Días atrás, la noticia nos ha generado un suspiro. Un suspiro de reconocimiento. En los últimos años se ha resignificado como nunca la premisa del No todo es el 911, dada la presencia de berlinas y SUV como los Macan, Taycan y Cayenne, apariciones fundadas de la mano de la nueva era híbrida y eléctrica, y de una apertura a la hegemonía y globalización de carrocerías, sobre todo de la segunda.
Hoy, ese suspiro de reconocimiento se traduce en que ha llegado el momento de decirle adiós al más bonito de los No todo es el 911 de este siglo. Los que apalancan en silencio, los que hacen posible el rédito comercial a la sombra del gran ícono. De eso se trata. Clave para la consolidación comercial del 911, ayer fue el 912 el que demostró ser un coche de gran orgullo y valor, al punto que hoy se ha vuelto un sobreviviente en el mercado de ocasión y un reivindicado en el de las subastas.
Un legado recogido por lejanos sucesores, los que la firma de Stuttgart mantuvo en planta por el respeto ganado, por la aceptación de sus clientes y entusiastas de la marca, y para que, en un segundo plano, demostraran brillo propio. Como su ancestro de los años sesenta, también para que la gran estrella, el 911, brillara como ninguna, porque la gama se toca y los modelos pasan, menos ese que la atraviesa más allá de las tendencias.

Está científicamente comprobado que las estrellas brillan más justo antes de morir. El presente puro y duro para los Porsche 718 Boxster y 718 Cayman, descapotable y cupé respectivamente, que seguirán su ciclo por la senda de la electricidad y pronto dejarán de producirse con motor de gasolina. Al respecto, Porsche ha cerrado los pedidos y seguirán vendiéndose hasta agotar stock.
Porsche 718 Cayman: Ahora o nunca
Un retiro consagratorio. Sí, un retiro. Porque aunque los Boxster y Cayman eléctricos que asoman a la puerta de un nuevo capítulo prometan continuidad de esencia, dimensiones y estilo de carrocería, con la última generación, la 718, ambos han entregado lo mejor de sí al asumir una evolución de alto desempeño de partida hacia su destino final: convertir las unidades finales en unidades de colección y revalorizar versiones que en un futuro distante probablemente se reconsideren de culto.
Porque los Cayman GT4, con el aumento de potencia y equipamiento aerodinámico, marcaron un antes y un después en esta saga, y sobre su cimiento mecánico avanzaron en el tiempo hacia expresiones definitivas y exclusivas al extremo, como la que el fabricante alemán lanzó entre el 2023 y el 2024. ¿Quién no quisiera tener uno de los dos Porsche 718 Cayman RS Carrera Panamericana Special existentes, vaya cable a tierra al 550 Spyder Coupé creado en los cincuenta para ganar la hostil competición.
Cómo responderá el público cuando el Cayman y el Boxster adopten la plataforma PPE del Grupo Volkswagen y pasen a llevar baterías en lugar de tanques de combustible. Allí está puesta la expectativa. Pero hoy la noticia no le pertenece al que está por venir, sino al que se marcha. Tal como la conocimos, esta estrella de reparto, a estas horas, le ofrece el último gran brillo al cliente que, con suerte, encontrará en alguna concesionaria un ejemplar no asignado, advirtiéndole que es ahora o nunca.
Mauro Blanco
Veo arte en los coches y en sus diseños una potencia que va más allá de las cifras. Ex conductor de Renault 12 rojo modelo 1995 de épicos e imprevisibles episodios, al que recuerdo por la hostilidad de su volante, pero, sobre todo, por nunca haberme dejado en el camino.COMENTARIOS