Puede parecer un sinsentido: un SUV de casi tres toneladas que presume de herencia deportiva. Pero ese es exactamente el terreno en el que quiere destacar el nuevo Nissan Armada NISMO, una interpretación inesperadamente radical del familiar todoterreno japonés. Bajo el paraguas de una filosofía que en Nissan llaman functional beauty, el modelo de 2026 busca unir lo que rara vez se encuentra en un mismo coche: tamaño, músculo y agilidad, y para ello, la marca ha echado mano de uno de sus sellos más reconocibles: el nombre NISMO, que ya ha dejado su huella en modelos mucho más cercanos a los circuitos que al aparcamiento del colegio.
La idea no es simplemente maquillar un coche grande con aditamentos deportivos. Según los diseñadores, la intervención de NISMO va más allá del aspecto, con mejoras reales en aerodinámica, dirección y suspensión. Que un vehículo así reciba un tratamiento estético agresivo no es novedad. Lo interesante es que esa estética se acompaña de elementos funcionales, desde canalizadores de aire que mejoran el enfriamiento hasta un alerón trasero que, al parecer, no está ahí solo para la galería. El resultado es un coche que no pretende disimular su tamaño, pero que tampoco se resigna a ser torpe en carretera.
No se trata, sin embargo, de una revolución silenciosa. El motor V6 biturbo de 460 CV viene acompañado de una reprogramación del escape que, gracias a un sistema de realce de sonido, promete hacer que cada acelerón suene como un puñetazo sobre la mesa, y sí, el aumento de potencia respecto al resto de la gama Armada es modesto en números absolutos, pero el conjunto técnico (suspensión adaptativa, ruedas más ligeras, dirección recalibrada) apunta a una conducción más viva, especialmente para lo que suele ofrecer este segmento. ¿Es esto lo que necesita un SUV familiar? Esa es, quizás, la pregunta que se hace buena parte del público.
Lo cierto es que no hay respuesta unánime. El Armada NISMO divide opiniones incluso entre los entusiastas: hay quien celebra su carácter inesperado y su actitud desafiante frente a la norma, mientras otros lo consideran un ejercicio de diseño algo forzado. Pero si algo demuestra esta versión deportiva es que Nissan no está dispuesta a abandonar el territorio emocional, incluso cuando se trata de un vehículo tan eminentemente práctico como un SUV grande.

Estética con intención: más que un disfraz agresivo
Uno de los aspectos más cuidados en esta versión NISMO es, sin duda, su apariencia. La carrocería, disponible en tonos como el Stealth Gray o el clásico Black Diamond Pearl, se adorna con acentos rojos que aparecen tanto en las pinzas de freno como en la parrilla o el difusor trasero. Es un lenguaje visual heredado directamente de la competición, aunque aquí se aplica a un vehículo de casi cinco metros de largo y más de dos de ancho. Sin embargo, no todo es maquillaje: muchos de estos elementos tienen una función técnica concreta.
Los nuevos paragolpes y faldones laterales no solo le dan al Armada un aire más bajo y ancho, sino que han sido diseñados para canalizar el aire de forma más eficiente. El alerón trasero y el difusor contribuyen a generar carga aerodinámica, y hay también canalizadores específicos en las esquinas del frontal para reducir la turbulencia en torno a las ruedas. Incluso los pasos de rueda están modelados para facilitar el flujo de aire, lo que habla de un trabajo de diseño más profundo de lo que podría parecer a simple vista.
Otro detalle poco común en este tipo de coches es el uso de llantas forjadas de 22 pulgadas desarrolladas por RAYS, las mismas que fabrican las ruedas del GT-R. Son un 23% más ligeras que las estándar, y esa reducción de masa no suspendida se traduce en un mejor comportamiento dinámico. En conjunto, todo esto parece indicar que Nissan ha querido dotar al Armada NISMO no solo de presencia visual, sino de argumentos reales para justificar su apellido.
Ahora bien, que el diseño esté afinado no quiere decir que sea discreto. El contraste entre la silueta masiva y los detalles propios de un coche de carreras resulta llamativo, y no todo el mundo lo encuentra coherente. Pero quizá esa sea justamente la clave: en una época en que todos los SUV son un calco, este NISMO apuesta por marcar diferencias, aunque eso suponga polarizar.

