El Jaguar S-Type llegó, precisamente, cuando tenía que llegar, cuando más falta le hacía a la firma. Corría el año 1999 y Ford guiaba los pasos de los británicos hacia un futuro, teóricamente, mucho mejor. Los americanos habían comprado varias firmas europeas –Aston Martin, Jaguar y Volvo– para configurar su Premier Group, con el que atacar el segmento más premium desde todos los frentes. El Jaguar S-Type es el resultado, precisamente, de ese objetivo.
La adquisición de Jaguar por parte de los norteamericanos, sirvió para salvar a la firma británica del adiós definitivo. Jaguar llevaba tiempo por el mal camino, los ingresos no llegaban y sus coches no podían ofrecer lo que un usuario capaz de pagar por uno de sus coches esperaba. Además, las últimas generaciones del XJ había acarreado problemas de fiabilidad y de malos acabados, lo que enturbió la imagen de la marca a ojos de los usuarios.
El S-Type se desarrolló para renovar la imagen de la compañía y para mejorar las ventas con un nuevo modelo que, aunque no gustó a los puristas, abriera las puertas a nuevos clientes. Pero no se optó por un coche pequeño, eso llegaría más adelante con el Jaguar X-Type, se optó por luchar adentrarse en el segmento de los sedanes ejecutivos, donde militaban los casi intocables BMW Serie 5 y Mercedes Clase E. Audi había renovado el A6 hacía muy poco, y las cosas se habían puesto todavía más duras con esa puesta en escena.
Ford permitió que la marca gastara una buena cantidad de dinero en el desarrollo del S-Type, aunque se aprovecharon muchas cosas para otras marcas del grupo, en busca de la máxima rentabilidad. Así, la plataforma del Jaguar S-Type era completamente nueva –que luego acabó, por ejemplo, dando soporte al Ford Thunderbird, por ejemplo–, con la que se buscó que fuera un coche muy dinámico, pero sin tener que recurrir a duras suspensiones deportivas. El nuevo Jaguar tenía que ser suave, cómodo y refinado.
A pesar de su notable personalidad y su clara diferenciación frente a los rivales, hubo quien criticó su línea por ser demasiado clásica y “retro”
Para su estética se recurrió a los “viejos” coches de la marca y los diseñadores se inspiraron en modelos como la primera entrega del Jaguar S-Type o el Jaguar MKII, y dieron forma a una carrocería de aspecto clásico y elegante, aunque no exenta de cierta modernidad. Destacaba el frontal, con sus cuatro proyectores y la calandra con marco cromado, que le daban una notable personalidad. Todavía hoy luce igual de bien que entonces, aunque se ven muy pocos en carretera.
El Jaguar S-Type tuvo una excelente acogida por parte de la prensa y las opiniones iniciales no fueron malas, aunque el motor de acceso a la gama, un V6 3.0 de Ford ligeramente retocado por Mazda, con sus 231 CV, fue criticado por su origen y además, por tener un cambio manual de cinco relaciones. El último Jaguar con cambio manual fue el Jaguar XJ6 XJ40.
Sin embargo, los primeros años de comercialización del S-Type se vieron un poco enturbiados por diferentes detalles. El primero fue la falta de fiabilidad. La marca venía de sufrir con otros modelos y parecía que ni la presencia de Ford podría arreglar ese apartado, sobre todo en el apartado de acabados y electrónica. Por otro lado, el diseño del salpicadero parecía no tener lógica, pues no solo tenía una consola enorme, sino que la pantalla del navegador estaba colocada mucho más cerca del copiloto que del propio conductor, un detalle que también se repetía en las versiones con volante a la derecha.
Finalmente, después de solo tres años en el mercado, el Jaguar S-Type se sometió a una revisión profunda que sirvió para cambiar toda una serie de cosas, en busca de mejorar la imagen y las ventas de la marca.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".Tengo un S type 2002 motor 3mil automático desde hace 15 años cero problemas. Un gran coche un placer conducirlo
Me lo quisieron comprar varias veces.
No me desprendo de él.x ningún dinero.
Tengo un S Type 2.7 V6 diésel automático de finales de 2007 con 175000 kms. Es un placer conducirlo, sobre todo en viajes largos. El consumo a 125 kms/h reales de GPS, no llega a 7 litros aprox.
El mantenimiento, si quieres mimarlo, es igual de costoso que en otros coches. Cambio de aceite caja cambios, cambio correa distribución, diésel del más caro y de marca, revisiones en sus kms etc, etc.
En fin, no me desprendo de él porque me gusta su línea, sus presentaciones, porque me gusta conducirlo y porque considero que es un gran coche.