He de reconocer, que desde que probé el Hyundai i20 N en aquella comparativa contra el Toyota GR Yaris, es uno de mis coches favoritos. Tiene todo lo que debe tener un buen coche deportivo para pasárselo en grande en una carretera de curvas y lo más importante, genera una oleada de sensaciones cuando se lleva al límite.

Al contrario que nuestro director, el señor Pablo Mayo, a quien le gustan los coches megacaros y megapotentes, yo prefiero coches de potencia, digamos, contenida, pero con un chasis muy radical y un eje delantero muy reactivo. Son ideales para exprimir en carretera abierta; desde mi punto de vista, es mas divertido conducir un coche lento al 100%, o cerca del 100%, que un coche rápido a menos del 60%, y eso siempre según el coche, porque si hablamos de una creación de Ferrari o Lamborghini, en carretera abierta apenas se podrá aprovechar un 30% de su potencial.

Por eso, cuando Hyundai anunció que lo retiraba de su catálogo en Europa, creó cierta pesadumbre, pues seguía el camino de otros como el Ford Fiesta ST y dejaba claro que el automóvil, al menos de momento, dejaría la pasión para otra ocasión. Si se quiere un ejemplar, toca tirar del mercado de segunda mano y dado el tipo de coche que es, hay que vigilar hasta el último tornillo, pues invita a una conducción que genera un enorme estrés en todos sus componentes. Y creerme que es difícil conducir relajado a los mandos de un i20 N; el coche pide guerra constantemente…

El único rival directo del i20 N que todavía sigue a la venta, es el Volkswagen Polo GTI

Sin embargo, mientras nosotros nos quedamos sin el i20 N en nuestros concesionarios, en Australia, el Hyundai i20 N recibe algunas actualizaciones de cara a 2025. Son novedades sin importancia, meros retoques estéticos como unas nuevas llantas de 18 pulgadas y pinzas de freno en color “Dynamic Tomato Red” –es decir, en color rojo–. La rejilla de la calandra tiene un nuevo patrón, emblemas negros y un acabado mate para la insignia N. Según afirma Hyundai, el paragolpes delantero es de nuevo diseño, pero cuesta diferenciarlo del anterior…

También hay cambios en el habitáculo, donde se estrena nueva iluminación LED y emblemas rediseñados en el pomo del selector del cambio y en el volante. No faltan actualizaciones desde la nube y poco más.

En cuanto al motor, se mantiene intacto, es decir, un cuatro cilindros turbo de 1,6 litros que entrega 204 CV y 275 Nm de par, que trabaja junto a un cambio manual de seis relaciones y un diferencial de deslizamiento limitado.

Básicamente, han retocado un poco el coche para mantener el interés, algo que ya despierta por sus prestaciones y su talante marcadamente deportivo. No obstante, cabe destacar que Australia es el único lugar del mundo donde se oferta toda la gama N de Hyundai: i20 N, i30 N en sus dos carrocerías, el Elantra N y el Ioniq 5 N.

En Europa nos tenemos que conformar con el Hyundai Ioniq 5 N, que si bien es una auténtica bestia por ficha técnica, no deja de ser un coche eléctrico de precio elevado y con un mercado muy limitado. Nosotros queremos que vuelvan los i20 e i30 N…