Érase una vez la Clase G de Mercedes-Benz. Comenzó siendo un vehículo militar, evolucionó a todoterreno cuasi invicto y acabó como un todoterreno de lujo. A día de hoy, la Clase G combina eficacia fuera de carretera y lujo a un nivel que prácticamente nadie puede hacer frente. El máximo exponente de la gama es el Mercedes-AMG G 63, con un motor 4.0 V8 biturbado que tiene la friolera de 585 CV. ¿Superdeportivo? ¿Todoterreno? ¿Ambas cosas? Diferente como poco.
El modelo actual de la Clase G es la enésima evolución del concepto original de los años 70. Salió tan bueno que Mercedes-Benz no ha dejado de fabricarlo -aunque en realidad es cosa de Magna Steyr- si bien es cierto que cada vez se ha hecho más prohibitivo. Ya no se venden versiones diésel, solo gasolina, y con motores obscenamente potentes. El Mercedes-AMG G 63 muy seguramente humille a tu coche, al menos en línea recta: 0-100 km/h en 4,5 segundos, y una velocidad máxima de 240 km/h (con paquete opcional Driver).
Tiene diversos cambios enfocados a mejorar su comportamiento en asfalto
El propulsor biturbo embiste a la transmisión AMG SPEEDSHIFT TCT de nueve marchas con 850 Nm entre 2.500 y 3.500 RPM. La fuerza se reparte con un 40% para el eje delantero y un 60% para el trasero, cuando antes la relación era 50/50. Una importante novedad en el eje delantero, ahora tiene suspensión independiente mediante eje de trapecio articulado, el trasero sigue siendo rígido y con cinco brazos. Los amortiguadores son adaptativos y regulables, no olvidemos que es un coche de lujo. Mantiene la reductora y triple bloqueo de diferencial, cómo no.
La sed del motor de 13,2 l/100 km es razonable considerando su pésima aerodinámica y una masa en torno a las 2,5 toneladas. En condiciones de circulación de tranquileo, la mitad de los cilindros dejan de consumir gasolina (AMG Cylinder Management para los amigos), por lo que algo se ahorra. Esa gasolina que se salva es más por temas medioambientales que por la preocupación por el consumo de quien se compra un todoterreno de 30 “kilos”.
En un orden de cosas menos importante, dispone de dos pantallas digitales que recorren el salpicadero, botoneras renovadas, más espacio interior, más personalización o algunas ayudas a la conducción que eran impensables en la época que salió. No nos engañemos, la Clase G sobrevive porque al precio que piden por él, Mercedes-Benz puede seguirlo modernizando. No fue el caso del Land Rover Defender, que aunque vendió muchas unidades a un precio muy alto, no era suficiente como para mantenerlo al día en temas de seguridad y emisiones.
El Mercedes-AMG G 63 cumple la Euro 6, de lo contrario, solo podría venderse para exportación, fuera de la UE. Para quienes consideren que es demasiado caro, sigue existiendo la posibilidad de comprar un Mercedes-Benz G 500, que tiene algo más de 420 CV y vale 127.450 euros.
Los que reserven ya su G 63 lo recibirán en junio.
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes). Tras haber conducido más de 400 coches aquí sigo, divulgando y aprendiendo a partes iguales sobre las cuatro ruedas. Vosotros habéis hecho que se convierta en mi pasión.COMENTARIOS