El gobierno de Alemania, por boca de su ministro de economía Peter Altmaier, acaba de confirmar lo que se venía rumoreando desde hace algún tiempo: Alemania va a invertir 1.100 millones de euros, tanto en labores de investigación sobre baterías de estado sólido, como en fábricas de baterías para automóviles eléctricos, a través de un consorcio creado a tal efecto.
¿Se pueden considerar ayudas a la industria del automóvil? Parece claro que sí, pero seguramente habrá algún legalismo que les permita hacerlo. En todo caso la intención del gobierno alemán envía un claro mensaje: los motores de combustión han muerto y hay que “ponerse las pilas” con los coches eléctricos.
La principal razón estriba en que son los países asiáticos, como Corea del Sur con LG chem y Samsung SDI, o China con CATL, los que principalmente proveen de baterías a los fabricantes de automóviles. Incluso intentan “conquistar” Europa abriendo una fábrica en Alemania, como es el caso de CATL, que ha llegado a un acuerdo con BMW para la provisión de baterías. Por ese motivo, y para mantener el liderazgo en automoción, el gobierno alemán quiere más fábricas de baterías dentro de su país, que creen los puestos de trabajo que se destruirán eliminando los motores térmicos.
El propio ministro ya ha tanteado a varios fabricantes de baterías, como VARTA, BASF o Ford-Werke GmbH para la creación de una fábrica en la región de Lausitz
La idea la pretenden llevar a cabo creando diferentes consorcios entre compañías, para lo que Alemania ya está en conversaciones con otros países de la UE como Francia, Polonia y Austria. Cada consorcio debería aportar 500 millones de euros para comenzar la producción. La idea es que en 2021 comiencen a salir de las nuevas fábricas, baterías que provean a los nuevos coches eléctricos de los fabricantes alemanes y europeos, y que en 2030, el 30% de la producción de baterías provenga de la UE.
¿Es demasiado tarde? Algunas voces apuntan a que así es, pero creo que todavía se puede recuperar el terreno perdido si se apuesta por las nuevas baterías de estado sólido. Recordemos que el viento que recorre Europa con la prohibición de venta de motores térmicos, tarde o temprano llegará a Alemania. Francia, Reino Unido, y próximamente España, prohibirán la venta de vehículos con motores de combustión en 2040, tiempo más que suficiente para que la industria del automóvil se adapte a la electrificación.
¿Donde queda España? Parece que nadie la ha invitado a esta nueva “fiesta”, pero nuestros políticos deberían ser lo suficientemente diligentes como para subirse a este tren, iniciando conversaciones con los países que van a formar la alianza. Es cierto que el fin de los vehículos de combustión está lejos, y los gobiernos adoran el cortoplacismo, pero se está jugando una batalla que condicionará el futuro de miles de empleos en nuestro país. Ojalá no nos quedemos fuera del inminente negocio de las baterías, que se prevé genere 250.000 millones de euros anualmente en 2025, según Maros Sefcovic, vice-presidente de la UE y líder en temas energéticos.
Pablo Mayo
Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.España debería centrarse en fabricar a destajo gigantescos paneles solares y “cultivarlos” en los vastos secarrales que pueblan gran parte de la península. Luego ya veremos si mejor conviene negociar baterías con enooooormes países sudamericanos, asiáticos o africanos.
Quiere decirse: teniendo primeramente bien atada una incomparable obtención de energía, decidiremos a posteriori la mejor oferta.
De acuerdo contigo, pero creo que deberían ser tres medidas en paralelo: más energía solar y renovable, inversiones en puntos de recarga, y fomento de I+D en baterías. Sólo así no nos quedaremos descolgados del resto de Europa.
Hola, Pablo; me temo una multinacionalización empresarial a gran escala. Las matrices de cada marca de vehículos contarán por defecto con estas baterías a través de fábricas ligadas a un mismo conglomerado, o bien serán provistas por otro imperio externo de carácter específico. Claro que España a nivel accionarial podría formar parte de un tratado, pero personalmente pienso que su participación sería nada menos que testimonial. Inversiones en distribución y estructuras secundarias, puntos de recarga y mantenimientos necesarios en cada eslabón de la cadena, harían de nuestro país un país puntero energéticamente hablando, y de siempre la energía es y… Leer más »