Realmente parece un render, de esos que aparecen en las plataformas de diseño de las que se sirven entusiastas del motor con talento para llevar al papel y las pantallas, reinterpretaciones de coches de culto y una imaginación inagotable. No, esto no ha nacido de un fanático del Chevrolet Corvette, pero sí es un concept digital y fue el propio fabricante, desde uno de sus centros de estudio de diseño, el responsable.

Llantas monstruosas, una sinuosidad para los pasos de ruedas que acostumbramos ver más en las propuestas CGI que en los Corvette que se miran y se tocan, un parabrisas envolvente similar al que recuerdo haber visto en una versión digital futurista del Ferrari GTO 1984, una vista desde arriba que nos confirma su gloria, unos laterales que se meten para adentro sin ponerse rojos pidiendo más y más aerodinámica, un interior que equivoca el camino, porque, aunque los fabricantes conciban a los coches del mañana como el eslabón en el que instalar el volante plano, no hay volante más deportivo que el redondo o el de cortes, como el que lleva el Corvette actual.

En otros conceptos futuristas, como esas berlinas con pantallas envolventes, habitáculos como salas de estar y minimalismo puro, ese tipo de comando puede caber mejor. No en el Corvette, así se trate de una visión hacia lo que está por escribirse. Una simple apreciación de paso, porque lo que importa es la noticia y la noticia es que desde el gigante de Detroit piensan más allá de la próxima generación C9. Vaya prueba de que General Motors piensa a futuro de verdad.

El Advance Design de GM que opera en Pasadena, donde, por cierto, se exhibe un exponente del mencionado estereotipo de turismo futurista, tecnológico, espacioso y minimalista como es el Cadillac InnerSpace, no se salteó una generación por casualidad. Está a la vista que entre el Corvette C8 y el Corvette de producción que respondería a la declaración de intenciones de este concept car debería situarse el C9, por más que desde los medios especializados se haya considerado al primero de los tres prototipos –este rojo y plateado es el segundo– un adelanto de la novena generación cuando se reveló en abril.

Chevrolet Corvette: de momento, nada de eléctricos

Tanto cuando aquella versión blanca creada en el Advance Design del Reino Unido fue presentada como ahora, la General Motors informó que detrás de este concepto de Corvette no hay intenciones de producción. De manera tal que lo lógico es analizar a ambos como visiones hacia la siguiente década. Una mirada anticipada a lo que podría venir de parte del fabricante americano no antes del 2030. Más allá de las conjeturas, hay una razón concreta para sostener que estos Corvette se acercan más a un futuro C10 que al sucesor del vigente.

La política de GM de transición gradual es clara. Desde el año pasado, el ingeniero jefe de vehículos de alto rendimiento, Tony Roma, viene dejándolo claro. “No vamos a aplicar la electrificación solo por el hecho de hacerlo (…) No ponemos tecnología por el mero hecho de ponerla, así que tiene que ganarse su lugar. Tiene que mejorar el coche de alguna manera para que nuestros clientes lo aprueben”, había declarado a la CBS News en octubre del 2024.

Bajo ese mismo espíritu que los hipercoches se merecen, durante el último Festival de la Velocidad de Goodwood ratificó su postura en los micrófonos de Autocar: “No voy a fabricar un vehículo eléctrico con la insignia de Corvette si no está a la altura de los más de 70 años de historia de la marca. Nadie quiere eso. Lo siento, me mantendré firme en eso. La insignia significa algo para la gente”. Como dijo Roma al medio británico, un Corvette EV sigue siendo “ciencia ficción”, y estos recientes diseños, con sus llantas traseras de 22 pulgadas y una batería prismática en forma de T, responden a un concepto de Corvette cien por ciento eléctrico.