 150 kW (en ninguna casa de menos de un millón de euros) bastará media horita de parada. No es el colmo de la eficiencia, pues el Opel Ampera-e (alter ego del Chevrolet Bolt) puede recorrer la misma distancia con solo 60 kWh. El dossier no indica lo que pesa, así que por ahí pueden ir los tiros. Si baja de 1,8 toneladas será un “milagro”.
Según Volkswagen tiene la amplitud de un Tiguan, la dinámica de un GTI y -de cosecha propia- la potencia de un Golf R
En el interior cuatro pasajeros podrán moverse de una forma diferente, con más desahogo de lo normal en un coche de esas dimensiones, con todo más enfocado a olvidarse de que viajan en un coche. Al igual que el Ford B-MAX, no hay pilar B como tal, está integrado en las puertas. En las mismas hay unos paneles táctiles para que los pasajeros personalicen aspectos como la climatización.
Como se presenta en Shangái, Volkswagen quiere seducir a los chinos con la promesa de un aire tan limpio como el del Himalaya aunque se circule por el centro de la megaciudad (contaminada a más no poder). Como diría Matías Prats, dentro de este coche podrán tener un respiro. Como será 100 % eléctrico, tampoco contribuirá a aumentar el problema. Y aunque hasta 2025 no será una realidad comercial, la conducción 100 % autónoma será posible en este prototipo -es algo más que una maqueta, es fantasía- ocultando los mandos para no ocupar un espacio innecesario. No busquéis los retrovidores, fueron reemplazados por cámaras.
Los tiros van por aquí en el futuro. Del SUV diésel se pasará al SUV eléctrico, mucho mejor a nivel dinámico, un poco menos absurdo, con la última tecnología y cero emisiones. También podrá desenvolverse en algunos terrenos sin necesidad de soluciones típicas de todoterrenos, pero claro, tampoco se diseñó para vadear ríos de medio metro de profundidad, subir rampas de 40 grados o hacer trialeras. Ese tipo de cliente tiende a ser residual, los urbanitas que no ensuciarán mucho su coche hay que tenerlos más en cuenta.
Ahora es un prototipo, pero será una realidad tangible en menos tiempo del que parece. A día de hoy el control gestual apenas gobierna el sistema multimedia más sofisticado del Golf, pero en este modelo los gestos harán mucho más, y es solo un ejemplo de cuán rupturista es. A fin de cuentas, a partir de 2020 la generación “millenial”, entre la que se incluye un servidor, entrará en la cuarentena poco a poco. Volkswagen trata de adelantarse a lo que querrá esta clientela, tan diferente a sus padres.
¿Qué os parece su diseño? ¿Lo compramos o no? Debo admitir que no me disgusta en absoluto, debe ser la crisis de los 40 por anticipado.
Esta obra, cuyo autor soy yo mismo, se publicó el 18 de abril de 2017 bajo una licencia de Reconocimiento 4.0 Internacional de Creative Commons.
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes). Tras haber conducido más de 400 coches aquí sigo, divulgando y aprendiendo a partes iguales sobre las cuatro ruedas. Vosotros habéis hecho que se convierta en mi pasión.COMENTARIOS