Coche del día: Hyundai Lantra 1.9D (J2)

Coche del día: Hyundai Lantra 1.9D (J2)

Barato, funcional y poco gastón, pero lento


Tiempo de lectura: 3 min.

El Hyundai Lantra 1.9D no era más que la respuesta del fabricante surcoreano, al auge de los motores diésel en Europa, donde su presencia todavía era minoritaria y requería de algún esfuerzo más para crecer. La cuestión es que no contaban con tecnología propia y tuvieron que hacer algunos tratos, lo que permitió que contarán con uno de los motores diésel más fiables y probados hasta la fecha: el XUD atmosférico de PSA.

Hyundai llegó a Europa como un fabricante de coches “low cost”, como se decía entonces, una definición que se puso de moda y acabó por abarcar una gran cantidad de propuestas que, en ocasiones, eran bastante interesantes. La misma Hyundai tenía en el catálogo, a finales de los 90, coches como el Lantra –Hyundai Elantra en otros mercados–, un sedán de tamaño medio que sin ser un prodigio en nada, resultaba un producto cumplidor y funcional, además de fiable y muy a tener en cuenta no solo por el precio, sino por otras cualidades.

Sin embargo, a finales de los 90 era vital tener un propulsor diésel en la gama y los coreanos tuvieron que recurrir a PSA para poder ofrecer una opción en su sedán, Los diésel estaban en pleno auge, tanto sobrealimentados como atmosféricos, y contar con un motor alimentado por gasóleo aseguraba ventas, sobre todo como en el caso del Hyundai Lantra 1.9D, cuyo precio base era de 2.069.000 pesetas, más barato que, por ejemplo, un SEAT Córdoba 1.9D, que rondaba los 2.200.000 pesetas –12.435 euros para el Lantra, 12.784 euros para el Córdoba, precios de 1997–.

Hyundai Lantra

Su diseño dejaba apreciar su origen oriental, pero resultaba agradable y de líneas equilibradas

Así, el Hyundai Landra 1.9D tenía bajo el capó el conocido XUD, el cuatro cilindros de 1.905 centímetros cúbicos atmosférico y de carrera ligeramente larga –83 por 88 milímetros para diámetro y carrera respectivamente–, con culata de dos válvulas, un árbol de levas e inyección indirecta, que rendía 68 CV a 4.600 revoluciones y 12,4 mkg a 2.000 revoluciones, cuya caja de cambios de cinco relaciones tenía un desarrollo final en quinta de 35,5 km/h a 1.000 revoluciones. No era, por tanto, un portento de prestaciones, pero sí era un coche básico y sencillo, barato de comprar y de mantener, pues los consumos, por ejemplo, eran contenidos. Según la revista Top Auto –número 102–, en ciudad la cifra era de 9,2 litros, mientras que a 120 km/h se quedaba en 6,4 litros.

No era, obviamente, un coche veloz. La velocidad máxima era de 152 km/h y el 0 a 100 km/h lo completaba en unos muy largos 17,8 segundos. Los 1.000 metros con salida parada los completaba en 36,7 segundos y las recuperaciones eran igualmente lentas, con 19,1 segundos para los 400 metros en cuarta desde 40 km/h o 39 segundos para los 1.000 metros en quinta desde 40 km/h.

Sin embargo, juzgar al Hyundai Landra 1.9D por sus prestaciones sería un error. De primeras, había muy pocas opciones de su tamaño y su capacidad interior por un precio similar, que además presentaba una terminación bastante digna y un comportamiento en carretera sano y fácil de controlar, mientras que la estabilidad era más que suficiente para sus prestaciones. Había que pagar aparte por cosas como el aire acondicionado o el airbag, pero cuando se busca un precio muy bajo, hay que prescindir de ciertos elementos.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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