En la década de 1930 Auto Unión construyó varios automóviles de Gran Premio con el fin de demostrar el poderío tecnológico alemán. De los cuatros desarrollos, el A, B, C y D, fue el tercero el que más éxitos alcanzó en competición.
Siempre que se menciona la marca Auto Union es inevitable recordar el Type C, que compitió en las temporadas 1936 y 1937, en lo que hoy sería el equivalente a la Fórmula 1.
Auto Union nació en 1933 a partir de la alianza de cuatro fabricantes alemanes, Audi, Horch, Wanderer y DKW. Uno de los primeros objetivos de la nueva compañía fue ganar la subvención que por esos momentos el gobierno del Führer tenía dispuesto para la automotriz que fuese capaz de crear un automóvil de carreras de primerísimo nivel, con el fin de demostrar al mundo la superioridad tecnológica germana.
Esos apetitosos 300.000 marcos fueron ganados por Mercedes-Benz para el desarrollo de sus flechas de plata. Auto Union no se conformó con el resultado y de la mano del ya por entonces famoso piloto de carreras Hans Stuck, consiguieron una nueva reunieron en la Cancillería del Reich. Como resultado del encuentro, el Führer reconsideró su decisión y decidió que dos compañías alemanas sería mucho mejor que una en el desarrollo del supercoche de carreras, repartiendo el premio entre Mercedes-Benz y Auto Union. Esta decisión no sentó nada bien en Mercedes, creando desde entonces una profunda y estrecha enemistad entre ambas marcas.
Una vez conseguidos los fondos, como la incipiente marca no disponían de departamento de competición, decidió externalizar el trabajo. La Hochleistungs Motor GmbH, propiedad de un grupo de jóvenes y entusiastas ingenieros, se llevó el contrato de desarrollo del nuevo bólido. Así surgió el proyecto P-Wagen, encabezado por Ferdinand Porsche, que en su pequeña empresa tenía ya muy avanzado el desarrollo de un automóvil de competición. Auto Union compró la empresa por 75.000 marcos y Ferdinand pasó a formar el departamento de carreras del nuevo grupo.
En el proceso de crear ese automóvil imbatible, Auto Union diseñó varios modelos, pero fue el Type C el que se llevó todos los laureles. El vehículo, diseñado por Porsche, estaba equipado con un poderoso motor de seis litros y nada menos que 16 cilindros en V, el cual estaba colocado en la parte posterior, algo poco habitual en la época. Ferdinand ya conocía la importancia de la aerodinámica en competición, colaboró en su momento con Benz en el espectacular HR, diseñado por Max Wagner, y eso condicionó todo el desarrollo del nuevo automóvil. Un bajo coeficiente aerodinámico era uno de los objetivos primordiales del proyecto.
El coche no era nada fácil de conducir, la rigidez de bastidores y suspensiones y el enorme peso del motor sobre el eje trasero, hacían de esta máquina tuviese un enorme sobreviraje al meter potencia. Un pequeño y selecto grupo de pilotos, entre los que se encontraban el propio Stuck y el gran Bernd Rosenmeyer fueron los encargados de llevar a los Auto Union al éxito. Hasta la llegada de los vehículos alemanes eran los italianos de Alfa Romeo y Maserati los que mandaban en el campeonato. Con la llegada de Mercede-Benz y Auto Union, las cosas cambiaron y los alemanes gobernaron sin piedad hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Fue una época gloriosa y espectacular para las carreras en Europa. El alto riesgo y la elevada competencia entre los pilotos de Mercedes y Auto Union hicieron muy populares estas carreras en el Viejo Continente, las crónicas de prensa del momento eran vorazmente seguidas por legiones de aficionados.
La desmesurada potencia y la dificultad de pilotaje de estas máquinas, fue lo que llevó a su final a estos automóviles. La muerte de Rosenmeyer sobre uno de estos bólidos obligó a los reguladores a limitar los pesos y potencias de los futuros desarrollos. El Type C/D, es sin duda el último coche de GP de capacidad ilimitada. Los supercoches pasaron a la historia y llegaron vehículos más eficientes y racionales.
Las unidades construidas y que quedaron paradas por la guerra fueron capturadas al final de la contienda por el Ejército Soviético y desaparecieron durante varias décadas. Con la caída del régimen comunista y la apertura posterior, alguna de ellas fue localizada, en pésimas condiciones, pero rescatable.
Los ingenieros de Audi verificaron la autenticidad de la que se mostraba en el Museo del Automóvil de Riga. Esta unidad fue comprada por una cantidad no revelada y sustituida por una réplica. El Original se encuentra en el Museo de Audi y la réplica sigue estando en Riga. Esta segunda unidad es perfectamente funcional y se vio por primera vez en el Festival de Goodwood en 2007 pilotada por Hans-Joachim Stuck, hijo de Hans Stuck, y que llevó el gorro y las gafas originales de su padre. Esta unidad aparece con cierta frecuencia en encuentros y reuniones donde Audi quiere hacerse notar, y realmente lo consiguen.
Siempre es un placer ver y sobre todo oír a esta máquina de otro tiempo cumpliendo con lo que se pensó para ella, correr. Aquí os dejamos un espectacular video que muestra sus capacidades.
Ángel Arias
La historia del automóvil está llena de grandes emprendedores, de ideas arriesgadas, curiosas casualidades, irreconciliables enemistades y muchos fracasos. Es un mundo intenso y fascinante del que muchos hemos quedado cautivados. Cualquier vehículo con un motor me parece interesante, ya sean motocicletas, automóviles, camiones, aviones o barcos; es estupendo sentir la brisa del viento en la cara sobre uno de ellos. Si estáis aquí es porque compartimos afición.COMENTARIOS