Cómo sembrar atemporalidad a futuro. Esa ha sido una de las lecciones que nos dio el Aston Martin DB7. Probablemente, una de sus mayores virtudes fue no necesitar ampulosos rasgos para nunca pasar de moda. No, en mis libros el DB7 nunca pasó ni pasará de moda. Un perfecto arquetipo de coupé europeo –en un espectro más abarcativo, un perfecto arquetipo de gran turismo europeo– que expresó su contundencia en el mercado. Ayer, en el mercado de su época de producción en serie. Hoy, como un coche asentado en el de usados.
Es cierto que cuando evolucionó a V12 Vantage y V12 Vantage Volante justo en el ocaso del siglo pasado, el DB7 incorporó, además de su lógico incremento de potencia, algo más de refinamiento en la aplicación del tapizado de cuero y del alfombrado, además de especificaciones superiores, tales como llantas de 18 pulgadas y nuevas luces antiniebla. Tan cierto como que el modelo nació bajo la premisa de ofrecer a los clientes de Aston Martin un deportivo de acceso, por debajo del histriónico Virage. No por nada el DB7 le dijo hasta la vista a su ciclo comercial siendo el más popular en la historia de la firma en términos de cantidad de unidades fabricadas.
A 30 años de su debut absoluto en Ginebra, su propósito de terrenal lujo británico se ha reinterpretado con valores que, en casos específicos, me invitarían a destinar en estos Aston Martin DB7 usados el dinero que se pide antes de invertirlo en, digamos, algún SUV premium de los actuales. Claro, todo depende de la posición personal y las preferencias de cada uno. En mi caso, un DB7 de los adentrados años noventa, con dos puertas e interior 2+2, sería suficiente en comodidad y representa la faceta de lujo de las simples y elegantes siluetas de los coupé –también sedanes– de su época, que es, precisamente, una de mis eras de diseño predilectas para el segmento.
Por demás gráfica me resultó la sección de la plataforma de venta de Classic Driver, donde, si bien hay ejemplares que arañan las seis cifras –no vienen al caso, ya que se trata de ejemplares GT y GTA, versiones de producción limitada a 190 y 112 unidades respectivamente–, el promedio de los precios que allí se anuncian es de unos 50.000 euros. Hay opciones Volante –los convertibles–, pero de aquí en adelante el foco va apuntado a los coupé, la faceta del DB7 por excelencia.
Los Aston Martin DB7 más baratos
No sólo el precio justo por debajo de los 47.000 euros del DB7 Coupé modelo 1999, uno de los últimos con el motor de seis cilindros de 340 caballos, me ha cautivado. Reúne una serie de condiciones que hacen que uno pueda considerar comprarlo sin pensarlo demasiado. En sus 25 años se le ha dado un buen uso, proporcional al cuidado que ha recibido. Un odómetro en 106.241 km y una combinación de acabados que… ¡madre santa! Ya empieza a convencerme por la pintura exterior Antrim Blue, un azul oscuro metalizado que se aplicó en pocas de las unidades destinadas al mercado de los Países Bajos. El interior, con una tapicería de cuero negro e inserciones en madera –aunque preferiría un habitáculo negro por completo en este caso–, no se queda atrás. Aire acondicionado, calefacción de asientos y accionamiento eléctrico de ventanas y espejos, algunas de sus funciones. Por supuesto, no hay necesidad de comparar equipamientos tecnológicos y de seguridad entre un coche como este y modelos actuales.
Del DB7 Coupé, Classic Driver publica uno considerablemente más barato, un modelo ’98 por el que piden menos de 40.000 euros, que combina una carrocería con pintura verde y un interior beige. A diferencia de la caja manual de cinco velocidades del anterior, este Coupé envía los 337 caballos de su seis cilindros a las ruedas traseras mediante una automática de cuatro.
¿Qué hay del DB7 Vantage?
Lo dicho, en la era Vantage, el DB7 pasó a tener motor V12, el que llevan debajo del capó los ejemplares que figuran a la venta en la plataforma. Uno es un modelo 2001, es el más caro y su particularidad radica en que toda su vida estuvo bajo propiedad de su dueño original. Acabado negro por fuera y por dentro, registra en su odómetro 47.000 kilómetros, prácticamente el mismo uso que el que se le dio al V12 Vantage Coupé por el que piden 15.000 euros menos. Claro, ese otro es un modelo 1999, que luce también negro en la carrocería y en su interior de cuero Conolly, perteneciente al primer año de producción.
Sí, lo sé. Por apenas un puñado de euros más te puedes hacer con el V12 Vantage ’99 en lugar del DB7 Coupé del mismo año, aunque no lo dudo: en el balance de las características me quedo con este último.
Mauro Blanco
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