El BMW M4 CS ha logrado, al parecer, que nadie critique su calandra y algunos detalles de diseño. Es curioso ver como un coche, o mejor dicho, una versión de un modelo, puede agrupar todas las opiniones y hacer olvidar otras. Sí, se ha mencionado la calandra en alguna ocasión, como aquí, pero han sido muy pocas y eso significa un cambio, ¿no?
Durante los últimos años, los lanzamientos de BMW han sido muy polarizantes, con opiniones de todo tipo con respecto, sobre todo, a su actual lenguaje de diseño. Adrian van Hooydonk ha impreso una imagen a los modelos de la firma alemana que no ha sido aceptada por todo el mundo, pero que, sin embargo, no ha impedido que BMW haya logrados sus mejores resultados en ventas. No sabemos si es por su diseño o porque la fama que atesora la marca desde hace décadas, pero los resultados hablan por sí solos.
El M4 CS no cambia de ese aspecto tan polémico o, al menos, no cambia los rasgos más criticados, como la mencionada calandra, porque el resto del coche luce como se espera que luzca uno de los modelos más radicales de la compañía alemana. Además, han introducido un detalle muy “de carreras”, pues los faros lucen en amarillo cuando está detenido, que se combinan con unos pilotos con diodos láser para lograr un efecto 3D.
Pero eso no lo es lo más llamativo del nuevo M4 CS, lo que llama la atención de verdad es el color verde escogido para las fotos oficiales, con muchos elementos en color negro y rojo. El negro, en la mayoría de los casos, es CFRP –Carbon Fiber Reinforced Plastic, fibra de carbono reforzada con plástico–, como las carcasas de los espejos, el difusor trasero, las extensiones laterales del splitter frontal, las entradas de aire del paragolpes delantero… todo ello en conjunto con unas llantas de diseño intrincado y aparentemente ligero –19 pulgadas delante y 20 detrás–.
El BMW M4 CS es 20 kilos más ligero que un M4 Competition y además, también es el 20 CV más potente
BMW no dice cuantos kilos ahorra cada pieza, solo ha confirmado que se dejan por el camino un total de 20 kilos, siempre que sumemos a la ecuación los asientos M Carbon –con estructura de CFRP–, la consola central, las levas del cambio… y por si fuera poco, también hay que sumar la nueva línea de escape, que gracias a un silenciador trasero de titanio se pierden más de cuatro kilos. Reducir el peso en un coche resulta muy complicado, y muy caro, de hecho, el BMW M4 CS, según datos oficiales, pesa 1.760 kilos en vacío.
Obviamente, la inclusión de un sistema de tracción total tiene mucho que ver en el aumento de peso, pero las prestaciones que desarrollan los motores actuales necesitan de una transmisión a las cuatro ruedas para poder aprovechar todo el potencial disponible. BMW siempre ha sido un fabricante “de propulsión”; es la configuración más deportiva y la escogida por las marcas más carismáticas –por lo general, usan motores muy potentes–, pero ha llegado a un punto que sin tracción total, ser muy rápido se vuelve muy delicado.
Pero la tracción total de BMW está calibrada para alcanzar las máximas prestaciones, pero con el característico tacto de todo BMW. Cuenta con un embrague multidisco controlado electrónicamente, para distribuir la potencia entre las ruedas de forma suave y controlable. Un embrague multidisco que cuenta con un suministro de aceite revisado y optimizado. Y para lograr ese “tacto BMW”, las ruedas traseras llevan más inclinación y el diferencial activo M se ha puesto a punto específicamente.
Además, el menú de configuración M permite seleccionar el modo 4WD Sport, que dirige una mayor proporción del par motor a las ruedas traseras. También pueden desconectar el sistema DSC –Control Dinámico de Estabilidad– y activar la tracción trasera pura mediante el modo 2WD, una configuración solo recomendada para usuarios con mucha experiencia y habilidades.
Los ingenieros de BMW han intentado rebajar el peso todo lo posible, pero los 1.760 kilos que figuran en la ficha técnica son muchos kilos
No debemos olvidar que bajo el capó delantero hay un seis cilindros en línea capaz de alcanzar los 550 CV a 6.250 revoluciones y los 650 Nm entre 2.750 y 5.950 revoluciones. Se ganan 20 CV adicionales frente al M4 competition xDrive gracias a una serie de retoques en el sistema M TwinPower Turbo, que consistieron básicamente en aumentar la presión de soplado de los turbos hasta 2,1 bares y ligeros ajustes en la gestión electrónica.
Según la marca, el M4 CS puede completar el 0 a 100 km/h en 3,4 segundos, el 0 a 200 km/h en 11,1 segundos y hacer recuperaciones de 80 a 120 km/h en cuarta en solo 2,6 segundos, mientras que el quinta necesita 3,3 segundos. La velocidad está limitada electrónicamente a 302 km/h.
Por supuesto, no todo es potencia bruta, ya que el chasis se ha ajustado para ofrecer, según cuentan desde BMW, una mayor eficacia en curva. Así, por ejemplo, los amortiguadores de la suspensión adaptativa M tienen una configuración específica, al igual que la dirección electromecánica y el sistema de frenos. Se ha tenido en cuenta la conducción en circuito para el sistema de control de estabilidad y tracción y se puede equipar, de forma opcional, un puntal delantero M que no solo se ha diseñado para mejorar la rigidez torsional, sino también para ser ligero.
Quizá no te guste su calandra, o directamente, o te guste el diseño de todo el coche, pero es evidente que el BMW M4 CS hacer que nos olvidemos de todas esas cosas y pensemos que no nos importaría ponernos al volante durante un puñado de kilómetros, ¿verdad?
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Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS