Que la prometedora competencia entre los nuevos lenguajes de diseño de los Mercedes-Benz GLC EQ y BMW iX3, que el nuevo show car de CUPRA y el adelanto del ambicioso plan de la marca hacia nuevos y más creativos modelos por lanzar, que la revelación de un urbano eléctrico tan esperado como el ID.Polo y la versión B-SUV a la que nunca le perdimos el rastro y en el boletín de última hora, con la presentación mundial del Concept, ha dado un paso hacia adelante en su misión de convertir al consolidado Volkswagen T-Cross en un cero emisiones… Que el SEAT eléctrico… ¿Que el SEAT eléctrico?
El IAA Mobility, Salón del Automóvil de Múnich, para los amigos, es el epicentro actual de las novedades en materia de vehículos cien por ciento eléctricos, al punto tal que, cuenta la leyenda, los vecinos de la capital bávara abren la puerta de sus casas, atraviesan los umbrales y, atónitos, se miran unos a otros en plena oscuridad. ¡La ciudad se ha quedado sin energía eléctrica! No. Lo cierto es que toda ella se ha concentrado en el Open Space y el Messe München, sedes de las exposiciones del evento alemán.
Por que sí, el hilo conductor de la movilidad sostenible incluye a las excepciones híbridas y, prestando atención a ciertos indicadores que se han podido visualizar en el cuadro de instrumentos, se deduce que el Tindaya de la marca española llevaría mecánica de gasolina electrificada si fuera un concepto que va camino hacia la producción. Además, CUPRA no se ha trasladado a Múnich solo para hacer gala de su futura rebeldía estética. Al mismo tiempo, en el Volkswagen Group Media Event, nos entregó un camuflado adelanto del futuro Raval.
Para eso está la firma de SEAT S.A., ¿verdad? Para cumplir con lo que la flota de modelos SEAT están destinados a hacer: apuntar a clientes más específicos y, entonces, garantizar la factibilidad financiera de la producción de eléctricos. Mientras el avanzado prototipo del inminente B-SUV de 4,04 metros de longitud montaba su show, los directivos procuraron ser coherentes por medio de la palabra. Los eléctricos, para CUPRA. Y los generalistas, mejor que corran por cuenta de SEAT. A eso se refirió el CEO interino de ambas marcas y vicepresidente de Producción y Logística de la empresa.

Dados los nuevos y próximos lanzamientos de la competencia, ¿tendremos algún día un SEAT eléctrico?
“La tendencia lógica sería un SEAT eléctrico, que, por supuesto, sería algo que nos gustaría hacer. Pero CUPRA es una marca más rentable que SEAT. De hecho, (fabricar modelos EV) fue el motivo principal por el que lanzamos una nueva marca”, se sinceró Markus Haupt durante su intervención en el IAA Summit, espacio destinado a los profesionales del sector automotriz. Y, así, coches como el Born y el Tavascan esperan por el nuevo integrante, en un caso explicito más del siempre vigente no hay dos sin tres.
De tradición pensada para el conductor promedio y la movilidad del día a día y a grandes escalas, se entiende que Haupt reafirme que, de momento, “un SEAT eléctrico no es algo viable”, dado el alto coste que demandaría para una firma de contrario posicionamiento, que saca de Martorell modelos más económicos y, por lo tanto, siempre figura entre los primeros puestos de ventas. Eso sí: no le cerró la puerta a un futuro con coches SEAT puramente eléctricos, ya que también se refirió a una democratización que más temprano que tarde generará una reducción de costes de componentes y una oferta de precios accesibles cada vez mayor.
En Volkswagen, de hecho, con los ejemplos del comienzo, ya está ocurriendo. Lo mismo en Dacia –otra de las populares y convocantes automotrices en España–, que apunta a lanzar dos urbanos eléctricos baratos entre 2026 y 2027. Si los EV accesibles de la competencia proliferan, el margen de tiempo se achicará, el tic-tac sonará cada vez más fuerte y la firma española tendrá que empezar a considerar un lanzamiento estratégico antes de que sea tarde.
Por lo pronto, el Raval, que promete ubicarse debajo de los 25.000 euros después de descuentos, intentará llenar el vacío. Pero, para el cliente de toda la vida, un SEAT es un SEAT y, a menos que la estrategia considere prevenir el fiasco que puede llegar a significar un SEAT eléctrico –en otras palabras, evitar los riesgos que implica combinar una marca tan arraigada a la combustión con una propulsión aún en vías de aceptación–, puede que en algún momento el contexto pida a Martorell sacar a las calles un EV que lleve en su nombre las populares cuatro siglas.
Mauro Blanco
Veo arte en los coches y en sus diseños una potencia que va más allá de las cifras. Ex conductor de Renault 12 rojo modelo 1995 de épicos e imprevisibles episodios, al que recuerdo por la hostilidad de su volante, pero, sobre todo, por nunca haberme dejado en el camino.COMENTARIOS