Reconozco que hay ciertas marcas que me despiertan cierta simpatía, digamos que “me caen bien”. Cuando le digo esto a una persona ajena al mundo del automóvil, siempre pone una cara de extrañeza y, casi acto seguido, afirma que no se puede tener en buena estima a una marca de coches; no es una persona. Y en parte tienen razón, ¿no? Pero los aficionados a los coches somos así, nos caen bien o mal las marcas de coches, como si fueran personas.
Todo esto me vino a la cabeza después de recibir una llamada, para invitarnos a la presentación del Suzuki Vitara y del Suzuki S-Cross. Me cae bien Suzuki, no es una marca de coches altanera, de hecho, creo que son bastante humildes y que sus productos, sus coches, ofrecen precisamente lo que prometen. Son coches honestos, pero son coches que van la mar de bien. Por lo general, siempre que tenemos un Suzuki en pruebas, tenemos las mismas sensaciones, y lo digo en plural porque Miguel, ya sabéis, nuestro “stuntman”, opina lo mismo: los Suzuki son coches que, para lo que cuestan, funcionan muy bien y son opciones que la gente tiene muy olvidadas.
Acudí a la cita el día señalado, mientras recordaba por el camino que tenía pendiente publicar la prueba de un S-Cross y que, tendría que hacer algo para poder compaginar la presentación con la prueba. Sin embargo, una vez allí –llegué tarde, por cierto… – y tras la rueda de prensa, me percaté que los cambios en el coche, en realidad, son meros detalles, básicamente actualizaciones para adoptar los cambios en la normativa, como el dichoso lector de señales que está todo el rato dando la tabarra, nuevo equipamiento y alguna cosa más.
Nuevo equipamiento de seguridad, mismos motores y muy pocos cambios estéticos
Entre las novedades que presentan los “nuevos”Vitara y S-Cross, destaca el aumento de sistemas de seguridad, como el DSBS II –Dual Sensor Brake Support– de segunda generación, el control predictivo de frenada con detección de peatones, bicicletas y motocicletas, alerta antifatiga, asistente de luces de largo alcance o control inteligente de la velocidad. Se sume también a la lista el control de velocidad adaptativo, preinstalación de “alcohol interlock” –un sistema parecido al que usa la Guardia Civil para los controles de alcoholemia–, detección de ángulo muerto, alerta de tráfico trasero, control de retención en pendientes…
Bajo el capó no hay cambios, se mantienen los motores electrificados. El primero es un micro híbrido que tiene como base el 1.4 Boosterjet, el cual está asistido por el sistema SHVS –Smart Hybrid Vehicle by Suzuki–, básicamente un motor eléctrico con un generador de 48 voltios y una baterío de litio. Son 129 CV los anunciados, y es el grupo motor que tenía el Suzuki S-Cross del que hablaba anteriormente, cuyo funcionamiento es muy correcto. No se puede considerar un tiro y no tiene los mejores consumos del mercado, pero en general, como conjunto, es satisfactorio. La otra opción mecánica es un híbrido compuesto por el motor 1.5 Dualjet y un motor eléctrico de 25 kW, que rinden en conjunto 102 CV. Obviamente, ambas motorizaciones reciben etiqueta ECO de la DGT.
En lo referente al apartado estético, el único que recibe algún que otro retoque es el Suzuki Vitara, que ahora tiene un frontal un poco diferente. La calandra es nueva, así como algunos detalles del paragolpes. Atrás apenas se nota cambio alguno –hay un nuevo spoiler en la puerta del maletero, por ejemplo– y en el interior lo que cambia es el equipamiento al recibir un nuevo sistema multimedia con pantalla de nueve pulgadas. Sigue sin tener mandos físicos para el volumen, se controla desde unos símbolos bajo la pantalla y es muy incómodo, todo sea dicho.
No hay cambios en lo que se refiere a dinámica o tacto general
Lo más interesante de las presentaciones, además de encontrarte con más amantes de los coches, de intercambiar opiniones o de establecer nuevos contactos, es la hora de ponerse a los mandos de los coches. Y en esta ocasión, Suzuki tenía una flota de Vitara y S-Croos, todos con el grupo motor semi híbrido, preparados para la ocasión. La ruta discurrió por carreteras muy conocidas, pues acudimos a ellas con la mayoría de los coches que probamos, así que, en este caso, las sensaciones fueron un poco más claras al conducir con mayor confianza puesto que las carreteras eran sobradamente conocidas.
He de decir que me gustó más el Suzuki S-Cross que el Vitara. Aunque el recorrido fue muy corto y no se pueden sacar conclusiones con un tramo tan limitado, las primeras sensaciones que tuve fueron mejores en el S-Cross. Las suspensiones son algo más suaves y el aplomo parece algo más elevado. De hecho, las sensaciones con el Suzuki S-Cross fueron las mismas que tuve cuando lo probamos anteriormente y, nuevamente, me pareció un coche interesante por tacto y por calidad de bacheo. El Vitara se nota menos cuidado, que no quiere decir que sea peor, simplemente, está un escalón por debajo del S-Cross. Es ágil, afronta bien las curvas y no tiene problemas en rodar rápido, pero yo me decanto por el Suzuki S-Cross.
Fue un tramo de asfalto y se echó en falta un poco de tierra, pero eligieron uno divertido y también bonito, porque las vistas, en plena Sierra de Madrid, merecen la pena ser disfrutadas. El tramo lo conozco bien, como he dicho antes, vamos por allí con la mayoria de los coches que probamos y la verdad es que resultan dos coches agradables de conducir y cómodos. Hubo un par de compañeros que nos adelantaron como si les persiguiera la parca y a simple vista, las reacciones del coche ante volantazos bruscos –casi salvajes– parece bastante buena. Nosotros no llegamos a tanto, pero estoy seguro de que son plenamente controlables en esas circunstancias.
Los precios de ambos modelos son bastante competitivos en sus respectivos segmentos. El Vitara Mil Hybrid, por ejemplo, arranca en 24.500 euros para el acabado S1, cuya peculiaridad, entre otras cosas, es la ausencia de elevalunas eléctricos traseros, detalle mínimo porque se trata de una versión enfocada a flotas. El siguiente escalón, el Vitara Mil Hybrid S2, arranca en 25.300 euros y si lo quieres con tracción total, 28.100 euros.
En el caso del S-Cross, el acabado S1 parte de 26.795 euros, mientras que la versión S2 hace lo propio en 27.995 euros, que sube hasta los 30.460 euros en caso de optar por la tracción total.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS