Coche del día: Volkswagen Polo C (Typ 86C)

Coche del día: Volkswagen Polo C (Typ 86C)

Espartano, con poco equipamiento, pero llamativamente rápido para su potencia


Tiempo de lectura: 3 min.

El Volkswagen Polo C era una de las opciones más económicas del utilitario alemán. Jugaba la baza, como cabría esperar, del equipamiento escueto, la mecánica básica y con prestaciones justas y la eliminación de detalles superfluos, para poder ponerse en las tiendas a un precio que fuera competitivo. La prensa lo definió como un conjunto bastante completo, aunque con unos acabados y una presentación demasiado pobres.

Los fabricantes se sustentan, obviamente, en la venta de coches. Cuantos más coches se vendan, mucho mejor. El caso es que, para vender, hace falta que los precios sean lógicos e interesantes, dos objetivos que no siempre se pueden lograr fácilmente, sobre todo porque, para poder tener precios contenidos, hay que tomar ciertas decisiones que provocan cierta pérdida de interés en según que modelos. Es el caso de las versiones básicas, las más baratas que se pueden encontrar en los catálogos de los fabricantes. Coches muy interesantes por coste, que no lo son tanto por equipamiento o presentación.

Si echamos un vistazo a las ventas, los coches más vendidos son siempre los más baratos, pues la gente está dispuesta a sacrificar algunas cosas en pos de tener un coche en la puerta de casa. El coche es una herramienta, un medio de transporte y una enorme cantidad de usuarios solo quieren eso, un vehículo para ir de un lado a otro. Para ellos existen las versiones “de acceso”, para ellos y para aquellos que no quieren o no pueden gastar más, obviamente.

El precio de venta era la clave del Volkswagen Polo C, aunque para ello se tuvo que recurrir a un excesivo nivel de austeridad

Volkswagen Polo C (2)

Coches como el Volkswagen Polo C, que apuestan por el precio de venta más bajo posible sin importar, o casi, como obtenerlo. De todas formas, el Polo C no era el más barato de la gama, estaba el Volkswagen Polo Bunny, que era todavía más sencillo y tenía un precio aún más bajo, aunque era claramente menos interesante que el Polo C. El precio no siempre es la clave, y las listas de ventas ofrecen una imagen clara sobre ello: aunque tenga un precio muy bajo, su poco equipamiento y su pobre diseño juegan en contra de versiones demasiado espartanas.

El Volkswagen Polo C, no obstante, era espartano, más que todos sus rivales, combinado con un equipamiento bastante justo y un diseño poco imaginativo. Siempre estuvo por detrás de coches como el Renault 5 o el Ford Fiesta en lo que se refiere a ventas, pues era algo más caro, pero menos interesante por otras cuestiones, como su motor. El corazón del Polo C era pequeño y poco potente, aunque en este caso se quedaba al nivel del Renault 5 C, uno de sus rivales más directos.

Con 1.043 centímetros cúbicos, repartidos entre cuatro cilindros cuya culata tenía dos válvulas y un carburador monocuerpo para su alimentación, rendía 40 CV a 5.300 revoluciones y un par de 7,5 mkg a 2.700 revoluciones. Cifras muy escuetas, que como cabe esperar, limitaban las prestaciones y, entre otras cosas, no le permitían superar los 145 km/h, aunque resulta una velocidad máxima llamativa para su poca potencia. Las aceleraciones era más pobres, con un 0 a 400 metros en casi 21 segundos y un 0 a 1.000 metros en casi 39 segundos.

La revista Autopista comparó este Volkswagen Polo C con sus rivales más directos y lo colocó como uno de los mejores en cuanto a comportamiento, pero uno de los peores en cuanto a presentación y equipamiento. Lo más curioso es que no publicaron los precios, el dato más importante, o casi, en una versión como esta, que presumía de ser una de las má baratas de la gama.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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