Del desguace a una segunda vida: Así está hoy el que supo ser el coche de tracción total más rápido del mundo

Del desguace a una segunda vida: Así está hoy el que supo ser el coche de tracción total más rápido del mundo

Una reciente venta, el punto de partida hacia un pasado con récord de velocidad


Tiempo de lectura: 7 min.

Para establecer marcas de velocidad altas –sentemos criterios: mínimamente con un tres anteponiéndose a los otros dos dígitos y hablando en kilómetros por hora– a una pista no le pueden faltar rectas lo suficientemente largas y curvas bien amplias y abiertas. Nada por descubrir. Monza, Le Mans y Nürburgring como referentes del deporte de motor; Ehra-Lessien y Papenburg como dos segundas casas a las cuales un Bugatti puede volver y dar unas vueltas mientras recuerda momentos épicos; en Norteamérica y su NASCAR Series Cup, el Daytona International Speedway… y Talladega.

Mérito de la génesis. El mérito de este coche fue haber superado la barrera de los 300 km/h siendo una berlina de Audi de los años ochenta, y haber sido superior a los que al año siguiente se convertirían en los modelos de serie más rápidos de la década: el Ferrari F40 y el Porsche 959. Para establecer nuevos récords fue preparado y he ahí una aclaración sobre lo anterior, pues, a diferencia de esos dos rivales de época homologados para la calle, este alemán, el Audi 5000 SC Quattro 1986, es un prototipo desarrollado sobre un Audi 200 Quattro para ese propósito de hacer historia.

Contrastes. Siempre es reconfortante que haya archivos en casos como este. Algo frecuente en ventas de coches clásicos que atesoran sus minutos de fama, en el sentido más estricto de la palabra. A menos que se esté interiorizado y se lo reconozca al verlo, ¿cómo saber que este Audi alguna vez fue el más veloz del mundo en circuito entre los de tracción total? Descubierto su secreto, las instancias son las siguientes: se observa su estado actual, visualizamos su historial conforme a los datos proporcionados y acto seguido vamos a por las fotos de época, con las que visualizar ya no será necesario.

¿Qué momento del pasado elegirías presenciar si pudieras viajar en el tiempo? La respuesta a la pregunta suele ser siempre la misma, un evento exacto, una cuestión de minutos, donde todo ocurre rápido. En la primera semana de febrero, Bonhams lo vendió por €120.750 en representación de una familia que, tras adquirírselo a Audi –no se informa fecha exacta ni año–, lo conservó hasta la reciente subasta en París. “Más tarde, por mi padre, me enteré que el Audi se utilizó inicialmente para carreras de récord mundial en Estados Unidos”, confesó el vendedor, según consta en la reseña de la casa británica. Deduzco que, luego de conocer su verdadera identidad, en algún momento anheló poder viajar en el tiempo y presenciar el evento, donde todo ocurre rápido, donde todo ocurrió rápido. Una cuestión de… segundos.

Audi 5000 SC Quattro 1986 (7)

Audi 5000 SC Quattro 1986: El evento

Es escueto el aporte de Bonhams en cuanto a las fotos de ese pasado, pero también lo es el de Audi Club North America. Se supone que allí debería estar el banco de imágenes, dada la trascendencia adquirida por su hito en Estados Unidos, adonde Audi apuntó con su creación –y con su objetivo de darle a los americanos lo que más les gusta: máxima velocidad– para fortalecer la posición de la marca en el mercado nacional, pues la fama ganada en los campeonatos de rallye en Europa se quedaba. Entonces, me encuentro con dos artículos: uno de los colegas de Autonoción y otro de Historic Motorsport Central.

En Bonhams, la proeza de un tres veces ganador de las 500 Millas de Indianápolis es apenas una mención al paso. En las dos revistas mencionadas anteriormente, es el enfoque, el todo. “Le tomó a Bobby Unser 46 segundos lo que Audi ha estado diciendo por los últimos cinco años”, se lee en un afiche del ’86, que incluye una foto con el prototipo y el estadounidense, sonriente, responsable de la hazaña. En otra foto, la gesta de la hazaña, el Audi 5000 SC Quattro avanzando por una curva peraltada del Talladega Superspeedway, el óvalo de casi 4,3 kilómetros.

Del cinco cilindros 2.2 turbo con 25 válvulas recibido del Audi 200 de serie partieron las modificaciones. El motor obtuvo nuevos componentes. Bielas y pistones de titanio, inyectores, conductos de refrigeración extra… Todo nuevo, hacia unos notables 650 CV. Al coche se lo aligeró. Con un cambio de los paneles de la carrocería original por otros de aluminio y kevlar, con la aplicación de parabrisas, ventanillas y luneta en plexiglás, y descartando equipamiento interior de confort que nada tenía para dar en la misión, el Audi adelgazó y ahora apenas pasaba la tonelada.

El fin era la aerodinámica. Se redujo, pero el peso también se repartió adecuadamente y el coeficiente logrado fue de 0.33. Para Unser, una experiencia inolvidable. Según recuerda Bonhams, al recordado piloto le dio la sensación de ir pegado a la pista, incluso corriendo a más de 320 km/h. No eran sensaciones, sino el resultado del conjunto de modificaciones, entre las cuales destacaba también un rebaje de cuatro centímetros tanto de la altura del vehículo como del centro de gravedad. Al respecto, la posición del asiento del piloto fue otra clave. En un óvalo en el cual se gira siempre hacia la izquierda, el equipo le movió a Bobby la butaca lo más a la izquierda posible.

Audi 5000 SC Quattro 1986 (2)

Cuarenta y seis segundos fue lo que tardó el norteamericano en dar la vuelta completa en Talladega y marcar su récord de tracción a las cuatro ruedas en circuito con una velocidad media de algo más de 332 km/h. Todo para que, años después, se encontrara al borde de la desaparición.

De casi terminar en el desguace a volver a nacer

Mérito –instinto– de supervivencia. El Audi 5000 SC Quattro sobrevivió por las casualidades de la vida. Habiendo consumado el récord, Audi había sentenciado que el desguace fuera su destino final. Entonces apareció la familia que ahora, en 2025, deberá vivir de la memoria y los documentos. En los ochenta, el padre de quien lo acaba de vender por Bonhams compró el por entonces novedoso Audi V8, al que retiró junto a su hijo de la casa matriz en Ingolstadt. Allí conocieron al Dr. Werner Laurenz, ingeniero jefe alemán con trayectoria en escuderías de Fórmula 1, quien los acompañó en una visita guiada por las instalaciones. En ese recorrido conocieron al Quattro de los 46 segundos.

Con Laurenz, entonces a cargo del desarrollo de motores de la división automovilística de los cuatro anillos, nació una amistad necesaria para que el prototipo héroe en Estados Unidos torciera su destino. En su visita a esta familia residente de Dortmund, el ingeniero llevó en remolque el Audi 5000 SC. Días de dicha. Jornadas de prueba, pero no todavía de revelaciones: el hijo, hoy vendedor, aún no estaba al tanto de que eso que veía desempeñarse había sido el coche más rápido del mundo entre los de su especie.

Justicia al final. La galería de Bonhams es imprescindible para el contraste. Los arneses en azul no formaban parte del equipo de 1986 y hoy resaltan en una cabina que se respeta así misma y no se traiciona. Por fuera, la bandera alemana en diagonal sobre las luces delanteras del lado derecho cambió de posición, pero la sigue luciendo con orgullo, como para que ningún tracción total de ayer y hoy, incluyendo al Bugatti Chiron, se olvide quién mandó en su década.

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Mauro Blanco

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