Mientras Europa espera por los Dodge Charger Daytona de combustión, los últimos privilegiados en contar con uno son los dueños de esta edición especial

Mientras Europa espera por los Dodge Charger Daytona de combustión, los últimos privilegiados en contar con uno son los dueños de esta edición especial

Más de 810 caballos para estos ejemplares naranjas con corona


Tiempo de lectura: 3 min.

Cuando se anunció que el futuro del Dodge Charger sería con la vuelta del Daytona en modo todo eléctrico, nadie tenía en los planes volverlo a ver con motores de combustión. Hoy, esto es una realidad, porque a pesar del retiro del HEMI V8 –¿volverá algún día?– el Hurricane 3.0 de seis cilindros lo ha sucedido y esto incluye al inoxidable muscle car.

Los cambios de directivos en Stellantis puede que en algún momento hagan regresar el histórico ocho cilindros, lo que significaría devolver el modelo a su combinación de gloria: el HEMI más la configuración de dos puertas. Esto último es lo que hasta la llegada de la generación electrificada se había interrumpido en el Charger, que durante todo este siglo se había fabricado como sedán de cuatro puertas.

En Europa, el segundo semestre del 2025 espera. Es el apuntado para la llegada al continente del Dodge Charger Daytona y la expansión incluirá a las versiones con motores de gasolina. Pero, insisto, el presente es con el V6 biturbo y todo escenario que incluya al retorno del HEMI es, de momento, producto del deseo y una cuota de verosimilitud. Mientras esto no suceda, los últimos privilegiados en contar con unidades Charger Daytona con V8 debajo del capó son los que se hicieron con alguna de las unidades de edición limitada.

La Última Llamada que paralizó a la comunidad norteamericana de Dodge entre 2022 y 2023 dejó propuestas de interés hasta cultural como el Challenger “Black Ghost”. Porque de eso se trata. El mundo del motor es diversidad de culturas. De los siete notables, tres fueron Charger y, de esos tres, sólo uno llevó ese nombre heredado de las carreras de comienzos de los años setenta.

Si por esas casualidades te topas con un Dodge Charger naranja, chequea su ala trasera izquierda, ya que sería posible que se leyera “King Daytona”. De ser así, debes sentirte afortunado, porque el Dodge Charger “King Daytona” fue, con 300 unidades, el más exclusivo de la denominada Las Call junto al fantasma negro, de misma cantidad limitada.

Al servirse del Charger SRT Hellcat Redeye, le correspondió el V8 Hellcat 6.2 sobrealimentado con 818 CV, con lo cual pasó a ser el segundo más poderoso de los siete, bastante por encima de los 490 CV de los HEMI con que salieron de fábrica las primeras propuestas de la Última Llamada y únicamente superado por el Challenger SRT Demon 170, de potencia máxima superior a los 1.000 caballos.

Desde luego, para ser parte de aquella edición especial de una despedida a los motores de combustión de la marca que finalmente no fue tal, debía haber un pasado detrás que respaldara y justificara ser parte de la selección. Mientras el “Black Ghost” rindió homenaje a un Challenger que corría en la clandestinidad de Detroit, este Daytona se lanzó como una reinterpretación de un Charger Daytona modelo 1969 que fue todo un símbolo de hermandad en la convulsionada Los Ángeles de la década de 1970. Una historia por la cual no es casual la elección de la palabra hermandad. Una historia que amerita un continuará…

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Mauro Blanco

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