Bien podría ser una creación para cine, pero no lo es, se llama Beast y es real y se ha creado sobre la base de un Lamborghini Diablo

Bien podría ser una creación para cine, pero no lo es, se llama Beast y es real y se ha creado sobre la base de un Lamborghini Diablo

No cabe duda de que el trabajo realizado es espectacular, pero eso no hace que sea bonito


Tiempo de lectura: 3 min.

Si nos dijeran que estamos frente a la típica película de animación japonesa, nos lo creeríamos a pies juntillas. Pero no es una película, es la vida real, aunque hay una cosa que sí es real: es un trabajo de origen japonés. Se llama Value Beast y es, dicho de un modo muy, muy suave, un coche espectacularmente recargado. Tanto, que sus llantas, con 19 pulgadas delante y 20 pulgadas detrás, parecen pequeñas.

Japón es un lugar peculiar. Tiene zonas que son realmente bonitas, sobre todo las más antiguas, mientras que las grandes ciudades son apabullantes por luces y colores. También son muy dados a las colecciones, son grandes fanáticos cuando algo les gusta y su cultura automovilística es verdaderamente envidiable. No obstante, dentro de esa cultura existen lo que podríamos llamar “subculturas” a cada cual más histriónica y, en ocasiones, sin sentido.

La tendencia más conocida es, posiblemente, la Bōsōzoku, una tendencia tuning que se centra en la exageración, en creaciones muy, muy bizarras que casi no pueden ni circular por las calles. El Value Beast forma parte de esa tendencia, Bōsōzoku, solo que en esta ocasión no se ha usado un modelo popular como base, aquí han masacrado un Lamborghini Diable. Y sí, has leído bien, pone “masacrado”. No se nos ocurre otra expresión para referirnos a lo que han hecho desde Value Progress, el especialista que se ha encargado de la transformación.

Obviamente, si te gusta este tipo de tuning, pensarás que no tenemos ni idea, pero, estéticamente hablando, el Beast no es bonito. Todo en este coche es un desequilibrio de líneas, de formas, de volúmenes… Se tiende a la exageración en su estado más puro; solo verlo por detrás, recuerda a las series de animación japonesa de robots gigantes –y quien escribe esto es aficionado a esa series, y a otras muchas otras de animación japonesa– de los años 80 y 90. Todo parece haber sido puesto ahí donde se podía, sin ningún sentido.

Value Beast (2)

El hecho de que, a nosotros, no nos resulte atractivo, no quiere decir que sea una creación burda y sin cuidado por el detalle. Es más, se puede apreciar, incluso a través de las fotos, que la calidad que ha logrado Value Progress es notable, lo que deja claro la experiencia de este taller japonés.

La transformación, además de otorgarle un aspecto abrumador, también ha provocado que el Lamborghini Diable que hay debajo parezca pequeño. El Beast de Value Progress es 570 milímetros más largo –ahora supera los cinco metros– y 360 milímetros más ancho –ahora tiene alrededor de 2,4 metros de ancho–. Como curiosidad, la altura del techo es de 1.100 milímetros, pero el enorme alerón trasero sube hasta los 1.260 milímetros…

Desde Value Progress no han publicado datos sobre peso, que seguramente será más alto, aunque sí han anunciado el motor, que se mantiene intacto con respecto al modelo de partida, al Diablo italiano de puertas con apertura “en tijera”. Es decir, el corazón de la bestia –nunca mejor dicho– es un V12 de 5,7 litros y aspiración atmosférica, del que no podemos mencionar cifras de potencia porque el responsable del proyecto no ha comunicado de qué generación era el Lamborghini Diablo usado como punto de partida. Si podemos mencionar que, durante la vida comercial del superdeportivo italiano, la potencia varió entre los 492 y los 603 CV.

Faltan por conocer muchas cosas, pues desde la empresa creadora solo mencionan una “suspensión de primera clase” y presumen de la potencia de frenado del equipo Brembo montado.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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