Interior: confort familiar con guiños a la pista
Si por fuera el Armada NISMO no pasa desapercibido, el habitáculo sigue una línea parecida, aunque más contenida. Los materiales han sido elegidos con toda la intención, mezclando cuero acolchado con Ultrasuede antideslizante en los asientos, una elección que remite a los deportivos puros pero que aquí se traduce en un extra de sujeción para viajes largos. Los detalles rojos se extienden a costuras, ventilaciones y al aro del volante, sin llegar a saturar el espacio.
Uno de los elementos más interesantes son los asientos delanteros con refuerzos laterales ajustables, una rareza en este tipo de vehículos. La idea es que el conductor pueda adaptar el respaldo a una conducción más o menos dinámica, aunque no se trate de un coche pensado para atacar curvas con agresividad. También hay pedales metálicos, iluminación ambiental multicolor y un diseño de instrumentación que juega con elementos como el anillo rojo tridimensional del cuentarrevoluciones, que recuerda (salvando las distancias) a los relojes del 370Z.
En lo práctico, el coche no pierde su vocación familiar: hay espacio para siete plazas, maletero generoso y toda la conectividad habitual. El sistema de infoentretenimiento se mantiene idéntico al resto de la gama Armada, lo que puede interpretarse como una oportunidad perdida para dotar al NISMO de alguna interfaz más enfocada al rendimiento. Pero quizá Nissan ha preferido mantener el equilibrio, evitando que el modelo se vuelva demasiado de nicho.
En conjunto, el interior logra algo difícil: mantener la versatilidad del SUV original sin perder la atmósfera de un producto especial. No se trata solo de coser algunos pespuntes rojos o cambiar las alfombrillas. Aquí, el ambiente sugiere que se ha querido ir más allá, aunque sin olvidar que, al final del día, es probable que este coche pase más tiempo en la puerta del colegio que en un puerto de montaña.

Rendimiento: lo justo para tomarlo en serio
El apartado mecánico del Armada NISMO no aspira a rivalizar con monstruos como el Durango Hellcat, pero sí propone una mejora real respecto a las versiones convencionales. El motor V6 biturbo de 3,5 litros, que entrega 460 caballos con gasolina premium, ha sido afinado para mejorar la respuesta, y viene acompañado de un sistema de escape que no solo suena más fuerte, sino que lo hace con intención. No es un rugido gratuito, sino parte del mensaje: este SUV no quiere ser indiferente.
La suspensión adaptativa ha sido recalibrada por el equipo NISMO, buscando un equilibrio entre confort y firmeza. No es un chasis radicalmente diferente, pero sí transmite una mayor sensación de control en curva y de aplomo en rectas rápidas. La dirección, también revisada, se muestra más directa, aunque nadie esperaría que un coche de estas dimensiones se moviera como un deportivo. El objetivo, más bien, es que el conductor sienta que el coche responde con precisión, sin holguras.
Otra mejora interesante es el sistema de refrigeración de frenos, que canaliza aire hacia unos discos de casi 14 pulgadas. Esto no solo ayuda en conducción exigente, sino también en situaciones como el remolque de cargas pesadas, donde el calor puede ser un enemigo serio, y aunque Nissan no ha publicado cifras específicas de aceleración, el conjunto apunta a una experiencia más intensa que la de un Armada estándar.
Ahora bien, lo más revelador es cómo se comporta este coche fuera de su zona de confort habitual. Las primeras pruebas apuntan a que, pese a su peso, el NISMO se siente ágil en carretera, con menos balanceo de lo esperado y una respuesta al volante sorprendentemente precisa. No es un deportivo disfrazado, pero tampoco un SUV perezoso, y ese punto medio, en el que el tamaño no impide disfrutar de una conducción razonablemente viva, puede ser su mejor argumento.

Un SUV con alma de provocación
La llegada del Nissan Armada NISMO 2026 plantea una pregunta interesante: ¿tiene sentido hablar de deportividad en un SUV de gran formato? La respuesta depende tanto del gusto del conductor como del uso que se le dé al coche. Para quienes buscan simplemente un vehículo espacioso y cómodo, esta versión puede parecer excesiva. Pero para otros, representa una forma de reivindicar que los SUV no tienen por qué ser anodinos.
Nissan parece querer agitar el segmento con sus decisiones de diseño (algunas atrevidas, otras casi provocadoras), y aunque eso conlleve el riesgo de dividir opiniones, también le permite destacar en un mercado donde la mayoría de competidores juegan a no molestar. En ese sentido, el Armada NISMO no pide disculpas: su presencia, su sonido y su enfoque son tan evidentes como intencionados.
El tiempo dirá si esta fórmula tiene recorrido. Pero mientras tanto, es difícil no valorar el esfuerzo por hacer algo distinto. Ahora que todo es cada vez más homogéneo, un SUV que se atreve a ser raro tiene, al menos, el mérito de no seguir la corriente (a pesar de ser un SUV).
Jose Manuel Miana
Ando loco con los coches desde que era pequeño, y desde entonces acumulo datos en la cabeza. ¿Sabías que el naufragio del Andrea Doria guarda dentro el único prototipo del Chrysler Norseman? Ese tipo de cosas me pasan por la cabeza. Aparte de eso, lo típico: Estudié mecánica y trabajé unos años en talleres especializados en deportivos prémium.COMENTARIOS