A finales de 1971 se puso en circulación el Renault 12 S, una versión “mejorada”; como decían entonces, de un modelo cuya vida comercial había dado inicio en 1969 para, entre otras cosas, reemplazar al Renault 8. Si lo comparamos con el R8, el Renault 12 supuso un cambio absolutamente brutal, aunque también es justo reconocer que sus primeros kilómetros en el mercado los hizo con un motor algo escaso, un 1.3 de 57 CV.
Cuando F.A.S.A. comenzó con la producción del R12 en España, la referencia en el segmento era el SEAT 1430, que no solo presumía de cromados y un talante más “premium”, por así decirlo, también tenía bajo su capó el cuatro cilindros de 1.430 centímetros cúbicos con 75 CV, que lo hacían relativamente rápido para la época. El Renault 12 no podía siquiera pensar en igualarlo. Sin embargo, cabe reconocer que el 12 tuvo una buena recepción, aunque insuficiente para superar al modelo español.
Según se dice en las publicaciones de la época, el Renault 12 S llegó al mercado, precisamente, para paliar esa diferencia entre el 1430 y el modelo fabricado en Valladolid, gracias, por ejemplo, a un motor de 1,3 litros que rendía, ahora, 68 CV a 5.900 revoluciones. Un aumento de prestaciones que se logró con un aumento de la compresión –ahora era de 9,5 a 1–, con la introducción de un carburador Weber-Bressel de dos cuerpos, así como nuevos muelles de válvulas. Es importante indicar, además, que la potencia se logra a 600 revoluciones más.
Las revistas de la época –en este caso Volante, en su número 40–, registró un tiempo de 35,1 segundos para el kilómetro con salida parada y 19,1 segundos para los 400 metros, al tiempo que afirmaban no haber sido capaces de alcanzar los 150 km/h y recomendaban una velocidad de crucero no superior a los 130 km/h.
Es decir, no hablamos de una versión prestacional, sino de una opción con algo más de motor, que permitía al sedán francés moverse con algo más de soltura, pues ni siquiera estéticamente hablando había una diferencia que fuera mencionable. De todas formas, también se realizaron cambios en los tarados de la suspensión y unas llantas más anchas que las del Renault 12 normal.
Otros detalles que destacaban en el Renault 12 S era, por ejemplo, los asientos, todos tapizados de paño y según Arturo de Andrés en la prueba publicada por Autopista en el número 664, los mejores de toda la producción nacional en aquel momento. Tampoco faltaba la preinstalación de radio o la luneta trasera térmica.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS