Idas y vueltas en Stellantis, idas y vueltas en los Estados Unidos… ¿Idas y vueltas en los motores americanos de toda la vida? Aún resuenan las palabras de Tim Kuniskis en relación con los responsables de la extinción del HEMI V8 y aún resuenan sus más recientes palabras acerca de lo que ha sido todo un suceso en el mercado americano y el reporte de ventas del 2024: la caída de RAM.

Todo va conectado y no fue un simple descenso el de la marca de pick-up competidora de las trucks de Ford y Chevrolet. El olvidable año pasado trascendió a los números, números rojos adonde sea que uno preste atención: pérdidas mínimas del 16 por ciento en todos los segmentos, pérdida interanual del 19 por ciento y, como dato más importante, la caída del 17 por ciento de la línea de camionetas de tamaño completo. Las RAM Pickup han reinado por años ininterrumpidos en un cómodo tercer lugar, detrás de las Silverado y la Serie F de la firma del óvalo. He ahí la novedad, pues el 2024 ha sido tan fatal para las RAM que han perdido esa ubicación de privilegio y se han visto superadas por los SUV líderes del país: el Toyota RAV4 y el Honda CR-V.

Una compleja situación que ha devuelto a escena el tan ponderado, tradicional y garante HEMI V8, sobre el cual Kuniskis siempre se ha mostrado coherente, desde su época como CEO de Dodge hasta sus dos mandatos como director ejecutivo de RAM. En 2022, cuando el final de los motores de combustión se anunciaba para la firma de deportivos –un cese al que se daría marcha atrás, a excepción de la discontinuidad ratificada al ocho cilindros–, Kuniskis ya dejaba en claro que la decisión se llevaba a cabo muy a su pesar, que estaba atada a la bajada de línea eléctrica de las altas esferas, es decir, la línea de Stellantis con Carlos Tavares al frente.

Un Tavares que se había liberado de esa piedra en el camino llamada Tim Kuniskis, cuando a mediados del 2024 éste dejó su cargo en RAM y en Dodge, pero, con la salida del hoy ex CEO del conglomerado, el neoyorquino no tardó en recuperar el puesto de CEO en la marca de pick-ups. Y mientras puertas adentro de Stellantis ya salieron a jugar el partido con declaraciones pro HEMI V8 –”Todos querían mantenerlo, pero la idea era ‘hay que ser más ecológico'”, fue uno de los testimonios bajo anonimato de un directivo de Stellantis a la CNBC en diciembre, en sintonía con otras acusaciones provenientes del grupo hacia Tavares, a quien le atribuyeron falta de autocrítica y decisiones fundadas en su arrogancia–, el ex CEO de Dodge volvió a referirse al V8.

El retiro del HEMI V8 como una cuestión cultural

No soy un fan de la cultura norteamericana en la que nunca nada es suficiente, en la que cuanto más grande y más potente, mejor. Un Challenger no me quita el sueño y las trucks de RAM no me mueven un pelo. Dicho esto, leo en foros opiniones de clientes que comparten sus experiencias con los vehículos de estas marcas y que tienen a dejar bien parado a Kuniskis, a quien consideran cercano a los usuarios y atento a sus reclamos. Creo que las recientes declaraciones son consecuentes con esto y se evidencia su postura genuina en la entrevista brindada al medio Road and Truck, si bien, claro está, son declaraciones que no dejan de formar parte de una estrategia en un contexto político determinado.

Así como ha salido a atenuar las ansias y a desmentir que el impacto generado por la caída de RAM se deba inevitablemente a la falta del HEMI V8, lo que hizo Kuniskis fue apelar a la sensibilidad del orgullo nacional. No considera que problema radique en la comparativa entre el V8 y el seis cilindros turboalimentado que lo ha reemplazado, sino que lo adjudica a la falta de tacto que ha tenido Stellantis y la política eco impuesta sobre un motor de tanto arraigo.

“El problema más importante es que eliminamos una cosa estadounidense fundamental. Los estadounidenses aman la libertad de elección más que cualquier otra cosa. Cuando les quitas la libertad de elección y les dices ‘debes tomar esto’, se rebelan”, sentenció. A toda esta máxima la resumió en dos simples palabras: “es antiamericano”.

Reconoce Tim Kuniskis que es temprano para explicar las pobres ventas de RAM como consecuencia del retiro del HEMI y que hay que esperar cómo rinden en el mercado las camionetas próximas a lanzarse antes de ser tan contundentes con el tema, y agregó que, en parte, la caída se debe analizar a partir de los considerables cambios que han golpeado a la compañía, incluyendo el nuevo tren motriz que parte del motor T6 y la nueva arquitectura electrónica. Por otro lado, no le cierra las puertas a un posible regreso del V8 5.7 litros.

También ha dejado títulos con los colegas de Motor.1, a quienes les fue claro afirmando que no es imposible recuperar el HEMI, pero que no sucederá en lo inmediato y que, para llevarlo a cabo, se requiere de una serie de preparaciones tales como trabajar en la arquitectura adecuada y volver a poner en condiciones las líneas de montaje. Todo esto cobra otro sentido, otra fuerza, con el factor externo de las últimas horas: la asunción de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos.

La asunción de Donald Trump y una puerta de bienvenida al HEMI V8

A la par de su juramento, Trump le ha jurado confrontación al acuerdo de París sobre el cambio climático y también a las políticas de electrificación que ha llevado a cabo Joe Biden. El republicano ha comenzado su segundo mandato dando a entender que la era de la gasolina volverá a ser en Norteamérica. En su discurso adelantó que pondrá punto final al Green New Deal y que revocará el denominado Mandato del Coche Eléctrico. Habló, en ese sentido, de “salvar nuestra industria automotriz”.

¿Cómo hacer entonces para no imaginarse un futuro cercano con el HEMI de regreso a Dodge y a RAM? Tanto Trump como Kuniskis han movido sus piezas hablando el mismo idioma, ambos querrán recuperar por derecho propio esa libertad de elección arrebatada. Para el histórico V8, una puerta abierta de par en par.