Las muertes en accidentes de tráfico han subido y es una verdad objetiva, y la mayoría de esos accidentes -75% de los mortales- ocurren en vías secundarias. La DGT, incapaz de solucionar las raíces del problema -distracciones, cansancio, alcohol y drogas…-, tirará por el camino más fácil: todas las secundarias a 90 km/h para turismos y motocicletas, el resto de vehículos (camiones, autobuses y furgonetas) a 80 km/h. Ya va a dar igual si el arcen es de 1,5 metros de ancho o no, solo se tendrá en cuenta si la posibilidad de colisión frontal es baja por haber barreras entre los sentidos de circulación.
Como el Gobierno de España carece de mayorías estables en el Congreso para efectuar reformas en la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, hará cambios en el Reglamento General de Conductores Circulación (RGC) que no necesitan de aprobación parlamentaria. Mañana se aprobará en el Consejo de Ministros la medida, y entrará en vigor cuando se publique en el BOE. A efectos prácticos, hablamos prácticamente de 2019. En cuestión de horas empezarán a reemplazarse las señales verticales para plasmar los límites rebajados.
Sí, es cierto que a menor velocidad, menor riesgo de accidente o menores son sus consecuencias. Sí, es cierto que varios países de nuestro entorno tienen la misma limitación para vías secundarias: Bélgica, Bulgaria, Chequia, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Francia, Grecia, Hungría, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo y Portugal. Sí, también es cierto que los conductores tienen más a respetar aquellas normas que parecen verosímiles y creíbles, y la rebaja del límite de velocidad se coge con pinzas.
Lo de tener mejores conductores y mejor formados, una vigilancia exhaustiva de las causas reales de los accidentes, presionar a las administraciones responsables del mantenimiento viario y tal, ya para otro día. Rebajar el límite es un recurso fácil, y si la incidencia en la seguridad vial es nula, que les quiten lo recaudado -otra cosa es el fin al que se destina ese dinero, por noble que pueda ser-.
La limitación va a tener efectos prácticos un poco discutibles. Pere Navarro, director de la DGT, ya comentó que la medida afecta a 7.000 kilómetros de la red nacional, es decir, el 5 % de un total de 165.000 km. Va a tener coste, cambiar la señalización cuesta dinero. Pueden aumentar los adelantamientos (que mal ejecutados acaban en susto, pitada o incluso la muerte) y en general perjudicar a los conductores que circulando a las velocidades de antes no implicaban ningún riesgo para nadie. Hay quien incluso ve un guiño a las empresas concesionarias de los peajes para que la alternativa gratuita sea menos atractiva.
Este símil es un poco bestia, pero ahí va: si cambiamos la parrilla de salida de un rally por conductores del montón, pocos coches acabarán la prueba enteros, y los que lo consigan lo harán a un ritmo muchísimo más lento que los profesionales. Los pilotos no son sobrehumanos, es gente que se ha entrenado, tiene formación, y está totalmente concentrada en lo que hace. De eso se debería aprender un poco, digo yo. Es más, está por ver si hacer la conducción más aburrida y parsimoniosa va a aumentar las distracciones y puede acabar siendo contraproducente. Ya lo dirán los datos.
Al menos esta medida irá acompañada de un mayor castigo por usar el teléfono mientras se conduce (6 puntos, como ir bebido o drogado). Si la vigilancia sobre esta imprudencia se produjese a un nivel mucho más “nazi”, se podría circular a 100 km/h (o más) siempre y cuando hablásemos de conductores responsables, formados y que no van pensando en las musarañas o las notificaciones del móvil que están pendientes de atender. Estoy convencido de que será más eficaz la persecución de los móviles que la reducción de velocidad, pero se aprovechará la ventaja estadística en ambos frentes.
Reducir el límite en 10 km/h puede no parecer mucho, tanto en un sentido -lo que se aprecia al volante- como en el otro -el efecto que tendrá en la seguridad vial-. Una vez más se pierde la oportunidad de ir de frente contra las causas objetivas de los accidentes y se va a lo fácil, ahora que es mucho más sencillo vigilar la velocidad de forma masiva con drones, helicópeteros, radares portátiles, patrullas, etc. Menos mal que el proyecto de avión de vigilancia no llegó a buen puerto.
Por cierto, la mayoría de los coches del mercado tienen un velocímetro que da una velocidad superior a la real, entre un 0 y un 12 %. Circulando a 100 km/h de marcador puede implicar una velocidad real de 88 a casi 100 km/h. Es decir, ya muchos conductores estaban circulando a 90 km/h -o casi- sin saberlo. Si no cambiamos de hábitos la probabilidad de sanción puede ser muy pequeña, entre el margen de error del velocímetro y el margen de detección de los cinemómetros (siempre a favor del conductor). El que tenga un velocímetro exacto, que algunos hay, sí se llevará más de una receta de 50 euros con pronto pago ¡por su seguridad!
Habrá más medidas en el Real Decreto de mañana. Estad atentos.
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes). Tras haber conducido más de 400 coches aquí sigo, divulgando y aprendiendo a partes iguales sobre las cuatro ruedas. Vosotros habéis hecho que se convierta en mi pasión.Bueno, lo que ahora llaman vias secundarias, hasta hace poco se llamaban “carreteras nacionales”. Las vias secundarias de verdad ya estaban limitadas a 90 o menos.
Sólo una corrección (y que además creo que es la inspiración en la que se ha basado la decisión de Navarro). En Francia el límite en vías interurbanas se bajó a 80Km/h el 1 de julio de 2018. Se hizo por motivos muy semejantes a los que aduce el Sr. Navarro y tuvo réplicas muy parecidas a las que tú planteas. También te digo que, en mi amplia experiencia por carreteras rurales francesas, los franceses siguen conduciendo a la velocidad que se les pone en la punta del Camembert.
http://www.securite-routiere.gouv.fr/connaitre-les-regles/reglementation-et-sanctions/baisse-de-la-vitesse-maximale-autorisee-de-90-a-80-km-hSe me despistó el caso francés, perdón.
Estoy contigo, esto será un brindis al sol.
Entiendo que tienes razon en que hay ir a la raiz del problema, pero es imposible de conseguir. Los pilotos no son sobrehumanos como bien dices, es su trabajo, y lo tienen que hacer lo mejor posible, como tu puedes ser muy buen informatico, mecanico, etc. Hay mucha gente que conduce por necesidad y que lo unico que le interesa es llegar del punto A al punto B. Como conciencias a esa gente, es muy dificil por no decir imposible. Les prohibimos conducir? Al final tiramos por lo facil, ya que no se pueden evitar los accidentes por lo menos… Leer más »
No hace falta prohibir conducir a los malos conductores, basta con no renovar el permiso si no se cumple un mínimo, en vez de que se renueve porque sí (y pasando un reconocimiento médico muy básico). Ahora es como una oposición: apruebas y ya está, permiso hasta que te lo quite un médico, da igual que no te dé por conocer las nuevas normas, solo importa que te sorprendan haciendo algo mal.
No es imposible, es una cuestión de voluntad. Sí, sé que sería tremendamente impopular.