El Bentley Continental GT Speed supuso todo un bombazo. No solo era una bestia, era el Bentley más rápido de todos los tiempos gracias a que podía alcanzar los 326 km/h. Ningún otro modelo hasta la fecha –hablamos de 2007– podía haber presumido de algo así, pero claro, la inclusión de la firma británica en el Grupo Volkswagen le sentó la mar de bien.
Bentley, durante décadas, estuvo integrada en Rolls-Royce y. básicamente, sus modelos eran los mismos pero con un toque más deportivo. Por ejemplo, el Bentley Arnage no era más que un Rolls-Royce Silver Seraph pero con algunos retoques y un talante algo menos señorial. Sin embargo, cuando las marcas se separaron –Rolls se fue con BMW, Bentley con Volkswagen–, todo cambió notablemente y ambas marcas crecieron como nunca lo habían hecho.
El Bentley Continental GT fue el primer modelo que se desarrolló bajo el control de Volkswagen y fue todo un acierto, pues las ventas se dispararon y el caché de la firma mejoró notablemente. El Continental GT Speed se podía considerar como un órdago, una demostración del poderío y capacidades que había alcanzado Bentley gracias a sus nuevos “protectores”. Además, de paso se rendía un pequeño homenaje al Bentley Speed de 1923, aquellos aparatos que se ganaron el apelativo de “camiones de carreras”.
Pero el Bentley Continental GT Speed tenía muy poco de camión, y mucho de carreras. Bajo el capó, el ya mítico W12 de seis litros sobrealimentado pasaba de 560 a 610 CV a 6.000 revoluciones y de 650 a 750 Nm de par entre 1.700 y 5.600 revoluciones. Suficiente para mover los 2.425 kilos que pesaba el conjunto con una facilidad pasmosa. Podía completar el 0 a 100 km/h en 4,5 segundos, el 0 a 200 km/h en 15,1 segundos, los 400 metros con salida parada en 12,8 segundos, el kilómetro también con salida arada en 23 segundos y, aunque ya se ha mencionado, podía llegar hasta los 326 km/h.
Lujo, clase y un poco de 12 cilindros en W con más de 600 CV. No había nada como el Bentley Continental GT Speed cuando llegó al mercado
Curiosamente, no todo eran prestaciones, pues además de ser rápido también redujo las emisiones en un 3,5%. Quizá parezca poco, pero se trata de un coche que emitía casi 400 gramos de CO2 por kilómetro, debido a un consumo medio que 16,6 litros cada 100 kilómetros –en circulación urbana podía rondar los 25 litros… –.
Obviamente, el chasis se modificó para poder ofrecer un comportamiento a la altura de las especificaciones del motor. La suspensión recibió tarados más firmes y redujo la altura con respecto al suelo –100 milímetros delante y 150 detrás–, se montaron llantas de 20 pulgadas con neumáticos Pirelli P Zero especiales y se modificó también la dirección asistida para reducir fricciones y mejorar la respuesta.
El precio del Bentley Continental GT Speed era de 226.067 euros, pero si le quitabas los impuestos, se quedaba en 172.900 euros. Y eso que por aquel entonces, el IVA era del 16% –aunque estaba sujeto a un impuesto de matriculaciones del 14,75%–.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS