Rompiendo mitos: El Duntov Turbo Corvette de Zora Duntov que no fue

Rompiendo mitos: El Duntov Turbo Corvette de Zora Duntov que no fue

A propósito de un ejemplar que figura en venta, el siguiente tema cargado de ironía y confusión


Tiempo de lectura: 4 min.
Zora Duntov posa con su ejemplar personal en una foto que sólo puede encajar en una época. El “Padre del Corvette”, en todo un acto de justicia, alguna vez le puso su firma al deportivo americano, pero que no me lean los puristas de la aspiración atmosférica, quienes, de recordarlo, podrían correr peligro de dolores de cabeza: el Duntov Turbo Corvette y se enmarca en la tercera generación, que por época estuvo signada por la Era del Malestar.

Entonces, esta exótica versión, además de llevar estampada la firma en manuscrita típica de los distinguidos, acompañó a su V8 350 –5,7 litros– con un turbocompresor. Crisis del Petróleo, escasez de combustible, el auge de los compactos, cilindradas reducidas y limitadas, la prioridad en el consumo, por qué no las regulaciones de emisiones, obstáculo a afrontar para lo cual podría decirse que Zora ya había dejado el terreno preparado unas dos décadas antes cuando empezó a experimentar con la inyección de combustible.

Pero, sobre todas las cosas, potencias que necesitaban ser recuperadas. Como solución, el turbo se introdujo en los motores, y que el proyecto Duntov Turbo Corvette se haya materializado a las puertas de 1980 suena lógico. No hay forma de pensar las configuraciones de los coches como propias de una época. Sin embargo, más allá del contexto, había predilección y deseo de sobrealimentación en Zora desde su época en la GM. “Pedí un turbo dos veces (…) En cada ocasión me rechazaron”, palabras de Duntov en una entrevista de 1980. Vaya descargo, ya con el Duntov Turbo Corvette existiendo.

Zora Duntov posa con su ejemplar personal. ¿Con su ejemplar personal? En la cantidad de unidades fabricadas, y puntualmente en el Duntov Turbo Corvette blanco con matrícula 2280, radica una suerte de misterio. Más confusión que misterio, mejor dicho. Ese coche con el que les digo el ruso posa en una fotografía de la época se supone que perteneció al mítico ingeniero. ¿Rompemos el mito? Una gran ironía como instrumento.

Duntov Turbo Corvette (1)

¿Tuvo Zora un Duntov Turbo Corvette 1980?

En un artículo reciente de Silodrome que se enfoca en un ejemplar actualmente a la venta, se publica la foto en cuestión, en la que ese blanco 2280 se describe como “su propio Duntov Turbo Corvette”. En este caso, se interpreta que ese propio hace referencia al proyecto y no al coche personal de Zora. Ahora bien, En otro de Car and Driver se afirma que, de las 201 unidades que se habían planeado fabricar incluyendo el chasis génesis, Zora se terminó quedando con ese ejemplar, el de la mencionada matrícula 2280. Esto no fue así.

El único Corvette que perteneció a Zora Duntov fue el cupé azul 1974 que podría considerarse el coche fundacional del proyecto del Duntov Turbo, pues el proyecto tuvo sus orígenes en el encuentro entre el ingeniero y la American Custom Industries (ACI), casa de accesorios especializada en fibra de vidrio. Con prácticas previas sobre Corvettes, Bob Schuller, el dueño de ACI, convocó en quirúrgica iniciativa a Zora a un evento para conocerlo en persona y que éste diera una charla, pero en objetivo de fondo fue aprovechar el Corvette 1974 considerablemente fuera de mantenimiento para usarlo de experimento.

Schuller le devolvió al ruso la gentileza dotando a su Corvette con las especificaciones propias de su empresa. A Zora le gustó cómo ACI le renovó su coche y entonces se abrieron las puertas para la sociedad en búsqueda de un nuevo Corvette, apadrinado por el mismo Duntov. Retirado Zora de la General Motors, con el fabricante americano fuera de juego y sin la oposición que antes le había significado, el pedido de Zora para ACI fue que este Corvette de edición limitada tuviera el turbocompresor que tanto había deseado. Así nació entonces el Duntov Turbo Corvette 1980 que, por cuestiones de deficiencias técnicas y precio, lejos estuvo de ser un éxito.

A esas 200 unidades jamás se llegó. Entre la carga mítica que rodea al coche, se especula con que fueron más de 80 las terminadas, aunque todo apunta a que unas 32 ó 33 unidades se completaron en realidad, o a que al menos se tiene certeza de la existencia de esa cantidad. Y la gran ironía es que, en una entrevista que data de 1991, el “Padre del Corvette”, como recuerda MotorTrend, se lamentó de nunca haber obtenido un Duntov Turbo Corvette. Una cláusula impuesta por ACI indicaba que Zora se haría de uno en caso de que se cumpliera el objetivo de 100 unidades vendidas, algo que jamás pasó. Aquel acto de justicia se dio a medias.

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Mauro Blanco

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